Qué vigilar si un niño sufre un golpe en la cabeza

Un traumatismo craneal se produce a causa de un golpe en la cabeza, dependiendo de la intensidad de este, el sistema nervioso central puede verse afectado provocando la destrucción de neuronas con secuelas que pueden llegar a ser permanentes y que incluso pueden llegar a causar la muerte de quien lo sufre. En un traumatismo craneal nos podemos encontrar con una simple herida en la cabeza, una fractura craneal o signos de afectación cerebral, pudiendo clasificarse como leve, moderado o severo.

En un caso de traumatismo craneal en los niños, es importante acudir al médico, un fuerte golpe en la cabeza en ausencia de signos graves no quiere decir que no se puedan producir lesiones internas. Por ello, tras sufrir un fuerte golpe en la cabeza y recibir la valoración del pediatra, es necesario que los padres o una persona adulta acompañe al niño en todo momento y evaluar cada tres horas la presencia de algunos signos que delatarían la necesidad de acudir rápidamente al servicio de urgencia del centro hospitalario más próximo.
Los signos que hay que vigilar si un niño sufre un golpe en la cabeza son: si vemos que tiene somnolencia excesiva y tenemos dificultada para despertarle, en el caso de que sea de noche el niño puede dormir, pero habrá que realizar la comprobación de todos modos, bastará con cerciorarse de que se despierta con relativa facilidad.
Si se aprecian signos de confusión, desorientación o pensamiento ralentizado, son alteraciones mentales que generalmente se suelen producir tras sufrir el traumatismo, pero después deben remitir, en caso contrario hay que acudir al centro hospitalario.

Si persiste el dolor de cabeza y el niño tiene llanto persistente e irritabilidad, sufre debilidad y el adormecimiento de brazos o pies, son signos que pueden delatar que el golpe ha afectado al sistema nervioso central y una posible lesión del encéfalo. Si el niño sufre una repentina pérdida de conciencia, convulsiones o alteraciones visuales, la aparición de un líquido o sangre en los oídos o la nariz, son también motivos para acudir rápidamente al servicio de urgencia.

No hay que restar importancia a un golpe en la cabeza, en más de una ocasión hemos dicho “es sólo un chichón”, siendo lógico que al niño le duela la cabeza por el golpe sufrido. Son golpes que consideramos de poca importancia y por ello no llevamos al niño al pediatra, pero a pesar de ello, si es necesario que vigilemos que no aparezcan algunos de los signos antes descritos, quizá el golpe no nos haya parecido tan severo, pero eso no quiere decir que no haya provocado algún problema (aunque no es lo habitual).

Si no se produce herida y al niño le duele la cabeza tras el golpe, no hay que darle analgésicos durante el tiempo de observación, en este caso es un periodo de dos horas. Si durante este tiempo el dolor persiste, será necesario acudir al especialista. En el caso de que se produzca una herida en el cuero cabelludo, habrá que limpiarla bien y aplicar presión sobre la herida durante unos minutos. Este tipo de heridas suelen ser muy sangrantes debido a la gran presencia de vasos sanguíneos en la zona. Si vemos que la herida es mayor de 2’5 centímetros y no deja de sangrar, hay que llevar al pequeño al servicio de urgencias, ya que posiblemente necesite puntos de sutura.

Los chichones o bultos en el cuero cabelludo se suelen tratar con la aplicación de una bolsa de hielo en la zona durante unos 20 minutos, el chichón se reducirá y remitirá al cabo de unas horas. Tras sufrir el golpe, merece la pena controlar que el niño esté bien cada cierto tiempo y constatar que no aparece ninguno de los signos antes descritos.

Foto | Guillermo Alonso

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