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"Raqueta" en la nieve

Publicado el 10 marzo 2015 por Planeta Cereza


Cómo pasa el tiempo !! Ya estamos en marzo, están subiendo las temperaturas en Madrid, florecen los almendros y los cerezos para decirnos que el invierno se acaba, el sol hace que los días se vuelvan claros y luminosos... Parece primavera y la ruta que realicé recientemente con raquetas en la nieve por la sierra de Madrid me parece ya muy lejana, aunque solo hayan pasado 15 días. Había nieve, mucha nieve. Y parece que aun la hay. Confío en que quede mucha para quien quiera todavía disfrutarla. Yo no pienso subir de nuevo a comprobarlo: muchos kilómetros, un largo y pronunciado ascenso, niebla densa y ventisca en la cumbre... me gustó la excursión, el paisaje, la compañía y la experiencia, que en su día califiqué de dura y angustiosa por las condiciones tan adversas que tuvimos, pero hasta que no se me olvide y se me pase un poco la sensación de estar medio perdida en la montaña sin ver un palmo más allá de mis narices, sin saber donde estaba ni el norte ni el sur y sin saber si volvería a encenderse el GPS, "no repito".






El día amaneció soleado y sin viento. Al poco de llegar al pueblo de Somosierra empezamos a ver las primeras nubes. A la mitad de la ruta, en la cumbre, ya solo se veía una nube, bueno, no se veía, se sentía, porque estábamos dentro de ella y ver, lo que se dice ver, no se veía nada. La subida a la Peña Cebollera o Pico de las Tres Provincias que hicimos es una ruta circular de dificultad moderada de poco más de 16 kilómetros que con buenas condiciones meteorológicas se hace en unas cuatro horas aunque nosotros tardamos bastante más. Salimos desde el mismo pueblo de Somosierra, desde la gasolinera que hay en la antigua N-I y a partir de esta nos dirigimos a las cascadas del Chorro de los Litueros, el salto más grande y con mayor caída de la Comunidad de Madrid que cuando se une al arroyo de las Pedrizas se convierte en el nacimiento del río Duratón. Se llega allí por un camino fácil sin señalizar de algo más de un kilómetro y ya desde este punto iniciamos la subida, al principio en paralelo con la autopista A1, por pistas, caminos o cortafuegos, con varios tramos de fuerte pendiente, hasta la cumbre del Pico de las Tres Provincias a 2129 metros de altitud donde confluyen los límites de las provincias de Madrid, Segovia y Guadalajara. En este primer tramo, donde al principio dudábamos si llegaríamos a ponernos las raquetas pues no veíamos mucha nieve, el paisaje se me iba tornando cada vez más precioso, tanto que decidí cambiar las gafas de montaña por mis gafas de sol graduadas, no quería perderme tanta belleza, ni tampoco caerme más.





Según avanzaba el día y el ascenso, las condiciones climatológicas empeoraban considerablemente y llegó un punto en el que tuvimos que elegir entre seguir, confiando en el GPS, o dar la vuelta y retroceder por donde habíamos venido. Optamos por lo primero aunque la niebla era densa y la ventisca cada vez era más intensa, y así tuvimos unos kilómetros en los que fuimos a ciegas hasta llegar a la cima que fue justo donde se nos apagó el GPS por unos minutos. Afortunadamente el aparato reaccionó e iniciamos la bajada rápidamente, pues contábamos ya con pocas horas de luz, un trayecto que a mí se me hizo muy dificultoso por la tensión y porque bajamos en varios tramos campo a través por encima de matorral hasta conseguir llegar a la pista desde la que ya solo quedan 3 o 4 kilómetros de camino fácil. Se nos hizo de noche a unos 300 metros del final pero acabamos sin problemas la ruta sanos y salvos en el punto de inicio donde nos esperaba un maletero de coche lleno de comida y bebida para reponer fuerzas.










Para mí fue una experiencia dura, quizá porque no la esperaba tan intensa, una prueba de resistencia y alguna vez pensé que también de supervivencia, no tuve tan claro en algunos momentos que no pasáramos allí la noche !! Siempre, siempre, siempre, leer y hacer caso a las precauciones, recomendaciones y consejos prácticos para la seguridad en este tipo de rutas de montaña, llevar buena equipación porque en la montaña todo puede cambiar de repente, planificar bien la ruta, evitar riesgos innecesarios, provisionarse de bebida y comida adecuada, un GPS, o dos, imprescindible !!, prudencia.... y algo muy importante, nunca ir en solitario sino en grupo y si puede ser con buena compañía, como fui yo.

Almu, Marta, Óscar, Luis, Gaetan, Raqueta, Juan Carlos y Antonio.





Todas las fotografías son propiedad de JCGRDZ.
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