Revista Creaciones

Receta: La masa para pizza perfecta

Por Gemma Adeva @holawasel

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La pizza es uno de esos platos que podría comer todos los días de mi vida sin cansarme. Sin exagerar. Me gusta con la masa fina, gruesa, con atún, con carne a la barbacoa… ¡hasta con verduras! Cuanto más raros sean los ingredientes que van sobre la base, más me gusta y más curiosidad me entra por probarla. Mi mejor amigo y yo incluso tenemos un ranking sobre las mejores pizzas con patatas fritas de Alicante. Y nunca podré olvidar la pizza con membrillo que comí en Madrid aquel finde craft.

Pero el mayor placer es hacer la pizza en casa. Aquí este año hemos creado la tradición de hacer que los viernes sean noche de pizza. La mayoría de las veces hago la masa en un momentito y después toca improvisar con los ingredientes. No os voy a engañar, la pizza siempre está más rica cuando se hace con todos los restos que hay por la nevera :D

Cada viernes subo una foto de nuestra pizza a Instagram, con el hashtag #lapizzadelviernes (menos cuando me olvido y me la como sin haber hecho foto). Como siempre hay alguien que me pregunta por la receta para la masa, finalmente la voy a compartir aquí por si algún día os apetece hacerla. Es muy, muy fácil.

INGREDIENTES (PARA UNA PIZZA GRANDE)

– 175 gramos de harina normal, que no sea de fuerza, vamos.
– 113 gramos de agua.
– Medio sobre de levadura seca de panadería.
– 3 gramos de sal.
– 7 gramos de aceite de oliva.

PREPARACIÓN

1. En un bol, coloca la harina, el aceite y la sal. Después disuelve la levadura en el agua y añádela al bol. Mezcla todos los ingredientes con una cuchara de madera o con la mano (la masa en este momento es muy pegajosa, así que yo lo hago con una cuchara). Deja que repose 15 minutos.

2. Pasa la masa a la encimera y empieza a amasarla hasta que esté quede suave y elástica. Como ya dije, es una masa algo pegajosa, pero conforme amases irá dejando de pegarse. Intenta no añadir mucha harina a la superficie de trabajo, aunque se pegue un poco. Amasa bien durante unos 15 minutos.

3. Unta un bol con aceite y coloca la masa hecha una bola en él. Tápalo y deja de repose hasta que haya doblado su tamaño (dependiendo de la temperatura de tu cocina, 1 hora o algo más).

4. Pon el horno a precalentar a 220º.

5. ¡Ahora es el momento de darle la forma redondeada! La teoría es que hagas esto sobre la encimera, pero yo soy muy tramposa y lo hago directamente sobre la bandeja del horno ya forrada con papel, porque siempre la fastidiaba al traspasar la base de la pizza de la encimera a la bandeja… así que puedes hacerlo así también :)

Saca la masa del bol y aplasta la bola con los dedos, del centro hacia fuera. Ve dándole la forma redondeada. Dicen los puristas que la pizza nunca debe estirarse con rodillo, pero si te pone nerviosa hacerlo con las manos, puedes usarlo. A mi me gusta hacerlo con los dedos, intentando que quede redondita, cosa que no siempre ocurre, jeje. Debes intentar que quede muy fina.

6. Coloca los ingredientes del relleno. Pensaba hacer alguna sugerencia, pero es tontería: pon una base de tomate y después añade los ingredientes que más te gusten, no te olvides de terminar con un poco de orégano o albahaca.

7. Ahora mete la pizza en el horno y deja que se haga durante unos 15-20 min. dependiendo de la potencia de tu horno. Cuando los bordes empiecen a dorarse y los ingredientes burbujeen, está lista.

¡Siempre utilizamos la misma receta y nunca falla! La pizza queda esponjosa pero no gruesa, con mucho sabor y bordes riquísimos. Mi siguiente reto es intentar hacerla con el borde relleno de queso…

El próximo fin de semana ya tienes algo nuevo para probar ;)

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