Revista Cocina

Quiche de minipimientos de colores rellenos de salmón

Por Floruca @floruca

Los viajes tienen una gran carga onírica. Llegar a un país nuevo se parece mucho a estar soñando —especialmente si el traslado entre un punto y otro se hace en avión—: de repente estás en un escenario desconocido, todo a tu alrededor est. O sea que si hasta ese momento no entendía nada, cuando me subí al segway dije ya está, tengo que aceptar que todo esto es un sueño y listo, que sea lo que tenga que ser, porque yo ya no controlo nada de lo que está pasando acá. ¡En todos los blogtrips me pasa lo mismo, che! Me quedo dormida en el avión y empiezo a imaginar cosas, como cuando me fui a Laponia…

 

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  El famoso segway, un vehículo que se mueve con el equilibrio y el impulso de nuestro propio cuerpo

  á funcionando normalmente (“normalmente” para ese lugar) pero vos no conocés las reglas y sabés que puede pasar cualquier cosa en cualquier momento. En un viaje, al igual que en un sueño, todo es impredecible. Yo llegué a República Checa hace poco más de 24 horas y todavía no entiendo muy bien dónde estoy ni qué está pasando.

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Saludos desde Praga…

Les cuento rápidamente cómo es que caí en Praga sin aviso alguno. Hace unas dos semanas me llegó un mail de Czech Tourism, la oficina de turismo de Republica Checa, preguntándome si estaría interesada en realizar un blogtrip (viaje de prensa para bloggers) a su país. Me puse a saltar en una pata y cuando se me fue un poco la excitación les respondí muy profesionalmente que sí, que estaba interesada en conocer su país (iba a quedar muy desesperada si les decía que conocer Europa del Este es uno de mis mayores deseos en este mundo y que estuve a punto de viajar para allá en el 2010 pero finalmente desistí porque no me daba el presupuesto y cambié el destino por Asia pero siempre me quedé con ganas de Europa del Este porque mi mamá nació allá y mis raíces están ahí y que además me encanta Milan Kundera y Kafka también aunque no leí tanto de Kafka pero de Kundera sí y quiero conocer esa ciudad-escenario que tanto menciona en sus obras… Hubiese sido mucho).

Así que armé la mochila y me fui a Ezeiza para tomarme un avión que me depositaría en Praga en la módica suma de 20 horas de viaje (incluyendo una escala en Madrid).

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Los que me conocen bien saben que tengo todo un tema con los sueños (y en este post cuando hablo de “sueños

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Con poco más de tres horas de sueño encima, ver esculturas como estas en el medio de Praga hace que mi estado de ensoñación y de confusión de la realidad con lo onírico sea aún mayor…

 

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 Sí, es exactamente lo que están viendo.

Anduvimos tres horas en segway por Praga (detalles de eso en el próximo post) y yo me sentía no sólo dentro de un sueño, sino también dentro de un film donde todo el escenario era tan perfecto que parecía irreal. Y en una esquina, mientras esperábamos que pasara el tranvía, me acordé: hace más o menos un mes soñé que andaba en segway por una ciudad que parece una maqueta. Se los juro. Y yo nunca había andado en segway en mi vida.

” me refiero a esas imágenes que aparecen en nuestra cabeza cuando estamos dormidos). Siempre tuve cierto fanatismo por el mundo onírico: recuerdo mis sueños de manera muy vívida (algo que no a todos les pasa, y a los que sí apuesto a que son fans de los sueños como yo…), los escribo en un cuaderno hace más de tres años, de tanto en tanto tengo sueños que considero premonitorios o “reveladores” (me anuncian o explican ciertas cosas de mi vida) y hace poco tuve mi primer sueño lúcido (en el que pude controlar todas mis acciones). Además (no sé si esto es “bueno” o “malo”) a veces confundo sueños con realidad: es decir que no sé si algo realmente ocurrió o si solamente lo soñé. Jejeje seguramente se desilusionaron y están pensando que este blog no es más que el delirio de una loca que confunde la realidad con la fantasía. Pero no. Tampoco para tanto. Generalmente lo que no sé si ocurrió o no son pequeños detalles o diálogos.

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