Revista Historia

Quico Sabaté, eco mítico del antifranquismo hospitalense

Por Ireneu @ireneuc

En Sant Celoni, el 5 de enero de 1960, moría cosido a tiros Quico Sabaté, uno de los guerrilleros maquis más perseguidos y famosos de quienes lucharon contra la dictadura franquista. Hospitalense de la emblemática calle Xipreret ( ver La larvada guerra fría de los "corralons" de la calle Xipreret), Francesc Sabaté i Llopart nació en 1915 y ya de joven mostró sus tendencias políticas, apuntándose con 17 años en el sindicato anarquista CNT. A partir de ahí, compaginando su oficio de mecánico con el activismo político, formó parte de varios comandos revolucionarios que le llevaron al robo de bancos. Robos que efectuaba con el fin de recaudar dinero para las familias de los presos anarquistas, lo que le hizo ganar el cariño de los obreros... a la vez que la animadversión de las autoridades, claro.

Durante la Guerra Civil, Quico Sabaté luchó en el Frente del Ebro ( ver La explosión de Cosme Toda, la fortuna que evitó la destrucción de L'Hospitalet) con tropas de la FAI y, tras desertar y ser encarcelado por los comunistas -con los que se llevaba a matar-, acabó la guerra luchando con la columna de Durruti. Perdida la contienda, huyó a la Catalunya Nord, desde donde organizó varios grupos guerrilleros que, realizando incursiones violentas por Catalunya, lucharon contra Franco, que le declaró enemigo público número 1 del régimen. El día 4 de enero de 1960, Sabaté y cuatro correligionarios fueron detectados por la Guardia Civil en una masía de Palol de Revardit. Abatidos a tiros por un contingente de 300 efectivos, Quico Sabaté consiguió huir malherido atravesando el Ter y cogiendo un tren hacia Barcelona. Descubierto por un somatén, Sabaté fue muerto a balazos cuando buscaba a un médico en Sant Celoni ( ver Sant Celoni 1927, un terremoto a las puertas de Barcelona). Con 44 años, de esta forma tan expeditiva, el régimen franquista daba fin a una vida de intensa lucha política y delitos varios. Odiado y amado a partes iguales, la leyenda de Quico Sabaté todavía resuena por las calles del casco viejo de L'Hospitalet.

El dato: Desde 2010, el Museu de L'Hospitalet organiza rutas guiadas que, diseñadas por la historiadora Dolors Marín, muestran los lugares de la ciudad relacionados con la figura del guerrillero anarquista.


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