Revista Infancia

Reflexiones sobre crianza respetuosa y conflictos

Por Amormaternal

Reflexiones sobre crianza respetuosa y conflictos
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¿Alguien sabe qué hacer para que su hijo no pegue y no monte el numerito cada vez que tiene que hacer algo que no le apetece? A veces se pone imposible y nos desespera... Gracias."


lo primero que percibo al leer "y no monte el numerito", con todo respeto, es la percepción de un hijo en posición contraria o digámoslo de otra manera: como enemigo.
lo que suele funcionar la mayoría de las veces es ponerse en el lugar del niño y ser flexibles dentro de lo razonable.Creo fielmente que un niño trata a los demás, como él es tratado y también que cuando tiene comportamientos indeseados, como por ejemplo golpear a los demás, lo hace por llamar la atención. llamar la atención"pero si está llorando sólo por llamar la atención, no le hagas caso que no tiene nada".
Los niños se nutren, tanto a nivel espiritual, como emocional y físico precisamente de nuestra atención. Sin atención los niños mueren, así de simple. Carlos González¿Por qué los niños piden brazos?
estudio realizado en dos orfanatos en Chinaen uno, cogían en brazos a los bebés, los miraban y los mimabanen el otro, sólo atendían sus necesidades básicasla atención, el apego y los mimos son igual o más necesarios inclusola tasa de morbi-mortalidad era mucho mayor en el centro que sólo cubría las necesidadesde los niños en comparación con el que daba además miradas, mimos y atención.
otro estudiolos bebés de 6 meses que son ignorados por tan solo 2 minutos experimentan altos niveles de estrésLos niveles de cortisol aumentan en sangre ante la falta de atención momentánea de la madre, e incluso 24 horas después, el niño continúa con el temor de que esto se vuelva a repetir.
Laura Gutman¿Por qué mi bebé llora?necesidades auténticas de contacto permanente, atención permanente, cuerpo permanente
el niño que no recibe la atención que siente que merece y necesita, hará lo que sea por "caer en dentro del radar" de la mirada materna, esto implica golpear a los demás, enfermarse, llorar, deprimirseel problema aquí no es que el niño pegue, ni que no haga caso, ni que "monte el numerito", ni que se ponga "imposible". El problema, en mi opinión es saber por qué lo hace.
Muchas veces ayuda anticiparnos a sus necesidades, intentar pillar las señales tempranas de disgusto en el niño, por ejemplo cuando comienza a tener sueño, pero aún no se ha puesto a llorar, ni hiperactivo, sino que simplemente tiene cara de sueño, reconducir las actividades que estemos haciendo en función de las necesidades que manifiesta su cuerpo.Un niño con sueño, pero que no ha llegado a irritarse, en mi experiencia, se duermecon mucha más facilidad y mejor gana, que si dejamos que "pase" este momentomientras su enojo e inconformidad crece exponencialmente hasta llegar a hacer una pataletaEl niño que está en medio de la rabieta, creo yo, es mucho más difícil de reconducir
Si pillamos las señales tempranas, muchas veces el niño acepta de buena gana, en cambio, cuando ya se han sobrepasado los límites de su paciencia, toca calmar el berrinche, respirar hondo, y esperar que vuelva a bajar la marea para poder negociar y explicar - muchas veces con llanto de por medio.
"hacer algo que no le apetece"lo más sano y pacífico, tanto para respetar a los hijos, sus preferencias y necesidades como para mantener la cordura de los padres, es tener un poco de perspectivaqueremos enseñarle a nuestros hijos a ser ellos mismos, ¿no?, a tener voz, a saber expresar con claridad sus preferencias,es una reacción sana que ellos expresen inconformidad cuando les proponemos hacer algo que no sea de su agrado
"mantener la cordura" porque somos humanos, y obviamente cuando estamos agotados y el niño "nos lleva la contraria" muchas veces nos enojamos.¿Pero por qué nos enojamos? ¿Quién es el verdadero "culpable" aquí? ¿Es acaso el niño que expresa sana y honestamente sus preferencias? ¿O será más bien la expectativa que tenemos de que el niño obedezca sin rechistar a lo que estamos pidiendo que haga?
Aquí parece que estuviéramos describiendo un vaso casi lleno, en cuyo interior cae la gota que lo colma y derrama. ¿Acaso la culpa la tiene la gota?
¿Tiene sentido esperar de un hijo que obedezca sin rechistar? ¿No preferiríamos un hijo que es él mismo, que sabe expresar sus preferencias y negarse a algo que no le agrada?  la perspectiva y la flexibilidad. 
mirar cuánta importancia tiene el conflicto que está presentándosesi el niño se rehusa a ponerse la chaqueta estando dentro de la casa en pleno invierno, con la calefacción en 25º, el niño está honrando lo que le dicta su cuerpoante la insistencia de la madre de ponerse la chaqueta, el niño se encuentra ante la disyuntiva de si creer en las señales que le dan su cuerpoo lo que le está diciendo su mamá
Perspectiva y flexibilidad: ¿Qué tiene de malo que el niño saque un brazo por la ventana y sienta que fuera hace mucho frío? Así entendería y probablemente se la deje ponerponerle el abrigo luego de dar un paso fuera del edificio? En esa situación, las señales de su cuerpo y el pedido de mamá estarán alineadas. Ya no habrá conflicto.
a veces no tiene nada de malo complacer al niño en sus pedidos, para evitar un enojoconflicto que suele presentarse antes de marcharnos del parqueSi no tenemos ninguna urgencia que atender, ¿qué más da quedarse 10 minutos más y que el niño se vaya de buena gana? ¿No es mejor eso antes que llevárselo a la fuerza pataleando y llorando a todo pulmón?
"Montar el numerito" a mi parecer denota la percepción de que el niño demuestra una actitud de resistencia ante los pedidos maternos, por manipular, o a propósito con la intención de hacernos sentir mal. Carlos Gonzálezpor qué los niños nos manipulanLaura Gutman: "Nadie pide lo que no necesita"
colaboración en las tareas domésticas, Laura Gutmanotra reflexión

Lo interesante es que todas las tareas domésticas son sencillas y hasta placenteras en sí mismas, pero el verdadero problema pasa por el valor que les otorgamos. Para las mujeres, es obvio que están teñidas de sometimiento y oscurantismo. Por lo tanto, raramente vamos a vivirlas como liberadoras -aunque despojadas de interpretaciones históricas- sean positivas y estén al servicio de las personas, incluidas nosotras mismas.
También tenemos que admitir que los varones no terminan de asumir que las tareas del hogar son dominio de todos nosotros y nos competen a todos los adultos por igual.
Por lo tanto, desde el hastío y la sensación de injusticia, transmitimos a nuestros hijos que las tareas del hogar son una obligación nefasta y que ya no encontramos allí identidad ni beneficio alguno. Frecuentemente “ordenar el cuarto” es una orden dirigida a los niños como castigo. Raramente “ordenamos juntos como parte del juego compartido”. Cuando pedimos colaboración a los niños, solemos estar ya enfadas, cansadas, sin paciencia y pretendiendo que ellos se hagan cargo de esa tarea “tan horrible” que nadie más quiere asumir.
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No es fácil ordenar los estantes, hacer las compras, llenar las alacenas, barrer, lavar o planchar la ropa con los niños dando vueltas alrededor, si creemos que esas tareas nos conducen nuevamente a  un pasado aterrador y si lo hacemos velozmente y con hastío tratando en vano que los niños no nos molesten demasiado. Pero si pudiéramos detenernos y pensar qué tareas hogareñas podemos hacer con los niños, juntos, mientras conversamos o jugamos, veremos que algunas de ellas –no todas- son posibles. Va a depender de la edad de los niños, por supuesto. Y del tiempo que tengamos disponible, que ya sabemos, es muy escaso.

ceder emocionalmente, y abrir campo al niño para hacer las cosas juntos. No es lo mismo - desde la verticalidad - decir al niño con voz enfadada: "ve a ordenar tu cuarto ahora mismo que no soporto este desorden" - presentándolo como un castigo o actividad tediosa, la cual obviamente rechazará - que decirle "ven hijo, vamos a recoger esto juntos y luego vamos al parque", haciéndolo juntos y disfrutando mientras compartimos la misma actividad
¿Y tú qué opinas? ¿Tu hijo también tiene momentos en los que no hace lo que pides? ¿Habías mirado esta "desobediencia" desde la perspectiva de la fidelidad hacia lo que él siente? ¿Cómo le das la vuelta a estas situaciones conflictivas?
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