¿Qué son los sueños premonitorios?

Desde muy pequeña me sentí fascinada y atraída por el mundo onírico, el mundo de los sueños. Mi primer sueño premonitorio, que ocurrió a mis once años, fue tan nítido que lo recuerdo como si lo hubiera soñado ayer. Paso brevemente a relatarlo.

El sueño transcurría en la casa de una amiguita de mi barrio, con quien solíamos juntas compartir deberes escolares. Nos encontrábamos en la cocina de su casa jugando, hasta allí nada fuera de lo normal. Luego la escena comenzó a tornase gris y triste, me veía yendo de la cocina al cuarto de su madre, abría la puerta y podía ver una habitación tétrica y fría, con una cama de hierro y una manta oscura y su madre recostada en ella. En ese momento un gran pesar se apoderó de mi, hasta que esa tristeza se transformó en miedo y me desperté.

Mi madre era mi confidente, así que me dispuse a relatarle el sueño, que más que sueño era una pesadilla. Sentí la imperiosa necesidad de compartirlo con ella, fue mi testigo de lo que estaba a punto de ocurrir. A mi corta edad no llegaba a dimensionar de que se trataba, los días trascurrieron normales, pasaron unos meses, creo que tres y una llamada telefónica a las tres de la tarde tornó esos días normales en grises.

Era la tía de mi amiga avisando a mi madre que la mamá de mi amiga se encontraba en terapia intensiva luego de sufrir un derrame cerebral. Le consultaba a mi madre si yo podía hacerle compañía a mi amiga en tan duro momento. Me dispuse a hacerlo, pero nunca me animé a contarle a mi amiga ese sueño. Su madre, luego de pasar una semana en coma, fallece.

Fue muy fuerte para mi tener esa experiencia siendo tan chica, mi sueño se había cumplido. Me preguntaba qué era lo que estaba ocurriendo, creo que volví loca a mi madre con preguntas. Ella estaba desconcertada y nunca supo que decirme.

Para mi pesar, esos sueños proféticos nunca pararon, como si una puerta se abriera hacia otras dimensiones incomprensibles desde ese momento. Eran como una maldición, para nada me parecían una bendición o un don y fueron un fastidio por mucho tiempo. Comencé a llenarme de preguntas, a rechazar esas experiencias, "no quiero experimentar esto" - me decía. No entendía el sentido de saber algo del futuro si no podía cambiar el curso de los acontecimientos.

Todas esas preguntas sonaron en mi mente por muchos años. En esos años hablar de cosas paranormales era poco común. Finalmente la explicación llegó, no todo pasa en el espacio tiempo en el cual estamos, sino que existen otros espacios tiempos a los que podemos acceder de manera voluntaria, o como fue en mi caso, involuntaria. Eistein declaró que hay por lo menos cuatro dimensiones. La cuarta dimensión es el tiempo y configura con las tres espaciales el continuo espacio-tiempo (las dimensiones son inspeparables). Esta teoría abría la puerta a muchas fenómenos inexplicables para la ciencia, mal llamados " paranormales ".

En la física moderna, la teoría dice que posiblemente existen once dimensiones. El Dr. Bernard Carr, profesor de matemáticas y astronomía, dice que nuestra consciencia interactúa con otra dimensiones y es posible que el universo multidimensional tenga una estructura en forma de escalas. Nos encontramos en la dimensión o escala de más bajo nivel.

Muchos místicos enseñaron que este planeta tierra y este estado de cosas en el cual nos encontramos es la escuela primaria, el primer grado de aprendizaje y que vamos ascendiendo a medida que vamos evolucionando. Cuando nuestras almas o consciencias evolucionan, ascendemos a otro escalón de aprendizaje. La materia, la mente y el espíritu no son entidades separadas y estas rarezas como las apariciones sueños premonitorios experiencias fuera del cuerpo, deja vu, telepatía, sincronías y experiencias cercana a la muerte sean posibles entrando en estados alterados de conciencia.

Nuestros sentidos físicos solo nos hacen percibir tres dimensiones del universo, las siguientes dimensiones no son posible percibirlas con los sentidos físicos del tacto, gusto, olfato, vista y oído. Carl piensa que la telepatía señala un espacio mental comunitario y la clarividencia también contiene un espacio físico. "Las percepciones no físicas también tienen atributos de externalidad", escribio en su libro "La materia, mente y dimensiones".

Jean Pierre Garnier - padre de la teoría del desdoblamiento del tiempo - dice que el tiempo es continuo, pero posee instantes imperceptibles que permiten el intercambio continuo de informaciones con el pasado y el futuro. Llamados "aperturas temporales". Afirma que estos momentos imperceptibles nos aportan intuiciones, premoniciones e instintos vitales. El control de los mismos permite optimizar el porvenir antes de vivirlo. "Nosotros, como el tiempo, también nos desdoblamos". Jean afirma que una partícula es a la vez corpuscular (cuerpo) y ondulatoria (energía). Somos a la vez cuerpo y energía, capaces de ir a buscar informaciones a velocidades ondulatorias.

El espacio esta lleno de información de nuestro pasado y futuro, del pasado y del futuro de la humanidad, información que existe desde los comienzos de los tiempo y esta ahí interactuando con nosotros. Será cuestión de querer descubrir y agudizar nuestros sentidos, ese sexto sentido que espera ser utilizado a nuestro favor. Es hora que la ciencia toda pueda expandir y abrir su mente, dejar de ajustar los sucesos inexplicables con su regla de medición, un tanto caduca, salirse de teorías y prácticas que escapan a toda lógica y comenzar a bucear hacia nuevos paradigmas. El dia que la ciencia comience a ser mas mágica y alquímica, descubrirá que no todo se puede medir en un tubo de ensayo. Que existen otras mediciones, pero para eso deberá expandirse.

¡Bendiciones infinitas desde el alma!.

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