Revista Espiritualidad

Rehén del ego o anfitrión de Dios

Por Ipiera68 @Iciar_Piera

¿Qué prefieres ser rehén del ego o anfitrión de Dios? Aceptarás únicamente a aquel que invites. Eres libre de determinar quien ha de ser tu invitado, y cuanto tiempo ha de permanecer contigo. (T-11.II.7:1-3)

¿Quien quieres que sea tu invitado? Tú eliges. Es tu morada.

Si eliges al ego a través de pensamientos de juicio y ataque estarás apoyando la enfermedad de la mente y precisarás de curación.

Si por el contrario invitas al Espíritu Santo, a Jesús, a tu maestro interno, a tu santa morada que es la mente, estarás negando lo que el ego negó y afirmando tu santidad.

Lo que el ego negó es la verdad de tu identidad. Cada pensamiento de ataque que albergas es una negación de la verdad.

"En todo pensamiento hiriente que albergas, indipendientemente de donde lo percibas, yace la negación de la Paternidad de Dios y de tu relación filial con Él".

Los juicios que emites contra ti mismo o contra cualquiera de tus hermanos, los conflictos y resentimientos que mantienes niegan que seas el Hijo de Dios, y que por lo tanto Dios sea tu Padre.

Niegan al separar.

Niegan al percibir diferencias.

Niegan al hacer tratos con la realidad.

Al negar tu realidad, al negar la verdad de que " aún sigues siendo tal como Dios te creó", y de que " Dios no ha cambiado de parecer respecto de ti porque Dios no duda de Si Mismo", te mantienes prisionero en una cárcel que tú mismo has construido.

Esa cárcel tiene una llave, y esa llave es el perdón.

Perdonar es negar la negación de la verdad.

Es decir: "No es verdad que no sea el Santo Hijo de Dios". "No es verdad que me haya separado de Dios, y que sea diferente de Él". "No es verdad que pueda sufrir o experimentar dolor". "No es verdad que pueda ser una víctima del mundo o de otra persona". "No es verdad que pueda ser tratado injustamente". "No es verdad que necesite defensas".

El ego y su sistema de pensamiento de separación, culpa y juicio no son la verdad.

Invitar al E.S es estar dispuesto a estar equivocado acerca de lo que te has enseñado a ti mismo. Es desear ver algo diferente de lo que estás percibiendo. Es tener la voluntad de sanar.

El E.S siempre está contigo y espera pacientemente a que cambies de parecer y tomes su mano para abandonar el mundo de conflicto y muerte.

Nunca te abandona.

Sabe que en algún momento tomarás la decisión de invitarlo y ser Su anfitrión de nuevo.

Espera hasta que estés dispuesto a escucharlo.

Pero tienes que desear escucharlo.

Estar dispuesto a acallar los gritos del ego y tender tu mano en busca de Su consuelo y ayuda.

Si tú le ofreces esa petición sincera, Él te devolverá océanos por lágrimas, y miles de pequeñas chispas iluminarán donde antes sólo había oscuridad.

Las tinieblas dejarán paso a la luz sólo con que recuerdes que: " La Voluntad de Dios es la mía, y la Voluntad de Dios para mí es Perfecta Felicidad ".

Nada que no sea eso puede ser Su Voluntad y por lo tanto tampoco la tuya.

La invitación a curar es la invitación al maestro de la sanación que destierra la enfermedad de la separación de la mente.

Trae todo vestigio de duda, miedo, tristeza, dolor, juicio y resentimiento ante Su luz y observa como se desvanece sin esfuerzo.

Muéstrate esperanzado porque la Respuesta a todo pesar ya mora en tu mente esperando a que le des la bienvenida.

Acude a Él en busca de consuelo siempre que lo necesites porque no te sientas bien.

Deja que Su luz ilumine tu mente y que los milagros reemplacen a todos tus resentimientos.

Pide el milagro, la corrección, y estate seguro de que se te concederá porque has acudido al maestro de la paz y la corrección.

Hazte a un lado y deja que Él te guíe. Vuélvete a Él en busca de dirección.

Reconoce que si no estás en paz, si te sientes atacado o injustamente tratado, has soltado Su mano y has elegido ser rehén del ego de nuevo. No te juzges. Tuviste miedo de Su Amor. Tuviste miedo de tu Ser, de Su luz y decidiste esconderte de nuevo en las tinieblas donde ese Amor no pudiese alcanzarte.

Pero aunque le hayas soltado la mano, Él sigue ahí. Su Amor sigue ahí. Su Bondad sigue ahí. Su consuelo sigue estando a tu alcance.

Esa opción sigue estando disponible para ti en este mismo instante.

Esperando a que vuelvas a invitarlo a tu mente y esta vez decidas quedarte a Su lado.

~ Iciar ❤


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