Revista Coaching

¡Quiero más decisiones salomónicas!

Por Jpviola

Mirando un capítulo de Los Simpson (no es que sea fanática, pero tienen lo suyo!), me dejó pensando en algo que quiero compartirles. Homero había prestado su colchón al matrimonio Alegría pero quiere recuperarlo. Para ello, ingresa a la casa de los Alegría. Al regresar éstos, March y Homero se encuentran en su casa y el Reverendo Alegría, recordando un pasaje del antiguo testamento, propone una solución: haz clic en la imagen para ver el fragmento.

¡Quiero más decisiones salomónicas!

Para aquellos que no estén familiarizados con la historia del juicio de salomón, les comparto una breve versión descrita en wikipedia:

“Se presentaron ante el rey Salomón dos mujeres que vivían en la misma casa y argumentaban ser la madre de un niño. Ambas madres habían dado a luz con diferencia de tres días pero el hijo de una de ellas falleció durante la noche. Al notarlo, esta madre intercambió los niños, colocando el muerto en los brazos de la madre que dormía y el que quedaba vivo en sus propios brazos.
A la mañana siguiente la madre que había dormido toda la noche se dio cuenta de la trampa y así fueron a buscar justicia ante el rey. Salomón para dilucidar el dilema, ensaya una treta y ordena partir al niño en dos. “Partid en dos al niño vivo, y dad la mitad a la una y la otra mitad a la otra”. La madre falsa está de acuerdo con el rey, pero la madre verdadera pide que no dividan al niño, renunciando a reclamar a su hijo. Con ello el rey Salomón pronuncia su sentencia devolviendo el niño a la verdadera madre: ”Entregad a aquella el niño vivo, y no lo matéis; ella es su madre”".

Muchas veces escuchamos o leemos en los periódicos que alguien ha tomado una “decisión salomónica”. Pero, ¿a qué nos referimos con ello? Hablando en sentido de eficiencia ¿una decisión salomónica es una decisión buena o mala? Fueron estas preguntas las que me cruzaron la mente mientras miraba Los Simpson. Y es que tomando este ejemplo, estoy convencida de que la decisión de Salomón nunca hubiera sido partir al medio el colchón, ya que así queda inutilizado para ambas parejas.

Revisando noticias en internet que incluyeran este concepto, confirmé mis sospechas. La mayoría de ellas utiliza la frase “decisión salomónica” para referirse a aquellas que no satisfacen por completo a ninguna de las partes implicadas, incluso haciendo referencia a decisiones drásticas utilizando el concepto como algo negativo, llegando a referirse a él como “castigo” salomónico.

El concepto también es utilizado para inducir la idea de decidir equitativamente, en partes iguales, mitad para cada uno.

Sabemos que Salomón era un hombre sabio y justo. No parece correcto entonces utilizar su nombre adjetivando las decisiones injustas y no eficientes. En honor a su nombre, creo que deberíamos llamar “salomónicas” a aquellas decisiones fruto de una reflexión y un análisis propio de un hombre sabio y justo, como lo era Salomón. De hecho, en el juicio salomónico que relatábamos más arriba, su decisión no es “partir al medio al bebé”, sino que ésto fue solo una estrategia para poder tomar la decisión correcta. La “decisión salomónica” fue entregar al niño a su verdadera madre.

Aclarado el concepto, termino como empecé: ¡Quiero más decisiones salomónicas! Seamos los primeros en empezar a tomarlas.


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