Recuerdos de Roma y de la bella Italia

Hace justamente 3 años por estas fechas estaba paseando por las calles de Roma, ciudad que se ha convertido en una de mis favoritas de Europa. Antes del viaje mis expectativas ya eran altas ya que he viajado 5 veces a Italia y nunca he vuelto decepcionada, al contrario. Italia es un país que adoro y por ello he querido recordar mis mejores experiencias por este país que estoy segura que volveré a visitar en un futuro. 
1- Roma. 
Roma es fantástica en su conjunto, sus calles llenas de historia te envuelven y puedes notar una calidez que pocas ciudades tienen. Tiene un fácil acceso y aconsejo recorrerla a pie para empaparnos de la vida romana (sobretodo en barrios tan auténticos como Trastevere) y disfrutar de cualquier rincón, cualquier plaza o monumento. La comida es exquisita y no es nada cara; el alojamiento sí se nos llevará una parte importante de nuestro presupuesto para el viaje aunque rebuscando siempre podemos encontrar buenas opciones de alojamiento en Roma. En nuestro viaje a Roma nos alojamos en un bed & breakfast cerca de la estación, nuestra primera experiencia en un establecimiento de este tipo que recomendamos para estancias cortas o si se quiere utilizar el hotel simplemente para ducharse, dormir y disfrutar de un buen desayuno recién hecho por la mañana de mano del dueño del apartamento. Si queréis la información detallada de nuestro viaje a Roma pinchad aquí. 
Voy a pasar a comentar experiencias concretas que ya me estoy enrollando más de la cuenta. Así que de Roma destaco la visita al Coliseo, considerada una de las 7 maravillas del mundo moderno. Recomiendo que se haga la visita con audioguía o contratando algún guía ya que así podréis disfrutar mucho más de la visita ya que os contarán datos, anécdotas e historias que harán que te traslades a la época de los romanos y te imagines el estadio lleno de gladiadores y jolgorio por unos momentos. 

Aunque mi lugar favorito de la ciudad es, sin duda, la Fontana di Trevi. Muchas veces llegamos a los puntos turísticos de cualquier ciudad habiendo visto demasiadas imágenes o con unas expectativas demasiado altas que luego no quedan satisfechas (como me pasó con la Plaza San Pedro, por ejemplo). Este no es el caso. La grandeza de la Fontana impresiona porque se come la plaza entera en la que está situada (que es diminuta). Es un sitio que embelesa y que no te cansas de contemplar. 

2- Subir al Etna, volcán en activo en Sicilia
Estar en el cráter de un volcán es siempre una buena experiencia pero si estás en una zona de actividad volcánica en la que puedes ver desde muchos km de distancia las fumarolas del volcán Etna, tiene un plus. Contratamos la excursión de día entero en una agencia de viajes en Taormina, otra bonita ciudad siciliana que merece la pena visitar. Más detalles del viaje a Sicilia aquí. 



3- Maravillarse con los paisajes que nos ofrecen las costas sicilianas
No hay que añadir muchas palabras a la imágenes. La costa siciliana es montañosa, escarpada y preciosa. La costa en general me encanta, soy de mar, pero la costa siciliana para mí tiene un encanto especial. 


4- Situarse en el Ponte Vecchio en Florencia
Florencia es otra de las grandes ciudades italianas que no me arrepiento en absoluto de haber visitado, aunque hay gente que no le ha encontrado ningún atractivo, a mi me encantó. Uno de sus principales atractivos es visitar el Ponte Vecchio (Puente viejo), un puente medieval sobre el río Arno. Pues precisamente recomiendo la vista que se obtiene desde él y si puede ser durante el atardecer, viendo la puesta de sol mucho mejor. Si tenemos que esperar a que se ponga el sol lo tendremos fácil ya que el puente está repleto de tiendas enfocadas al turista, así que un rato de compras nos puede ayudar a pasar el tiempo! En este enlace podréis leer todo el viaje por el norte de Italia.  

5- Ver Florencia y Venecia desde sus puntos más altos 
No tengo vértigo con lo que disfruto accediendo a los puntos más altos de las ciudades para verlas a vista de pájaro. En Italia he tenido la oportunidad de subir a la torre campanario (campanile de Giotto) de la Catedral Santa María de las Flores de Florencia desde donde podemos observar la famosa cúpula de la catedral desde otro ángulo. Y también recomiendo subir al campanario de San Marcos en Venecia para poder obtener unas estupendas vistas de los canales, el mar azul verdoso y Santa María de la Salud. 

Imagen tomada desde la torre campanario en Florencia

Imagen obtenida desde el campanario de San Marcos en Venecia

6- Ver el gran canal de Venecia desde Ponte Rialto y la Plaza San Marcos y luego perderse por sus callejuelas
Hay visitas obligadas en Venencia. Sí o sí hay que ir a la Plaza San Marcos y al Ponte Rialto para observar el Gran Canal desde allí, pero una vez cumplido recomiendo perderse por las calles laberínticas de Venecia sin un rumbo establecido. Así descubriremos rincones con mucho encanto, pequeñas tiendas de artesanía a precios asequibles y lugares con historia muy especiales. Os dejo el enlace de mi viaje a Venecia.




7- Visitar la torre inclinada de Pisa
Pisa es una pequeña ciudad que pasaría totalmente desapercibida si no fuera por la curiosa inclinación de su torre. Dicen que no hay mal que por bien no venga y en este caso un fallo del arquitecto que no contó con la debilidad de los cimientos ha traído millones de turistas y ha dado vida y visibilidad a esta ciudad de la Toscana. Vamos, como el Ecce Homo de Borja, en Zaragoza. :)

8- Caminar de noche por cualquier calle con historia de cualquier ciudad italiana. 
La foto fue tomada en Udine, una ciudad situada en el nordeste de Italia, a pocos km de la frontera con Eslovenia, pero me valdría cualquier otra calle adoquinada o con un claro pasado medieval. Las calles suelen estar cuidadas y es agradable pasear por ellas y contemplar los monumentos durante la noche ya que con la iluminación adecuada adquieren otro aspecto, con más majestuosidad si cabe. Las calles de las ciudades italianas tienen mucha vida por la noche. Hace años que no se puede fumar en los locales y han aprendido a crear y utilizar terrazas en invierno y en verano con lo que hay ambiente y te sientes seguro. 

9- Disfrutar de la gastronomía italiana
¡¡Mamma mía!! Aquí podría extenderme mucho rato alabando la "cucina" italiana. Soy una gran amante de la gastronomía en general pero la italiana me pierde. Disfruto enormemente de las pastas, los risotto, los postres... ¡Todo! Me gusta comerlos en España pero allí todo es infinitamente más bueno que aquí. Cada comida ha sido un placer en Italia, sobretodo en Sicilia o en Udine donde todo es mucho más casero que en Venecia por ejemplo que es más turístico, almenos algunos restaurantes que he probado, imagino que los habrá buenos y malos como en todas partes.

La hora del postre es siempre un dilema: ¿tiramisú, panna cotta o crema de mascarpone? Me vale cualquiera pero no puedo hacer un viaje a Italia sin comer algún tiramisú. Me explicaron en uno de los viajes que el nombre viene de "tira mi su" que significa algo así como "tirame para arriba" o sea anímame o ayúdame a recuperar el ánimo; cosa que hace perfectamente porque se pasan todas las penas ante un tiramisú casero jajaja. 

Los helados italianos merecen un punto y a parte. ¡Deliciosos! Son muy cremosos, en el punto justo de dulzor y apetecen en cualquier época del año haga frío o calor. Además hay tantos sabores como os podáis imaginar. Imprescindible comer alguno si visitáis sobretodo por el norte de Italia.   

Y las pastelerías son irresistibles, mejor pasar por los escaparates con los ojos cerrados si sois de fácil tentación como yo. Una vez compré una tableta de chocolate casera barnizada con granitos de azúcar deliciosa, no he vuelto a ver nada parecido. Queda claro que la comida italiana es mi perdición, ¿verdad?

10- Aprender lecciones gracias a compartir un idioma bastante parecido. 
Otro aspecto positivo de viajar a Italia es que no tendremos muchos problemas con el idioma ya que se parece bastante al castellano y en el norte de Italia por la zona de Milán se parece bastante al catalán. Así que podremos entender cosas como este cartel de la calle que no anunciaba ninguna marca, simplemente el valor de una sonrisa: 
 - No cuesta nada-  Enriquece a quienes lo reciben sin empobrecer a los que lo ofrecen-  Tiene la duración de un rayo pero se puede recordar para siempre -  Nadie es tan rico que pueda prescindir

¡¡¡¡¡A sonreir!!!!!