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¿Qué se esconde bajo las calles de París?

Publicado el 27 agosto 2020 por Joseantortega

Seguramente cuando has leído o escuchado hablar de París, se te viene a la mente la torre Eiffel, el Arco de Triunfo, el museo Louvre, el amor, las artes, la literatura, la Revolución Francesa, Napoleón Bonaparte, las decapitaciones, el Rey sol Luis XIV, el rio Sena, el Palacio de Versalles, la Catedral de Notre Dame, Voltaire, la ópera, la aristocracia, la moda, perfumes, etc. Sin duda París es una ciudad completamente hermosa, pero ¿qué yace bajo las calles de ésta hermosa ciudad?

A finales del siglo XVIII, debido a graves problemas de salubridad provocado por los cementerios de la ciudad, se decidió trasladar sus contenidos a un lugar subterráneo, que luego se conocería como: “Las Catacumbas de París’.

Las autoridades Parisinas eligieron un lugar de fácil acceso, situado en la periferia de la capital: las antiguas canteras de Tombeissoire.

Éstas canteras, explotadas como mínimo desde el siglo XV y posteriormente abandonadas, son una pequeña parte del laberinto que se extiende bajo la ciudad, sobre una superficie aproximada de 800 hectáreas.

Su diseño y la organización del traslado de los esqueletos, corrió a cargo de Charles – Axel Guillaumot, quien era en ese entonces el inspector general de las canteras de París. Éste servicio, instaurado el 4 de Abril de 1777 por Luis XVI, tenía como misión supervisar y unificar las canteras abandonadas, tras producirse una serie de importantes hundimientos del suelo parisino durante el siglo XVIII.

Las primeras evacuaciones tuvieron lugar entre 1785 y 1787, afectando al cementerio más importante de París (el cementerio de los santos inocentes), clausurado en 1780 tras permanecer en uso ininterrumpidamente durante más de diez siglos. Se vaciaron las sepulturas, las fosas comunes y los osarios junto a los huesos se transportaron al caer la noche, para evitar las protestas de la población parisina y de la iglesia.

A continuación, los huesos se descargaron a través de 2 pozos de servicio de la cantera, para su posterior distribución y apilado en las galerías por los canteros. Los traslados continuaron tras la Revolución hasta el año 1814, con la eliminación de los cementerios parroquiales del centro de París. Los traslados se iniciaron nuevamente en 1840 durante las obras de urbanismo de Louis – Philippe.

A partir del año 1804, las catacumbas se abrieron al público con cita previa. Al final del recorrido, se pone a disposición de los visitantes un libro de visitas, el cuál se llena con gran rapidez debido al magnífico interés que ésta visita despierta tanto en la población francesa como en extranjeros.

Con el paso de los años, el osario recibió la visita de numerosos personajes ilustres como: Carlos X, Francisco I, Napoleón III, entre otros.

Durante el siglo XIX las modalidades de visita no fueron modificadas, entre cierres totales y aperturas mensuales o trimestrales.

En la actualidad todo el mundo puede acceder a ellas sin necesidad de una autorización. Las Catacumbas de París reciben a casi 550.000 visitantes al año.

Con lo anteriormente expuesto, queda claro que en Francia no todo es arte y amor, París puede ser también conocida como la ciudad de los huesos.


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