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Que no nos tomen por tontos

Publicado el 16 agosto 2017 por Trescuatrotres @tres4tres

Casi en todos mis artículos (muchas veces reflexiones) hay un punto de partida que ejerce de inspiración. Una raíz, normalmente algún suceso, que me hace dedicar estas líneas a este tema y no a otro, algo que me marca. En este caso, unas declaraciones de Chicharito Hernández en las que justifica el éxodo de sus compatriotas a la MLS. Una defensa compatriótica (válgase el término) apuntando a los hermanos Dos Santos, Carlos Vela y su pertenencia a Los Angeles Galaxy. Que si tenían ganas de jugar juntos, que si la liga es competitiva, e incluso llega a decir que Los Ángeles es casi mexicana. Aunque su media sonrisa delata a un jugador que aun en horas bajas, prefirió ir a Leverkussen antes de sucumbir a lo dinerario de otras latitudes.

Y todo ello en plena resaca por el Caso Neymar, que no contento con el judicial, decidió reventar el mercado poniendo rumbo a París. La excusa para dejar Can Barça y disputar una liga con 32 o 34 victorias casi seguras ha sido la ambición. Nuevos retos, explicaba, mientras el jeque reunía los más de 200 millones de su fichaje. No sabemos si se refiere al de volver a ganar una liga menor como la francesa (el Mónaco es el vigente campeón) o al de llegar algo más lejos en Champions, por lo menos sin dolorosas remontadas. De momento ya marca para los parisinos... ante el Guingamp. Otro crack para la segunda parte del proyecto Emery, más le vale olvidar la primera.

Aunque en el sur, el foco ha estado este verano en otra polémica. El caso Vitolo ha acabado sacando de quicio a una directiva, una afición e incluso a parte de la plantilla de Sevilla F.C. Si hay un término que resuma lo acaecido con el canario es: palabra. La que no mantuvieron ni él ni su padre con la planta noble del Sánchez Pizjuán. La sanción al Atlético complicaba un fichaje esperado desde hace meses y Castro creyó por un momento en el sentimiento del extremo al que ficharon de Segunda. Y como dicen que quien hizo la ley, hizo la trampa, la artimaña entre Las Palmas y Cerezo va a hacer que vuelva a casa seis meses. No sé si lo mejor para el equipo de tu vida es aprovecharte de su nivel para acumular partidos y en enero cuando si te he visto, no me acuerdo.

Aunque en estas lides es en la que se encuentra suelto el presidente amarillo. No contento con ser vehículo en una de las polémicas más arduas de los últimos años, también ha vuelto a hacer negocios con la tapadera más flagrante del fútbol mundial, el Deportivo Maldonado. Ese club uruguayo manejado por fondos de inversión, los nuevos especuladores del fútbol, cuyas estrellas nunca visten sus colores pero sí tributan sus operaciones en el relajado fisco charrúa. Tras Willian José, Rulli o Alex Sandro, el conjunto amarillo se ha hecho en el mercado con dos de los reductos del proyecto... británico: Toledo y Calleri. La justicia aún no se pone de acuerdo para destapar el entramado que comanda la agencia Stellar Group, por lo que mientras, seguirá inflando sus arcas con fichajes como el de Vitolo, fantasma.

Pero no crean que las grandes ligas del viejo continente se verán superadas algún día por estas embrionarias superproducciones exóticas. Todo está inventado. Ya lo intentó Japón en los 80, y Estados Unidos en los primeros 90 con el Mundial, y después llegó China. Nadie vislumbraba el límite en la inversión del gigante asiático y ya está empezando a caer cual valor bursátil en el parqué. No hay que olvidar que a principios de verano hasta dieciocho clubes de las dos primeras divisiones estuvieron amenazados con la expulsión de la competición si no abonaban los (desorbitados) salarios atrasados de sus estrellas. No obstante, muchos ya abandonan el barco, el último, Paulinho, en una lista donde también se encuentran viejos conocidos como Kakuta, Hernanes o Yilmaz. Mientras, la federación ya estudia bajar a tres los extranjeros que pueden alinearse en un encuentro por equipo, ya que considera que convertir el torneo en un retiro dorado no ayuda a la progresión del futbolista local.

En definitiva, no está mal que un futbolista cambiar de aires por dinero. Cualquier profesional lo haría. Lo censurable es que se intente quedar bien enmascarando las razones en frases del corte: "soy de este equipo desde chiquitito", viniendo de una ciudad a 800km, o "he venido buscando nuevas metas", dejando atrás la Champions League. Si se suelta una lágrima y se escribe una carta, la performance está hecha, pero no se equivoque señor representante, nadie nos toma por tontos.

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