Revista Internet

Reino Unido propone la consulta médica por correo electrónico

Por Fransanlag @fransanlag

A propósito del artículo de El Mundo: “Reino Unido propone fomentar las consultas médicas por email“, me gustaría comentar algunas cosas con vosotr@s:

No me parece bien que se alegue el ahorro como una razón de peso, aunque lo sea:

  • En primer lugar debería pensarse y buscarse el beneficio de l@s ciudadan@s y pensar en la población diana de la medida. ¿Cuántas consultas hará la población capaz de usar este tipo de servicios? ¿Se podrá consultar cualquier cosa? ¿Cuál será el plan de comunicación a la población? ¿Se ha tenido el coste del mismo? ¿Están claras las condiciones de uso? En caso de conflicto, ¿quién mediaría?
  • Como dice la Sociedad Médica Británica, ¿podría poner en peligro la salud porque se subestimen síntomas o pasen desapercibidos para el paciente? Está claro que esta responsabilidad recae en su médic@ y en el principio de la prudencia ante todo (y ante la duda). Hay que tener en cuenta que la relación médic@-paciente en Atención Primaria facilita este tipo de interacciones.
  • Ya que hablamos de los profesionales. ¿Se trataría de un nuevo MÁS POR LO MISMO? Quiero decir, ¿se tendrían en cuenta las consultas por correo electrónico como consultas presenciales? Como una vez debatí con Julio Bonis (y expongo su punto de vista, con el que estoy de acuerdo), la consulta por correo electrónico, si se hace bien, puede llevar mucho más tiempo que la presencial: mecanografiar es más lento que hablar, se pierde el lenguaje verbal, buscar enlaces y adjuntar información de calidad lleva tiempo. ¿Se retribuirá al/la médic@ por esto como se merece? ¿Se hará como siempre? Es decir, obligar a atender el correo como una cosa más a añadir a la ya sobrecargada lista de tareas alegando encima “¡si es mejor para tí!“.
  • Un problema importante es la confidencialidad (y de esto podrá dar mucha más información mi compañero Manuel Gimbert). ¿Es fiable que un/a ciudadan@ use su cuenta de correo personal (digamos Gmail, Hotmail, Yahoo…) para enviar información tan sensible? ¿Se usarán por parte de l@s médic@s direcciones corporativas? ¿Se proporcionará a l@s ciudadan@s con direcciones corporativas para este cometido? Eso podría ser una opción… aunque no ahorraría costes, claro.
  • Otro de una altísima gravedad es la correcta identificación de las personas. Como bien apunta el artículo. ¿Cómo se puede estar segur@ de que el/la paciente que escribe el correo es quien dice ser? ¿Habrá un registro en el que alguien se dé de alta y confirme su dirección de correo? Aún así, ¿cómo se corrobora? Se podría usar un certificado digital, pero volveríamos al problema de qué población está verdaderamente preparada para esto.

Bueno, tampoco quiero extenderme mucho más, me gustaría también leer vuestras opiniones.

Para terminar, intentaré no extenderme pero haré una propuesta de cómo lo planificaría yo:

  • No lo pensaría como una medida para recortar costes a corto plazo, sino para ofrecer un servicio que aporte algo a todos los interesados y aceptando que supondrá una inversión (si quiero hacerlo bien).
  • Piensa la población diana y los servicios que se ofrecerán para dimensionar adecuadamente los recursos y poder planificar adecuadamente. Es importante la máxima: “Piensa a lo grande, empieza pequeño y actúa rápido“.
  • Escucha a los que saben de esto… ¡ten en cuenta a tus profesionales que trabajan en el día a día y a aquellos que van a usar la aplicación! Con esto prefiero no encenderme.
  • En vez del correo electrónico, pensaría en una plataforma propia, instalada en los servidores de la organización y controlada por la misma. Esta permitiría la comunicación de l@s pacientes con sus médic@s y, ¿por qué no? Aprovechar para que sirva de plataforma de colaboración entre profesionales. Así puedes asegurar la identificación y confidencialidad (usando un certificado digital para el acceso), podría conectarse e integrarse con la historia clínica del paciente e incluso servir de historia clínica personal.
  • Ten en cuenta la formación (a profesionales y ciudadanos), el plan de comunicación y la gestión del cambio -no vale dictar una norma desde un despacho y después dejar el marrón organizativo a los centros/hospitales- (esto también cuesta dinero).
  • Daría todas las facilidades de comunicación. ¿No sabes mecanografíar? Graba un vídeo… que tu médic@ podrá responderte también con otro.
  • Paga a tus profesionales por este servicio extra (¡SIN EXCUSA!).
  • Hay que estar abierto a cambios, toda aplicación cambia y evoluciona, no hay que sentirse atacado por ello, hay que saber aceptar las críticas constructivas y construir.

Sé que puede sonar a carta a los Reyes Magos y que es muy fácil escribir estas cosas en un blog y muy difícil llevarlas a la práctica… ¡pero es que nadie dijo que hacer las cosas bien fuera fácil! Para hacer una cosa a medias (y gastar dinero en ello), mejor no hacerlo, ¿verdad?


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