Revista Decoración

redescubre VLC: "39 grados 27 norte"

Por Tres
Buenos días,
Hoy venimos con una nueva entrega de nuestra sección redescubre Valencia, (que como ya sabéis se publica periódicamente en la revista digital lamarquesa), y para ello qué mejor que llevaros a su esencia más genuina, a su esencia mediterránea.
Porque, sin duda, esto es lo que nos encontramos cuando acudimos a cenar o a tomar unas copas a 39 grados 27 norte, mediterráneo en estado puro.
Este local ya ha recibido un gran reconocimiento y hoy por hoy está considerado como uno de los sitios con más personalidad de toda Valencia. Y no es de extrañar, porque goza de un entorno único y privilegiado.
Situado en la Marina Norte del puerto de Valencia, en concreto en la dársena que fue escenario de la exclusiva Copa Louis Vuitton, disfruta de unas espectaculares vistas al mar, a la playa de la Malvarrosa y Las Arenas.



Ya sólo con esta presentación estamos convencidos de que el sitio merece la pena, pero si además le añadimos un proyecto impecable, un cuidado diseño en el interior y una exquisita carta de productos frescos del día seguro que no podremos resistirnos.
El proyecto está firmado por el arquitecto Carlos Meri, que ideó una gran terraza-voladizo sobre el espigón del puerto, que se asienta sobre una gran losa volada de hormigón. Este es uno de los mayores logros del proyecto, ya que se consigue una agradable sensación de estar suspendidos sobre el mar.
Todo el espacio está constituido por una gran planta rectangular que conforma un único espacio con tres usos distintos: el restaurante, la terraza exterior y un entorno lounge para un ambiente más relajado.



Como veis la gran cubierta metálica descansa en una sucesión de pilares que, en la zona central, se han forrado y funcionan como grandes luminarias verticales a modo de balizas de luz. El suelo de hormigón y las instalaciones de aire acondicionado a la vista le confieren una particular estética de “loft marítimo”.




El interiorismo sobrio y sereno es obra de Janfri Designy Ramón Bandrés, quien optó por un mobiliario lineal que atraviesa los apoyos de la cubierta y que dividen el espacio longitudinalmente.

Hay que destacar las barras de quartz compact blanco, que se disponen en dos niveles distintos, uno para sillas bajas y otro para taburetes.




Ya sólo me queda deciros que no dudéis en acercaros un día a cenar o a tomar unas copas, (si puede ser antes de que el sol se ponga mejor, porque el espectáculo vale la pena), y desear que cada vez haya más sitios como éste que nos permitan disfrutar de Valencia volviendo la cara al Mar.

Hasta pronto,

Mar


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