La mayoría de los encuentros que miden a dos candidatos al título suelen tener un desarrollo parejo y con escasas emociones. Pocas ideas y menos situaciones de gol abundaron en el Cilindro de Avellaneda, donde muchos esperaban un duelo de alto voltaje entre Newell’s y Racing por la punta del torneo Inicial 2012.
En un contexto sumamente chato, el elenco rosarino no resignó sus convicciones y buscó ejercer un dominio casi monopólico del balón. Sin embargo, en pequeños tramos de la noche logró transformar esa posesión en ocasiones de peligro para el arco defendido por Sebastián Saja. El discreto papel de Pablo Pérez, uno de los cerebros leprosos, provocó que el equipo no encontrara las soluciones necesarias para abrir el marcador. A su vez, la ausencia del lesionado Maximiliano Rodríguez mermó sobremanera la jerarquía leprosa.
Más allá de no haber sido abastecido como en compromisos anteriores, Ignacio Scocco implementó su prestancia para poder inquietar a la sólida estructura racinguista. Principal encargado de los tiros libres (dos se fueron apenas desviados) y preciso asistente, combinó sus esfuerzos junto a Víctor Figueroa para edificar gran parte de las arremetidas visitantes.
Racing, asimismo, cumplió el mismo guión que ha caracterizado sus actuaciones en el certamen. Cuando corrían sólo 60 segundos, estrelló un esférico en el travesaño y luego entregó la iniciativa completamente. Demostró poca transición ofensiva y careció de una elaboración coordinada y fluida. Por ello, Luciano Vietto y Ricardo Centurión funcionaron como las cartas de ataque más incisivas de la Academia, aunque no disfrutaron de la lucidez suficiente.
El Tata Martino, técnico del Newell’s puntero.
Mauro Camoranesi -quien volvió a propinar una agresiva plancha a un adversario- y Luis Fariña fueron las variantes impuestas por Luis Zubeldía, quien decidió cambiar su libreto para conformar un núcleo capaz de generar fútbol. Además, intentó oxigenar el aspecto ofensivo con la inclusión de José Sand, pero éste no pudo igualar o mejorar la performance de Javier Cámpora.
Ambas escuadras atraviesan un auspicioso presente en el campeonato. Newell’s, ese equipo de fuerte identidad y pertenencia, posee argumentos mucho más fuertes que su escolta, que esperará un tropiezo de sus contrincantes para continuar con su sueño.
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