Revista Salud y Bienestar

Químicos tóxicos & electrosensibilidad I

Por Miguel @MiguelJaraBlog

Cada vez tenemos más claro que los productos químicos tóxicos con los que convivimos y las ondas electromagnéticas de los aparatos de comunicaciónes inalámbricas (teléfonos móviles, WiFi o bluetooth) inciden en nuestra salud. Cada vez más personas manifiestan hipersensibilidad a estas tecnologías o servicios. Todos estamos en riesgo. Pero ¿pueden además interferir la hipersensibilidad a los productos químicos tóxicos con la hipersensibilidad a los campos electromagnéticos o al revés? ¿Puede una persona con Sensibilidad Química Múltiple desarrollar electrosensbilidad y al revés? El especialista en domobiótica Carlos Requejo lo explica:

“Toda sensibilidad, sea química o electromagnética, es siempre electroquímica; debemos considerar que los principales agresores son moléculas o átomos ionizados (cationes o radicales libres), y en especial importa el potencial eléctrico de la membrana celular, sobre todo en la barrera hematoencefálica“.

Limpio

El catedrático de fisiología médica Darío Acuña, que trabaja en el Instituto de Biotecnología de la Universidad de Granada, lo cuenta de manera más académica:

“La función celular y orgánica está basada, regulada y coordinada por diferencias de gradientes o potenciales iónicos y moleculares bioquímicos y posteriormente electromagnéticas de baja frecuencia e intensidad. Esta actividad inicialmente bioquímica y posteriormente electromagnética queda expresada gráficamente con los electroencefalogramas, electrocardiogramas, electromiogramas, y, más recientemente, electromagnetogramas”.

Minerva Palomar, una joven con hipersensibilidad a los campos electromagnéticos que se ha documentado mucho para poder comprender sus patologías, tiene otra manera más sencilla de argumentarlo:

“Creo que todo es lo mismo. Lo que ocurre es que el nivel de afección difiere por la cantidad de químicos acumulada. Los campos electromagnéticos amplifican la huella que han dejado en mi organismo los químicos tóxicos”.

En efecto, nuestro organismo es un organismo precisamente porque en él todo está interconectado. La sinergia entre hipersensibilidades también la pone de manifiesto el Informe BioIniciativa. En su apartado ELF [campos electromagnéticos] y exposición a químicos tóxicos, califica de “evidencia” los “efectos sinérgicos” de la exposición a sustancias químicas tóxicas y campos electromagnéticos. Esta combinación aumenta el daño en comparación con la exposición única a sustancias tóxicas, afirmación basada en un metanálisis de 65 estudios sobre el asunto.

“El daño oxidativo, debido a los radicales libres, es un buen candidato para explicar estos resultados”, concluye este informe, uno de los más amplios realizados hasta la fecha sobre los impactos de la contaminación electromagnética en la salud.

La escritora y periodista sueca Gunni Nordstrom, autora del libro The invisible disease, sugiere que “Sensibilidad Qímica Múltiple, fatiga crónica y electrosensibilidad pueden ser diferentes nombres para básicamente el mismo problema“. Además, asegura que la sensibilidad a la luz, fotofobia, es una de las pistas más importantes para explicar la causa de la sensibilidad eléctrica y ha estudiado numerosos casos de personas electrosensibles a las que la luz les daña cuyos síntomas comenzaron tras exponerse a la pantalla del ordenador.

La sensibilidad a la luz también la sufren los químicosensibles. La periodista ha estudiado cómo convergen las dos hipersensibilidades en los usuarios de ordenadores, que emiten contaminación electromagnética y poseen gran cantidad de productos químicos muy peligrosos. Y, aunque no es la queja fundamental de las personas hipersensibles que yo he tenido la oportunidad de entrevistar, sí es cierto que en algunos casos manifiestan fotofobia.

“No sabemos nada sobre cómo trabajan al unísono los productos químicos y la radiación electromagnética”, concluye Nordstrom.

Lo que es seguro es que la mencionada es una línea de trabajo digna de investigar.

Más info: El libro La salud que viene. Nuevas enfermedades y el marketing del miedo (Península, 2009) contiene un capítulo sobre la hipersensibilidad a los productos químicos tóxicos y otro a la hipersensibilidad a los campos electromagnéticos. Éste escrito es parte del libro que ofrece muchas más info.


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