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"¿quién vive ahí?", "callejeros viajeros", programas sobre gente triste y sola

Publicado el 20 noviembre 2013 por Mediasmentiras @mediasmentiras

Tengo un gran defecto, bueno, tengo muchos pero este es grande, suelo fijarme en las miradas de las personas para saber cual es su estado de ánimo, para que compartan conmigo como si fueran un libro abierto sus emociones, sentimientos y particularidades.
Este ejercicio suelo realizarlo en el metro, el bus, la cola del supermercado, las cafeterías mientras me camuflo en el Marca...
También lo hago con la tv.
En programas como Sálvame, Mujeres y Hombres y Viceversa, debates pesimistas políticos o telediarios de gente seria y corbata.. paso.
Hay dos casos donde veo que la gente que sale está especialmente triste y sola.
¿Quién vive ahí?, es un programa estúpido. Trata de gente con mucho dinero que como están más solos que la una (y solo pueden comprar la compañía) aprovechan la televisión para enseñar su casa en la que han invertido mucho dinero.
Si no la muestran su ego se queda dañado. Lo hacen por eso, por obstentación obscena y ridícula.
Acostumbrados a cenas exclusivas con masca-chapas de cartera llena se quedan insatisfechos con tal ridícula corte de palmeros y lo quieren mostrar a todo el mundo para crear ¿envidia?.
Lo muestran por la tele que es más seguro, llevar a todos los chafarderos imbéciles a verlo en persona generaría inseguridad. Son gente acomplejada e insegura, mejor todo con mamparas de protección.
Si su ánimo de exhibición me parece obsceno y prescindible, la gente que lo ve me parece masoquista y tonta del culo.
¿Qué narices se gana viendo a ricos bien peinados que enseñan su casa con 30 baños cuando viven dos?. Nada. No se gana nada. Ni entretiene, es algo ridículo.
Yo me fijo en sus miradas, son tristes. Están solos, el éxito financiero extremo lleva a la soledad. Hasta la disponibilidad de dinero es bueno que no sea excesiva, ¡donádmelo coño!.
Me les imagino llenando las mesas que son para 20 personas con maniquís. No les envidio.
El otro día salía una mujer de unos 50 que se había zumbado a un amigo de su hijo y salía con él. Eso es a lo que aspiran, a la endogamia, a los círculos cercanos o a los profesionales de 2000 euros la noche con final feliz.
No les tengo la menor de las envidias, me dan hasta cierto punto pena, al igual que me lo dan los borreguitos que lo ven babeando mientras comen su bocata de choped del Día y reutilizan la infusión de manzanilla por segunda vez.
Otro programa tramposo y prescindible es el de "Callejeros viajeros".
Puestos elegir prefiero el que se hacía en España. Como documento periodístico, tipo "Equipo de investigación" me parecía correcto.
Esto es otra cosa.
Es una excusa para que los reporteros viajen a costa de la productora, es eso, sin duda.
La mayoría de la gente española que vive en el extranjero y sale en este programa tiene la mirada triste, siempre se remiten a la melancolía, hablan de lo que han dejado, no les veo yo como motivadores de la emigración.
A los que se les ve excesivamente felices se les nota que sobreactúan. Esos son los que no tienen apego a nadie, los tontos que como no son conscientes de que lo son serán felices en Iraq, Mongolia, Inglaterra o la luna.
No tienen maletas, ni siquiera la de la cultura. Se les ve como adaptados al medio con calzador, pero les vale.
Los otros, los emigrantes forzosos por trabajo nos descubren las maravillas de su país de acogida con guión de por medio y con la capacidad de contagio que tiene Pedro Solbes, la de su entusiasmo. Dan muchas ganas de ir, si, muchas, si si...
Luego están los que se han ido fuera "por amor". En muchos casos se han quedado sin ese amor y ya que estaban fuera de su país y habían hipotecado todo por una relación (sin cimientos) tienen que hacer vida allí.
Si salen en la tele y les dan 600 euros buenos sean, esa noche comerán caliente y en el bar de las "hots girls" también.
Pocos veo yo que se les note realmente felices. Algunos en islas de Indonesia y otros en urbes pequeñas americanas, poco más. Los que viven con menos, curiosamente.
El espectador que visiona este programa también es masoquista. Ve lugares donde nunca va a viajar y se crea una frustración estúpida, al igual que el programa de las casas de los pijos endogámicos.
Si vives fuera con dinero vale, lo compro, pero luego hay otros que ven esos programas, creen que el extranjero mola mogollón y se encuentran durmiendo en un coche o en una estación de trenes porque "eso no era como lo imaginaban". ¿Valientes o ignorantes?, valientes ignorantes, más bien.
Es un programa tramposo por eso, porque pretende vender que la gente es feliz por vivir fuera, siendo eso cierto en la minoría de los casos.
También conozco gente feliz viviendo fuera, los hay, los hay.
Pues nada, sigamos viendo programas basura como estos en televisión, tienen la ventaja de que como no tienen fuertes músicas ni gritos son buenos para conciliar la siesta o para chatear con rubias de Móstoles.


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