Revista Coaching

¿Qué tengo que hacer?

Por Rosehill
Si tienes la sensación de haber perdido el “rumbo” de tu vida, o de encontrarte atascado en un camino que crees conocer o de que las cosas que normalmente tendrían que ocurrir ya no están sucediendo, entonces esta carta es para ti. La verdad es que es para ti, para mí y para la gran mayoría de habitantes del planeta, aunque nos cueste reconocerlo.

Nos preguntamos ¿Qué es lo que tenemos que hacer? ¿Qué es exactamente lo que debemos hacer para conseguir vivir lo que ahora queremos vivir? ¿Qué es lo que estamos dejando de hacer que está provocando que nuestras vidas no vayan en la dirección que deseamos?

Detrás de estas preguntas subyace el sentimiento de tristeza que a menudo viene acompañado de cierta desesperación. Una especia de llamada de AYUDA que inevitablemente lanzamos en cada uno de nuestros pensamientos, en cada una de nuestras palabras, en cada uno de nuestros actos. Hay algo de nuestra vida que queremos cambiar y no sabemos CÓMO.  Es como si toda nuestra experiencia, nuestros conocimientos y nuestra forma de vivir que hasta hace poco nos había “funcionado” hubiesen quedado obsoletos. Y nunca mejor dicho.

Pues bien, desde aquí quiero compartir contigo la respuesta que tanto buscas, aunque sé que seguramente te va a sonar un tanto increíble:

NO TIENES QUE HACER NADA.

Sí, has leído bien y créeme cuando te digo que debes dejar de preguntarte qué es lo que tienes que hacer. Creer lo contrario es sentirte culpable o echar las culpas a algo o a alguien. Por favor vuelve a leer la frase y ojalá que te ayude a recuperar cierta sensación de serenidad y paz en tu interior. No hay nada específico que tengas que hacer porque….No se trata de HACER sino más bien…..de SER.

Pero…¿Ser qué?

Pensar que después de la palabra ser debemos añadir algo nos vuelve a situar en el MISMO ESCENARIO desde el que anteriormente no lográbamos encontrar nuestras respuestas. Siempre hemos creído que haciendo algo nos llevaría a ser alguien y prueba de ello es que el sistema que hemos creado en nuestra sociedad es el fiel reflejo de eso mismo. Si estoy en la universidad quiere decir que soy estudiante, si tengo una empresa soy empresaria, si voy al gimnasio soy deportista, si tengo un hijo soy padre, si he escrito un libro soy escritor. No sólo pensamos así sino que además creemos que HAY que ser ALGO o de lo contrario no seremos nada. Y precisamente se trata de eso; DE NO SER NADA.

No ser nada es abandonar la creencia de que tenemos que ser algo concreto, como si nuestra identidad o nuestra existencia dependiera de ello. La única existencia que está en peligro es la de nuestro ego, el cual se encarga, muy astuta y hábilmente de crear la imagen ilusoria de nosotros mismos.

Queramos o no queramos, hagamos algo o dejemos de hacerlo, seamos conscientes de ello o no…SIEMPRE SOMOS.

SER es una afirmación, y es tan profunda que nos sitúa más cerca del TODO de lo que nos podemos imaginar.

¿Por qué estar cerca de algo si lo puedes estar de todo?

Entonces…¿A qué me refiero cuando digo que simplemente tenemos que SER?

Ser es el estado natural de nosotros mismos y nos aporta un sentimiento de paz, serenidad y amor que siempre deseamos compartir. Ser es estar en paz con nosotros mismos y residir en el corazón.

Ser es aceptar tu propia existencia en esta realidad. Es aceptarte a ti mismo tal y como eres y es aceptar las circunstancias en las que te encuentras en este momento. Ser es no juzgar y vivir en gratitud.

Ser es no pensar lo que tenemos que hacer sino dejarnos llevar por el primero de los pensamientos, por la voz interior, por la corazonada que siempre hemos negado y que tanto desea ser escuchada. Ser es liberar el tesoro que llevamos dentro.

Ser es observarnos y darnos cuenta de que aún tenemos mucho ruido mental y muchas áreas que están pidiendo ser atendidas, trabajadas y transformadas en nuestro propio beneficio. Ser es buscar la transparencia.

Ser es estar abierto a la vida y a lo que suceda. Es vivir sin miedos, con fe y gratitud, sabiendo que no hay nada que pueda poner en peligro nuestro propósito en la vida.

Ser es nuestro vínculo invisible con el TODO y por consiguiente es el TODO actuando a través de nosotros. Ser es observar cómo la vida va desplegando ante nosotros el camino que deseamos recorrer.

Finalmente decirte que estamos viviendo momentos muy especiales en la evolución de la humanidad que conllevan importantes cambios en nuestra forma de existir. Dichos cambios afectan nuestras agendas personales y nuestras vidas y nos sitúan en un escenario donde parece reinar la incertidumbre y el desconcierto. Es importante que recuerdes que todo lo que está sucediendo es normal y es por el bien de la humanidad.

No te dejes arrastras por el sentimiento de miedo que tanta presencia tiene entre la población. El miedo es una energía que contrae el universo. El amor lo expande. Necesitas expandirte, expandir tu ser, residir en el amor de tu corazón, en el lugar donde siempre eres tú.

Es hora de escucharte y de recuperar la paz contigo mismo. Acéptate tal y como eres y acepta lo que tienes en este momento porque así estarás en el lugar desde el que puedes empezar a ver y a vivir tu propósito en la vida.

El gran propósito de tu vida no es otro que SER. Entiende el alcance de esta afirmación y comprueba los beneficios de vivirla.

Celebra la grandiosidad de las cosas más simples de tu realidad, así siempre descubrirás que hay infinitos mundos  que explorar.

Aprende a reconocer los deseos de tu corazón y a apartar las expectativas creadas por tu mente. No es lo mismo tener expectativas que acceder a una sabiduría.

Ah! Y por cierto.…que sepas que “allá arriba” nadie se ha olvidado de ti.

Hasta pronto
Luis


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