Revista Infancia

Reflexiones: Obesidad infantil

Por Lolamontalvo
Reflexiones: Obesidad infantilImagen perteneciente a Programa PERSEO
Estos días hemos podido leer en los medios y en las redes sociales un informe publicado en Acta Sanitaria y en Siete Días Médicos, en los que se proporcionaban las conclusiones del ESTUDIO DE VIGILANCIA DEL CRECIMIENTO “ALADINO” 2010-2011 (ALimentación, Actividad física, Desarrollo INfantil y Obesidad) y que pueden consultar pinchando en el título del estudio. Los datos que nos proporcionaban hacían referencia a que la tasa de Obesidad Infantil en España era de 44,5%, muy elevada y de las más altas de Europa. Inmediatamente entre los médicos y otros profesionales de la Salud se pedía que se informara adecuadamente de los datos del estudio, en el que en realidad, la población infantil obesa es del 18,3% y la población infantil con sobrepeso es del 26,2%. Lo que había sucedido es que en los resultados publicados en los artículos, se habían sumado ambos valores y se habían dado en ambos como obesidad. Estos datos, siempre malos y nada deseables, sin embargo, muestran una tasa estabilizada de Prevalencia de la Obesidad Infantil, lo que significa, que el número de niños con obesidad es estable, que no hay demasiados casos nuevos desde el anterior estudio, que era de 1998-2000.
Estudios aparte, lo que está claro es que la cifra de niños obesos y con sobrepeso es elevada. Si consultan el estudio ALADINO se analiza la regularidad con que el niño desayuna, donde come en los días de colegio, si hace ejercicio físico, si tiene en su cuarto TV, PC..., y los días /horas que dedica a actividades sedentarias, acceso/cercanía a centros deportivos, antecedentes familiares...Está claro que como en cualquier otra patología existen factores de riesgo para padecer obesidad, que se ven potenciados con una vida diaria conformada por hábitos cotidianos poco saludables. El tema de la Obesidad ya lo he tratado de forma directa o indirecta en este espacio, pero nunca lo he tratado de forma específica en los niños.La mejor forma de actuar es PREVENIR esta enfermedad crónica, ¿cómo?: 
  • Dieta saludable, con abundante fruta, verduras, vegetales, evitando comida rápida... Dieta mediterránea, no me canso de decirlo y recomendarlo
  • Ejercicio físico practicado de forma habitual... deberían ser las actividades extra-escolares de máxima prioridad en las familias.
  • Evitar actividades sedentarias y fomentar las que se realizan al aire libre; evitar/limitar comida rápida, algo que debería consumirse de forma ocasional, así como las chuches o golosinas... ¡que nunca deben comer antes del almuerzo y nunca a diario!
  • Educar a padres y niños en las bases de una alimentación saludable y en la necesidad de practicar ejercicio/deporte de forma habitual.
Y actuar lo antes posible, es decir: DETECCIÓN PRECOZ, siempre será más fácil actuar cuando el niño tiene un ligero sobrepeso que cuando su situación de obesidad ya es patente.
Por parte de los profesionales de la Salud, creo que los programas de Niño Sano deberían captar de forma activa a los niños con sobrepeso o con factores de riesgo a sufrirlo y facilitar su seguimiento/tratamiento en un programa específico de Obesidad Infantil. Es decir, se debería hacer mayor esfuerzo en la sanidad pública de lo que se hace hoy día, dado que la obesidad es una de las enfermedades crónicas que más riesgo suponen para el niño así como para sufrir otras patologías crónicas importantes como diabetes, cardiopatías y osteopatías. Es cierto que existen Planes Integrales de Obesidad Infantil, pero siguen existiendo demasiados niños obesos sin tratamiento ni seguimiento ni plan de cuidados. 
Está claro que la idea antigua de nuestras abuelas que traducían niño gordito con niño hermoso y más sano ha quedado obsoleta... y si no es así, deberíamos descartar esta idea de una vez en nuestro ideario cultural. Un niño obeso, casi con toda seguridad será un adulto obeso y, por tanto, es un niño enfermo, con todo lo que acarrea la obesidad en complicaciones, aparte de actuar esta misma patología como factor de riesgo de otras, tal como se anotó más arriba.Es algo en lo que debemos actuar. Para actuar sobre los niños, debemos educar y formar a los padres... padres que, a su vez, muchas veces también son obesos -no tanto por la genética, que puede, sino porque comparten hábitos en dieta y actividad física-, de tal forma que la actuación debería ser familiar. Y no sólo desde los centros sanitarios, sino en la escuela/institutos (ya se hace), en los medios de comunicación y en los centros deportivos y de ocio.
He tratado este tema de forma mucho más somera de lo que me habría gustado, pero de todos modos, si deseáis saber más:Y, por ahora, nada más.

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