Revista España

Reencuentro de Titanes

Por Trotacamino

Una lucha a vida o muerte entre el hombre y la montaña

“Los picos palidecen ante la majestuosidad del Naranjo de Bulnes. ORTEGA, Pedro Antonio. 2013

Naranjo de Bulnes

Naranjo de Bulnes

Solemne y envuelto en un halo de divinidad se erige el emblemático Naranjo de Bulnes, un “Titán” que lidera el paraíso de los Picos de Europa. Testigo mudo de la historia, el hierático monolito que contempla el devenir del tiempo, guarda con celo las huellas de quienes le desafiaron, a vida o muerte, y ayudaron a forjar su leyenda.

El hombre en un arrojo de valor, superación y espíritu de lucha, ha intentado en numerosas ocasiones superar la cima de la grandiosa roca. Son los alpinistas, “Titanes de la Montaña”, quienes han librado la dura batalla con el “Picu Urriellu”, desde que hace más de cien años (5 de agosto de 1904) el intrépido Pedro Pidal, Marqués de Villaviciosa, acompañado por el pastor Gregorio Pérez “El Cainejo”, acariciaran la cumbre con sus manos.

Este fue el comienzo de las ascensiones al “Picu” y las hazañas que emprendieron los valientes exploradores que intentaron emular el hecho, aunque algunas de ellas se revistieron con tragedia. Pero el punto de inflexión llega cuando dos jóvenes alpinistas desafían al “Titán” por su cara más inquebrantable.

Son los aragoneses Alberto Rabadá y Ernesto Navarro quienes el 21 de agosto de 1962 encumbran el Naranjo de Bulnes por la hasta entonces inaccesible cara oeste. Rabadá y Navarro, que fallecieron un año después en los Alpes escalando el Eiger, no solo abrirían una vía que mantiene su nombre, sino un camino de esperanza a otros compañeros. El “Titán” no era invencible.

Alberto Rabadá 1933-1963 Ernesto Navarro 1934-1963

Alberto Rabadá 1933-1963 Ernesto Navarro 1934-1963

Pero será el 8 de febrero de 1973 cuando se marca un hito en la escalada de la difícil pared. Cuatro alpinistas, en dos cordadas formadas por César Pérez de Tudela, Pedro Antonio Ortega “El Ardilla”, Miguel Ángel Gallego “El Murciano” y José Ángel Lucas, llegan a la cima en la primera ascensión invernal. Una gesta que tuvo una repercusión mediática única por el peligro que entrañaba, todos los que la intentaron habían fallecieron, y el valor incuestionable de los protagonistas.

Han pasado cuarenta años de la heroica escalada y los artífices de la efeméride, a excepción de José Ángel Lucas que falleció en los Alpes ese mismo año, recuerdan aún con emoción y orgullo las adversidades vividas y el miedo superado. A la vez que el “Picu Urriellu”, mantiene inalterable su magnetismo hacia los audaces alpinistas.

De izquierda a derecha El Ardilla, J.A.Lucas, El Murciano y Pérez de Tudela

De izquierda a derecha
El Ardilla, J.A.Lucas, El Murciano y Pérez de Tudela

Con motivo del XL Aniversario de la mítica ascensión la Asociación de turismo vertical y cultural, Glorioso Mester”, ha querido rendir un cálido y merecido homenaje a los protagonistas de tan singular proeza, organizando un ciclo de conferencias donde a través de imágenes y relatos de los alpinistas, César Pérez de Tudela y Pedro Antonio Ortega, se ha rememorado la histórica hazaña.

Y como broche de oro a los actos conmemorativos, los gloriosos amigos, viajan hasta la localidad asturiana de Arenas de Cabrales, la puerta de oro a los Picos de Europa. Para peregrinar con gran regocijo hasta la aldea de Bulnes, donde se produce el “reencuentro de Titanes”. Los alpinistas, escaladores y exploradores Pérez de Tudela y Ortega, fuerzas vivas de esta historia, junto al colosal Naranjo de Bulnes, la recia roca. La alegría embarga el momento y las nostálgicas gotas de lluvia, que resbalan por las paredes del monolito como lagrimas contenidas por la emoción, parecen entender lo que allí se va a vivir.

Ascensión a la aldea de Bulnes

Ascensión a la aldea de Bulnes

Tras una hora y media de ascensión, por un camino en zigzag rodeado de vertiginosos precipicios, y sorteando el río que nombra a la villa, llegan a Bulnes. Todo está preparado, el experto montañero Rafael Navarro y José Ángel Gonzalo, ultiman los preparativos del acto en el que se descubrirá una placa conmemorativa de los hechos acaecidos en febrero de 1973, como recordatorio para las generaciones presentes y futuras.

Jesús García y Jiménez, presidente de la asociación “Glorioso Mester”, inaugura la jornada junto a la fuente de Bulnes dando la bienvenida a los allí presentes. A continuación el alpinista, escalador y filósofo de la montaña, que ha convertido esta en un modo de vida, César Pérez de Tudela, recuerda la legendaria ascensión. Pérez de Tudela hace hincapié en la aureola de tragedia que hasta entonces rodeaba al Naranjo de Bulnes. “Los antecedentes eran malos habían muerto todos los que lo habían intentado “, señala el escalador, que asegura que en aquellos momentos no eran consciente de lo que habían conseguido.

Así mismo, Pedro Antonio Ortega el impecable y técnico escalador, compañero de cordada de Pérez de Tudela, destaca como aquella dura ascensión logro romper un mito de muerte para convertirlo en un mito de vida. Ortega muestra una solemne admiración por el simbólico “Urriellu”, respeto entre Titanes, del que dice “Los picos palidecen ante la majestuosidad del Naranjo de Bulnes”.

De izquierda a derecha Pedro Antonio Ortega, César Pérez de Tudela y Jesús García y Jiménez

De izquierda a derecha
Pedro Antonio Ortega, César Pérez de Tudela y Jesús García y Jiménez

Y llega el esperado momento. Cuarenta años después en el lugar donde degustaron las mieles del éxito y vivieron adversidades ante un reto extremo, César Pérez de Tudela y Pedro Antonio Ortega “El Ardilla”, en presencia del alcalde de Bulnes, Carlos Javier Puente Fernández, los entrañables amigos y organizadores del “Glorioso Mester” junto a expertos y amantes de la montaña, descubren la placa que inmortalizará la grandiosa gesta.

Pedro Antonio Ortega y César Pérez de Tudela

Pedro Antonio Ortega y César Pérez de Tudela

Tras el descubrimiento sobrevino el momento de relajación, tertulia, abrazos y felicitaciones de todos los asistentes, rodeados del espectacular paisaje. Caminando por Bulnes, evocando el episodio vivido, toman rumbo al mirador para contemplar al “Titán” que les dio la gloria, aunque acorazado por las nubes, tímidamente dejo entrever su magnitud, quizá por decoro a los visitantes.

Vaya mi gratitud a todos los que habéis hecho posible que esta historia perdure en el tiempo.

1ª  invernal Naranjo de Bulnes cara oeste
“A lo largo de la vida, Titanes de la Montaña, muchas cosas dirán de vosotros, pero lo que jamás podrán decir es que el valor se supone, porque lo habéis demostrado con creces”. ALONSO, Nieves. 2013.

Autor: Nieves Alonso

Gaceta Glorioso Mester


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