Revista Cultura y Ocio

Raza y nazismo

Por Liber

El nazismo desarrolló varías teorías sobre las razas. Esta ideología afirmaba poder determinar científicamente una jerarquía estricta en las razas humanas, en cuya cúspide se enmarcaba la raza nórdica y, seguidamente, las razas inferiores. En la parte baja de esta pirámide racial se situaban las razas parásitas (conocidas como Untermenschen - subhumanos - por los nazis), percibidas como peligrosas para la sociedad. Los escalones más bajos en la política racial de la Alemania nazi de Adolf Hitler eran los africanos, los gitanos y los judíos. Estos dos últimos llegaron a ser tachados de Lebensunwertes Leben ( vida indigna de ser vivida). No hay que imaginarse mucho las consecuencias de todo esto, ¿verdad?

Los judíos primero y los gitanos poco tiempo después se convirtieron en ciudadanos de segunda clase y fueron invitados a abandonar el nuevo Reich alemán, antes de ser recluidos como animales en campos de concentración y de ser físicamente eliminados durante el Holocausto. Richard Walther Darré, ministro da Alimentación y Agricultura de la Alemania nazi entre 1933 y 1942, popularizó la expresión Blut und Boden ( Sangre y tierra), una de las muchas expresiones del diccionario de la ideología nazi empleadas para reforzar el racismo en boga entre los ciudadanos del nuevo Reich de los mil años.

El concepto de raza y la ideología nazi

La ideología nacionalsocialista decía que, al ser la nación la expresión de la raza, la grandeza de la raza podría evaluarse conforme a la capacidad y al deseo de una raza de conseguir una gran tierra natal. Los éxitos alemanes en los campos científicos, tecnológicos, filosóficos y culturales eran interpretados como pruebas científicas que justificarían, según los nazis, su ideología racista. La pureza racial era vista como carente de protección, mientras que las clínicas conocidas como Lebensborn tratabn de generar una raza aria pura, incluso llegando a quitar por la fuerza a madres noruegas sus hijos y a llevárselos al Tercer Reich para criarlos según la nueva religión de la esvástica. Por otra parte, el arte misma era tachada de capaz de generar degeneración racial y clasificada como arte degenerada con inusitada frecuencia ( Entartete Kunst) y tildada en muchas ocasiones como judeo-bolchevique o no germánica.

Todos estos aspectos se desarrollaron a partir de un movimiento mayor basado en el racismo científico, corriente desarrollada al unísono de las teorías del darwinismo social, que ubicaban a la cultura europea en la cúspide mundial. Lo cierto es que el racismo científico se enseñaba en algunas de las mayores universidades europeas y estadounidenses en la década de los años 30.

Raza nazismo

El nacionalsocialismo aprovechó la coyuntura y mezcló este racismo con sus teorías antisemitas y pangermánicas, que servirían todas ellas de inspiración para la política racial integral del Tercer Reich, especialmente en las racistas Leyes de Núremberg de 1935. Aparte de todo esto, se desarrolló un fuerte sentimiento nacionalista y racista fruto de la situación de los Heimatvertriebene (alemanes desplazados fuera de las fronteras del Reich en la antesala de la Segunda Guerra Mundial).

Hay que recordar también que el racismo científico se mezcló en algunos círculos nazis con la mística esotérica nazi, creadora del mito espiritual de la raza aria. Alfred Rosenberg, uno de los principales teóricos racistas del nazismo, concibió una "religión de sangre" que transformaría al cristianismo, haciendo de Cristo un miembro de la raza nórdica a la cual el pueblo alemán supuestamente pertenecía. Estas ideas sobre una religión racial fueron popularizadas en periódicos como Der Stürmer, dirigido por Julius Streicher, o por el Völkischer Beobachter, diario oficial del Partido Nazi, editado por el propio Rosenberg (haz clic aquí si deseas saber más sobre la prensa del Tercer Reich).

A modo de curiosidad, destacar que Joseph Goebbels seleccionó personalmente a Hessy Levinsons Taft, una bebé judía, para representar al "bebé ario ideal" en una propaganda nazi. Goebbels, por supuesto, no estaba al corriente de los ancestros del bebé.

Los filósofos y otros académicos nazis también contribuyeron a la construcción de la ideología racial nacionalsocialista. La relación entre Heidegger y el movimiento nazi sigue siendo un tema de controversia en la historia de la filosofía que perdura hasta la actualidad. Según el filósofo francés Emmanuel Faye, Heidegger dijo de Spinoza que era un cuerpo extraño en la filosofía (ein Fremdkörper). Faye constató que el término Fremdkörper era un término procedente de la terminología nazi y no del alemán estándar. Carl Schmitt, otro pensador alemán nazi, jurista, desarrolló una filosofía del derecho alabando el Führerprinzip y Alfred Baeumler instrumentalizó el pensamiento nietzscheano, en especial su concepto de voluntad de poder, en un intento de justificar la ideología nazi.

Implementación de las teorías racistas y propaganda

Los nazis desarrollaron un elaborado sistema de propaganda para difundir estas teorías racistas en el Tercer Reich, que harían que fuese tachado de estado totalitario por parte de las democracias europeas. De esta manera, la nueva sociedad nazi serviría de germen de un nuevo orden regido por la raza aria. No podemos terminar el artículo sin hablar de la instrumentalización del deporte también con fines racistas, con el fin de conseguir una regeneración racial.

Las Juventudes Hitlerianas tenían la motivación básica de entrenar a los futuros superhombres arios que combatirían sin descanso por la Alemania de Hitler. Tampoco podemos olvidarnos del cine, empleado como medio de propagación de las teorías racistas (con producciones racistas como Jud Süß, Der Ewige Jude, Die Rothschilds, etc.), bajo la batuta del ministerio de Propaganda del Dr. Goebbels. En Dresde se creó un Museo de la Higiene para difundir sus teorías. Un póster del museo, de 1934, presentaba a un hombre con características netamente africanas que rezaba así: si este hombre hubiese sido esterilizado... 12 enfermos hereditarios no habrían nacido.

Las teorías raciales nazis fueron implementadas muy pronto dentro del Tercer Reich, principalmente por las Leyes de Núremberg de 1935 y por la Ley para la Prevención de Descendencia Hereditariamente Enferma de julio de 1933. En virtud de estas leyes, se llevaron a cabo programas de eutanasia como el Aktion T4, que perseguía a personas acusadas de representar peligro de degeneración del pueblo alemán: el martilleo constante de las teorías raciales en el Tercer Reich tendría la muerte como último resultado inevitable.


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