Revista Libros

[reflexión] ojos que no ven, corazón que no siente

Publicado el 01 junio 2014 por Ladywolvesbayne

Hoy quiero hablar de la piratería.

 
Pero antes de que se levanten y se vayan (porque seguro ya leyeron a mucha gente hablar de lo mismo en blogs que conocen y están hartos de que les doren la píldora siempre con la misma cantaleta), por lo menos permítanme expresarme de manera libre y sin rencores. No, no hay rencores, sólo lástima llegado este punto. E incredulidad.

 
Dejaré en claro, antes que nada, que no soy ninguna santa (oh, sorpresa). Cuando lo necesito, recurro a descargas ilegales porque no tengo otra manera de acceder a los contenidos que deseo alcanzar. Hay libros que jamás serán publicados en mi idioma o traídos a mi país, y películas/series que jamás serán emitidas en la tele, a la par de que en mi ciudad no hay tiendas que se dediquen a vender DVDs o CDs de música y las pocas que hay, no tienen surtido. Así que, vale, de vez en cuando me descargo cosas. Lo que no hago es meterme con gente en la misma situación que yo, lo cual no hace que mi actitud sea menos punible ni nada, pero quiero creer que implica que hay un código de conducta ejercitándose. No voy a tirar la primera piedra, pero voy a tirar una reflexión.

 
La Internet es un espacio libre, y hay gente que está luchando para que se mantenga así lo más posible. Pero como dice mi vieja hecha la ley, hecha la trampa: la libertad es un arma de doble filo. Si el internet no tiene regulaciones, entonces todos somos libres de hacer lo que nos venga en gana allí, incluso cometer actos ilícitos. “La cultura es gratis”, dicen algunos manifiestos piratas. Ok, si es gratis, ¿qué hacés vos, pirata con una cuenta comercial en un servidor “X”, ganando dinero a través del tráfico que le generás a esos servidores donde alojás tus supuestas “descargas gratis”? Descargas gratis, mis polainas. Es más honesto poner anuncios pagados por Google en tu blog, o subir videos a YouTube. A ver si nos entendemos, querido pirata y gente que usa los links de descargas de estos piratas, en este mundo TODO tiene un precio, que si no es en moneda, es en sangre, sudor y lágrimas. Nada es gratis. Mucho menos, la cultura.

 
Así que cada vez que descargas algo de manera ilegal, creyendo que te estás ahorrando los € 2 o USD 2 que cuesta, le estás dando dinero a otra persona y esa persona NO ES tu autor/a favorito/a. ¿Ojos que no ven, corazón que no siente cuando paga la factura de internet? Parece que sí.

 
Pero volvamos al caso más lamentable, que es la divulgación no autorizada de obras literarias de autopublicados. Dios sabe que me han pirateado, muchísimas veces, y que siguen existiendo surveys piratas de mi (hasta ahora) única obra publicada. Me piratearon RELP a 20 días de su lanzamiento oficial, el año pasado, y eso que no soy nadie y en ese momento no me conocía ni la madre que me parió. Dios sabe también que han pirateado a muchas (si no a todas) de mis colegas. Y también he dedicado algo de mi tiempo a buscar a estos caraduras y obligarlos a quitar obras de donde no corresponde, por una mera cuestión de sentido común. El caso de los autopublicados no es exactamente “especial”, pero hay una cosa que nos diferencia de todos esos libros de grandes autores que también vas por la vida pirateando:

 
¿Qué parte de “NO TENEMOS APOYO EDITORIAL” es tan difícil de entender?

 
¿No te das cuenta de que estamos solos, en esto, de que todas las pérdidas las aguantamos nosotros, no una empresa? En la mayoría de los casos, el autopublicado lo hace todo, corrección, diseño, maquetación, trámites, promoción, etc. Sin importar por qué eligió el autor esa mecánica, calculo que por una mera cuestión de códigos se le debería tener un mínimo de respeto por el ESFUERZO que se le pone a lograr una publicación, sea de la categoría y calidad que sea. Incluso si no te gustó su trabajo, ALGUIEN MÁS LO HIZO, no vos. Vos no hiciste nada más que juzgarlo. De nuevo, ¿Ojos que no ven, corazón que no siente? Todos comen la salchicha, pero sólo el que la hace sabe cómo la hace y cuánto tiempo lleva hacerla, o cuánto cuesta hacerla.

 
El esfuerzo no cuesta solamente tiempo y dinero. El esfuerzo cuesta todo eso y también esperanzas, ilusiones, frustraciones, imaginación, conocimiento, etc. Mi esfuerzo no es gratis. Yo no vivo de escribir. Yo trabajo por un salario, y aunque considero escribir un hobby que me relaja y me ayuda a mantener viva la fantasía en mi vida, también es un tipo de trabajo; un trabajo que me ha costado lo mío y no quiero regalarlo. Imaginá que trabajás en tu oficina todo el día, con diligencia y tesón, y nadie te reconoce ese trabajo de ninguna manera; hablando mal y pronto, no te pagan porque “no te van a pagar por algo que pueden conseguir gratis”. Apuesto a que te vas a cagar en todos tus muertos, en los de tu jefe y en los del hijo de puta que diseñó el sistema para permitir que eso pasara, ¿No?

 
Bueno, así me sentí yo cuando entendí que hay gente a la que tu esfuerzo, tu genio, tu creatividad, tus ganas y tu entusiasmo les parece que no valen una mierda.
Hay gente que tiene el corazón lo suficientemente grande como para dar todo lo que hace libremente sin esperar nada a cambio, y son seres loables a su manera, desinteresados… pero yo no comparto esa filosofía. Yo trabajo por un reconocimiento, como todo el mundo. Y por más loables y desinteresados que sean algunos, tampoco están a salvo de gente caradura y sin códigos como esta de la que hablo. Porque hasta lo que está gratis se piratea.

 
Si hay algo con lo que no me meto, es con los autopublicados, insisto.

 
Gente, esto ya lo he dicho mil veces. Si alguien quiere leer una obra mía, ESCRÍBAME a [email protected] y se la paso con todo el gusto del mundo a cambio de algo tan simple como una calificación y un comentario en Goodreads, o una pequeña reseña en un blog literario. O con una palabra de aliento, un abrazo, una foto con un beso. ¡Algo, lo que sea! No me molesta dar mi trabajo a quien quiere leerlo siempre y cuando SEA RESPONSABLE con el obsequio que le hago y MIENTRAS SEA YO quien se lo provea, no Martita que lo subió a Mediafire de manera ilegal. Hay MUCHÍSIMOS autores que no están de acuerdo con mi política, pero yo la sigo ejercitando porque creo que hay gente con verdaderas ganas de leerme, gente como yo que quiere algo con todas sus fuerzas y no lo puede conseguir. A mí no me tienen que piratear, YO ME PIRATEO SOLA. ¿Cuántas veces más lo voy a decir? Si no pueden comprar, BÚSQUENME. He colaborado con docenas de bloggers y lectores aficionados.

 
En este blog usamos esas magras ganancias que nos da Amazon para organizar sorteos de libros, así que siempre hay oportunidades de conseguir alguna chuchería con nosotros. Este blog les da facilidades, ¿Por qué no aceptarlas, en lugar de hacer las cosas del modo incorrecto? ¿Querés compartir mi obra con el mundo? RECOMENDÁLA. ESCRIBÍ UNA RESEÑA Y PUBLICALA. Eso le sirve al proyecto, no el que agarres la obra y la subas en cuanto servidor tengas disponible a mano.

 
Yo soy argentina y creo en la “viveza criolla” que nos caracteriza, me parece un concepto muy pintoresco y hasta romántico, pero no soy estúpida. La próxima vez que descargues algo ilegalmente, pensá a quién estás alimentando con tu pequeña “viveza criolla”.


Archivado en: Uncategorized Tagged: piratería
[REFLEXIÓN] OJOS QUE NO VEN, CORAZÓN QUE NO SIENTE
[REFLEXIÓN] OJOS QUE NO VEN, CORAZÓN QUE NO SIENTE
[REFLEXIÓN] OJOS QUE NO VEN, CORAZÓN QUE NO SIENTE

Volver a la Portada de Logo Paperblog