El sondeo de abril del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) revela la resilencia del PP como partido número uno de España pese a sus muchos casos de corrupción y a que Mariano Rajoy aparece como uno de los políticos menos valorados.
O los españoles le dan menor importancia a esa corrupción y a lo que parece displicencia del presidente del Gobierno, o es que ven a sus rivales como más peligrosos de acuerdo con el refrán “Es peor el remedio que la enfermedad”.
A pesar de una ligera caída en intención de voto, el PP volvería a ganar las elecciones generales, lo que le permitiría gobernar sumando a Rivera, de Ciudadanos; ambos superarían ampliamente a la previsible alianza de un PSOE regido por Pedro Sánchez y Podemos, llamémosle Sanchiglesias.
Pero si Sánchez gana las primarias socialistas del día 21, no lo dude usted, se unirá además de a Podemos a los independentistas y otras fuerzas extremistas, como piden importantes representantes de su facción
El remedio Sanchiglesias podría así formar gobierno y sería peor que la enfermedad Rajoyvera.
Aparte de destruir la España actual mataría al PSOE, que obtiene una leve subida provisional y que se pone por encima de Podemos, quizás por la alta valoración que obtiene del líder de la Gestora del partido, Javier Fernández.
Valoración que proclama el apoyo a la moderación del presidente de Asturias, hombre serio, cabal, y de una historia que de momento parece impecable.
Mientras, los dos bancos más grandes de Estados Unidos, JP Morgan y Bank of América, acaban de advertirle a sus inversores que temen una victoria de Sánchez en las primarias, y que Sanchiglesias y sus aliados desestabilicen la economía del país, lo que acabaría con el crecimiento y aumento del desempleo, que estaban despegando.
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