Para la sección de Editoriales amigas, traemos una nueva entrada que dedicamos al nuevo libro editado por Alhulia Ediciones, en la preciosa colección Mirto Academia, de la Academia de Buenas letras de Granada, y que lleva por título, Con alcances de humuvia, del poeta Antonio Carvajal, cuyas excelencias queremos compartir con nuestros seguidores muy parcialmente ofreciendo unos pocos poemas, que creo servirán para abrir el poético apetito al resto que componen tan singular libro de poemas.
CON ALCANCES DE HUMUVIA,
DE ANTONIO CARVAJAL
AIRE LIBRE
Para Manuel Vergara
Qué libertad los montes.
Ancha la luz, más anchos
los pechos con la brisa
más dilatada y ágil,
sentirse humano y pájaro,
pájaro de alma en vilo,
con más trino, más vuelo,
y sin riesgo en los saltos
pasar los carvajales
a impulsos de vergaras,
más allá del sí mismo,
oh libertad sin tasa.
ONCENA CON HUMUVIA
Para José Biedma
Es el macasar humuvia
en los páramos del frío
como tras ardiente estío
con caricias de la lluvia
se despierta un vago aroma
con dejes de macasar,
y al cuerpo ―que se sabía
exánime― qué alegría
lo mima y lo mece y toma
cuando vuelve a suspirar
y el campo el alma le asoma.
![]() |
Antonio Carvajal |
TRANSPARENCIAS
Tienes el alma de sal,
dejas que la luz te pase
con la transparencia alada
de un silbo claro en el aire.
Lo sé porque mis palabras
y tus palabras se hacen
lazos de brisa en los ojos,
nudos de luz en los aires.
RETRATOS
A menos luz del viso,
el iris más brillante,
y a tules y tinieblas
de fondo, candeales
las mejillas: con más
rocío, menos sangre.
Con paso poco el cuerpo;
a la sonrisa, el aire.
¡Ay de quien no sonríe!
Queda muda su imagen,
ciega al rumor del agua
en los cañaverales.
Importa más el ojo
que vio que los paisajes
vedados al silente
tránsito de los ángeles;
y, aunque nadie se guste
cuando alcanza a mirarse
en la mirada de otro
con la verdad por clave,
las leves aureolas
de la gracia le hacen
saberse más en sí
y miembro del linaje
de los que bien se aceptan
porque mejor se saben.
Fijar para otros días
Ese momento grácil
en que el cautivo rompe
los lazos asinales
es prodigio aromado
que en el índice trae
el generoso pálpito
de Francisco Fernández.
Antonio Carvajal