Revista Salud y Bienestar

Reforma incompleta

Por Saludyotrascosasdecomer
Así comienza un artículo del incansable Vicenç Navarro, en el que analiza con la lupa de sus lentes, la profundidad de su mirada y la amplitud de su experiencia lo que pasa y lo que no pasa con la tan traída y tan llevada reforma sanitaria de Obama:
Estados Unidos es el país del mundo que se gasta más en sanidad, nada menos que el 16% de su PIB, en atención sanitaria. Ningún otro país se gasta tanto en sanidad como EEUU. En comparación, Francia se gasta un 11%, Reino Unido un 8,4% y España un 8,5% (este porcentaje incluye gasto público y gasto privado). Y, a pesar de este enorme gasto, 47 millones de habitantes no tienen ninguna cobertura sanitaria (esta cifra es probable que sea, incluso, mayor al no incluir el gran número de personas en aquel país que no están censadas), provocando la muerte de 45.000 personas al año como consecuencia de no recibir atención sanitaria, resultado de no tener aseguramiento sanitario y no poder pagar la atención médica que necesitan. En realidad, esta cifra (estimada por el conservador Institute of Medicine) subestima la mortalidad prevenible que ocurre por no tener cobertura sanitaria. Un número más realista es el calculado por el profesor David Himmelstein, de la Universidad de Harvard, que ha calculado que el número de muertos debido a la falta de aseguramiento sanitario asciende a más de 100.000 al año.Las causas de esta terrible paradoja (gasto enorme para unos servicios pobres): que la prestación de servicios están supeditados al balance económico de unas empresas de seguros privados:

¿A qué se debe esta situación? Pues precisamente a que aquel país tiene el sistema sanitario que las derechas en España están pidiendo: es decir, que el sistema sanitario se privatice, y que los ciudadanos y residentes, en lugar de pagar su atención primordialmente a través de impuestos, lo hagan a través de pólizas a las compañías de seguros sanitarios.

Luego, desgrana las posibles alternativas (extensión del Medicare a toda la población a modo de un Sistema Nacional de Salud como lo conocemos en nuestro país, o alguna fórmula de aseguramiento público como alternativa a la omnipresencia privada) y en lo que luego se ha quedado. En la práctica, sólo dos cosas:
  • Limitar algunos de los abusos más extremos de las compañías de seguros, prohibiéndoles que excluyeran a personas con enfermedades crónicas,
  • y cubrir treinta millones más de asegurados, que hoy no tienen ninguna cobertura, pagando pólizas que estarán subvencionadas, con ventajas fiscales, lo cual en la práctica supondrá una extensión notable del aseguramiento privado y de los beneficios de este sector...
Y yo me pregunto: ¿Y para ésto tanto revuelo? A este paso, propondré a Obama como empleado del mes... Seguro que le gusta más el título honorífico otorgado con todos los honores por este blog que el mismo premio Nobel de la paz.

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