¿Qué pasa si se reprime la sexualidad?

¿El sexo es fuente de neurosis?

Alejandro Jodorowsky afirma que es la prohibición del sexo lo que crea curas pedófilos, solteras y solteros neuróticos y un sinfín de enfermedades. Dice que en la cabeza tenemos un cerebro, en el pecho un corazón y entre las piernas tenemos el sexo.

En nuestro cuerpo están presentes las energías intelectual, emocional y sexual. No podemos actuar como la Iglesia, que para entrar en ella hay que arrancarse el sexo o los ovarios y dejarlos en la puerta.

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El argumento que expone Jodorowsky en este post es muy válido. La sexualidad no debe ser reprimida, pues en nuestros cuerpos siempre circula la energía sexual. En todo caso, la solución mas concreta es promover la sexualidad como un componente intrínseco de cada individuo. Percibir la misma como algo natural y cotidiano. Entender que todas las personas tienen estilos de vidas diferentes y que de esto dependerán las prácticas que cada cual asuma. No obstante, es imprescindible que esas praxis no atenten contra el bienestar físico y emocional de los que nos rodean. Me explico, tanto el exhibicionismo (tener relaciones sexuales en lugares públicos), abusar sexualmente de una persona porque es la única manera en que siente excitación o la pornografía infantil son delitos que en la mayoría de los países a nivel mundial están prohibidos por ley. Evidentemente esas normativas tienen razón de existir. Sin embargo, las leyes y políticas públicas conservadoras que coartan los Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos de los seres humanos, tales como: la penalización del aborto o de la homosexualidad, el no promover educación sexual integral a los jóvenes o simplemente no garantizar a los jóvenes acceso a la salud sexual porque “se entiende que es necesario la presencia de los padres”; son legislaciones que atentan contra la libertad sexual de tod@s. Por otra parte, es imprescindible fomentar la educación sexual con un enfoque inclusivo y dirigido a la autonomía de las personas para que tod@s tengan el poder de decidir: cuándo, dónde, cómo y porqué. Es evidente que la sexualidad no solo implica la reproducción. También, es un elemento que estimula placer y bienestar. Si el discurso de prevención no se basara en abstinencia solamente, la gente tendría la información necesaria para tomar decisiones informadas. Para concluir, a partir del caso de los sacerdotes que han violado niños, queda comprobado que reprimir la sexualidad no es una solución acertada. Como menciona Jodorowsky, al fin y al cabo “la prohibición generada por la religión es la causante de neurosis” y otras condiciones psicológicas. Además, el resultado de forzar a toda una sociedad a seguir la normativa patriarcales heterosexistas conlleva un atraso radical de las distintas civilizaciones, pues esto solo contribuye para suscitar la ignorancia y la intolerancia.