Revista Cultura y Ocio

RELATO: CIEGO (#OrigiReto2018 - Agosto 1)

Publicado el 15 agosto 2018 por Dentro Del Monolito @dentromonolito
RELATO: CIEGO (#OrigiReto2018 - Agosto 1)
Comienzo aquí mi participación en el #OrigiReto2018, iniciativa literaria creada por @Stiby2 y @MUSAJUE que tiene como objetivo incentivar la escritura de relatos siguiendo unas pautas previas. Como un servidor está empezando a hacer sus pinitos en este campo, he aceptado formar parte de esta interesante propuesta, inclinándome hacia el género de terror siempre que sea posible. Si os apetece escribir, podéis echar un ojo a sus blogs Sólo un capítulo más y La pluma azul de Katty, en los que encontraréis todas las normas de este original reto. A continuación, mi primer relato, titulado Ciego.


Está lloviendo. No sé cómo, pero puedo sentirlo. Tal vez sea por ese lejano repiqueteo semejante a golpes de tambor siguiendo un ritmo que anuncia muerte, tan lejano que tal vez provenga de mi propia mente; o quizá es por esa leve sensación de humedad que se filtra de alguna manera imposible por las paredes hasta alcanzar mis huesos. Pero lo sé. Está lloviendo.
Muevo mis dedos y puedo notar la sustancia aceitosa que los recubre y ayuda a que la arena se adhiera a mi piel. Huele a flores, aunque por debajo de ese delicioso aroma artificial se cuela una peste a hospital, a enfermedad, a corrupción. Estoy tumbado boca arriba y noto que mi cuerpo pesa toneladas. Algo con patas diminutas se mueve por mi rostro, recorriendo mis ojos ciegos que no adivino abiertos o cerrados. Después se dirige hacia mi boca, y le pierdo el rastro en la comisura derecha de mis labios. Me repugna ligeramente, pero aunque soy capaz de mover los brazos no puedo alcanzar mi cara, tan estrecho es este monolito hueco en el que me hallo. Y este adormecimiento, este letargo tan pesado, apenas me permite pensar con claridad.
Me esfuerzo en concentrarme. Un recuerdo, también con patas diminutas, penetra en mi cerebro. El cuerpo de mi mujer sentado inerte en el suelo, su espalda apoyada en la pared y sus piernas en un ángulo raro, con un buen boquete abierto en su estómago. Yo viendo esa estampa en rojo, ya que su sangre salpicó mis ojos creando unas improvisadas lentillas de color escarlata. Yo sintiendo varios picotazos en mi espalda, con voces y sirenas borrosas atronando por debajo de un pitido agudo. Yo dejando caer la escopeta y desmayándome.
Un fugaz y dudoso hormigueo atraviesa mis pies, rescatándome de esa horrible memoria. Pese a estar vestidos con un calzado de piel endurecida y seca los noto cada vez más fríos a medida que me desperezo. Reúno todas las fuerzas que puedo y levanto las rodillas, empujando la tapa de madera con la poca voluntad que me resta. Un crujido me indica que la tabla se encuentra aún más débil que yo, y cede rompiéndose por varios puntos. La arena cae sobre mis piernas inmediatamente, pero sigo pataleando con rabia hasta que mis pies encuentran aire. La tierra me alumbra de manera extraña, salgo a la superficie arrastrándome como una lombriz cubierta de mugre.
Fuera del ataúd me incorporo a duras penas, desentumeciendo mis rígidos miembros al poder estirarme por fin sin que mis manos choquen con nada. Sin embargo, no me siento libre. Dentro de mí sigue haciendo frío y fuera de mí la negrura absoluta permanece. Algo recorre mi rostro y busca mi boca. Es la lluvia. Una lluvia ardiente.


Este relato intenta cumplir el ejercicio 9 del reto de escritura #OrigiReto2018: Describe un despertar original.

Esta obra está sujeta a la licencia Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional de Creative Commons. Para ver una copia de esta licencia, visite http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/.

Volver a la Portada de Logo Paperblog