Revista Diario

¿Qué tienen los virus infantiles?

Por Una Mamá (contra) Corriente @Mama_c_corrient
¿Qué tienen los virus infantiles?
No se puede decir que yo haya sido nunca una de estas personas fuertes que no se ponen nunca malas. Más bien todo lo contrario, siempre he sido de las que cazan cualquier virus que pasa medianamente cerca. De pequeña, todo lo cazaba eran bronquitis. Y en cuanto fui un poco mayor, empecé a cazar infecciones de garganta, una tras otra. Con esto quiero decir que en los últimos 15 años de mi vida lo que yo he cazado sin parar han sido anginas, pero no recuerdo haber tenido nunca gripe, quizá algún catarrín... Anginas, lo mío eran las anginas, mi gran punto débil.
Después de tener al niño puedo decir que estoy en una fase buena de salud. No me atrevo a decir que esto se deba a que me he hecho más fuerte (aunque quizá así sea), más bien creo que se debe al haber salido del circuito oficina-transporte público. Que yo no sé cómo serán las oficinas de los demás, pero en las que yo he trabajado, el ambiente era el mismo que en una guardería: muchas personas trabajando muy juntas, ambiente cargadito y no siempre bien ventilado y gente que acude a trabajar aunque esté en condiciones lamentables (por aquello de compartir bien los virus). Del transporte público ya ni hablamos.
Bueno, que me estoy yendo por las ramas... 
Que desde que he tenido al niño, no he vuelto a tener anginas. Las pocas veces que me he puesto mala, lo que he pillado son virus infantiles, que son... ¿cómo lo diría yo? ¿demoledores?. De esos que te dejan el cuerpo hecho polvo, te duele todo todito, no puedes con tu alma, tienes unos mocos verdes y pastosos como nunca en tu vida, la cabeza te da vueltas...
No sé qué tendrán de especial los virus infantiles, pero no pueden ser más puñeteros. Y si uno tuviera un cuerpo infantil, que incluso con 39º C están tan panchos jugando, pues vaya. Pero es que un virus infantil en un adulto es tremendo.
Sí, en estos momentos estoy sufriendo un virus infantil que mi hijo ha debido pasar sin apenas enterarse.. Ayyyy, ¡qué malita estoy y qué poco me quejo!!.

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