Revista Cine

Recordando algunas escenas antológicas: HERE’S JOHNNY!!!

Publicado el 16 octubre 2010 por Cinefagos

TheShining_788880c

“Un tal S.K está hasta las pelotas de otro tal S.K.” Stephen King.

Stanley Kubrick no es Dios, y nadie será capaz de convencerme de lo contrario. No le considero más que un director con una visión personal arrebatadora y la mala leche suficiente como para ponerles un asesor al matrimonio Nicole Kidman y Tom Cruise porque, según él, no resultaban creíbles en sus escenas de sexo para la película Eyes Wide Shut. Sin embargo hay una iglesia de adoradores de Kubrick que parecen elegirle como el “director definitivo de todos los tiempos”, incluso cuando hay cosas de sus películas que sólo podemos entender meneando la cabeza, encogiéndonos de hombros y diciendo: es Kubrick. Si me pedís una prueba consistente de que no era tan bueno, os diré que felicitó al equipo de doblaje al castellano de “El Resplandor”. Sí, incluso a Verónica Forqué.

La frase que abre este post bien podría pertenecer a la leyenda, porque cuando Kubrick se obsesionaba con una idea, buscaba una novela que la representara para poder trabajar sobre ella. Encontró su particular “ensayo sobre la locura” en la novela de Stephen King titulada “El Resplandor”, con la historia acerca de un vigilante de un hotel, su familia y sus obsesiones mentales. Se trata de una de las mejores novelas de King, que con sólo tres personajes es capaz de escribir más de quinientas páginas sin desperdicio alguno (cosa que no se puede decir de toda su carrera, claro, y eso que esta mañana me he acabado “La tienda”), aunque Kubrick decidió adaptarla a su manera. Así, entre llamadas a altas horas de la madrugada para discutir algunos detalles del libro, King por lo visto le soltó esa “perlita” antes de colgarle y regresar a la cama. No hay que olvidar que por aquella época el escritor no pasaba por un buen momento. Pero aunque la película cambiase algunos elementos de la historia, no se puede negar la energía con la que Kubrick manejaba a los actores, algunos hasta el borde del agotamiento o, incluso, llegando a maltratar a la actriz para que diera el aspecto de estar destrozada. De ahí que tras innumerables tomas, Jack Nicholson improvisase la legendaria frase con la que siempre presentaban a Jhonny Carson en su programa de televisión. Nunca se llegará a saber cuánto de lo anterior es parte de ese halo místico que rodea al director, pero nadie le quita el haber dejado en “El Resplandor” una imagen para la posteridad armado tan sólo con Jack Nicholson, una puerta… y un hacha.

 

Pd: Este post se iba a haber publicado ayer, pero justo cuando estaba viendo el momento en que Jack Nicholson destroza la puerta… explotó mi monitor. Tengo miedo a quedarme solo en casa.

 


Volver a la Portada de Logo Paperblog