La muestra del buen corazón de Angela Merkel del año pasado al darle la bienvenida a Alemania a los que creía un millón de sirios, pensando además que eran la mano de obra más preparada de los países árabes, le ha salido caro, a ella, a su país y a Europa, porque ha enrabietado al antieuropeísmo.
Ese “Refugees Welcome”, que se extendió por el continente y que adorna innumerables ayuntamientos españoles, Madrid el primero, puede despertar la xenofobia o un sentido de autoprotección social europeo.
En Alemania ya ha renacido la ultraderecha al amparo del choque cultural y de legalidades entre alemanes y refugiados, entre los que se introdujeron gran número de inmigrantes económicos de países islámicos.
Este domingo se celebraron elecciones en tres de los 16 estados federados. En todos se acercó mucho a Merkel el partido Alternativa para Alemania (AfD), antiinmigración, euroescéptico y populista, que en dos superó al proinmigración SPD, socialdemócrata y hermanado con el PSOE.
Y esto ocurrió entre 13 millones de electores, muchos de los cuales protestaron así contra la llegada masiva de musulmanes, mayoritariamente hombres jóvenes y solos, a los que rechazaron esta vez más que por su raza –muchos son blancos--, por sus costumbres, especialmente ante las mujeres.
Es prácticamente imposible integrar aceleradamente incluso en una sociedad rica y con magníficos servicios sociales, a más de un millón de personas que no renuncian en absoluto a unas normas emanadas de su religión, y que está en el origen de las guerras permanentes en sus territorios desde hace 1437 años.
“Refugees Welcome” a España. Pero después, ¿qué ocurrirá cuando entren bajo una grave crisis económica grandes cantidades de extranjeros sin voluntad real de adaptarse a las leyes y normas democráticas tan larga y costosamente conquistadas?
----------
SALAS
Puzzle Bobble
Karate Blazers
Puzzle De Bloques
Magical Cat Adventure