Relato gay: un gay diferente. capítulo 4: descubriendo la verdad

Valentín y yo nos hicimos inseparables. Siempre que podíamos estábamos juntos. La amistad con sus amigos también creció, así que yo, que siempre había tenido pocos amigos, ahora contaba con un gran numero de personas con las que poder hablar, salir y lo mas importante: personas con las que no tenia que ocultar mi secreto.
Al principio todo marchaba genial. Pero entonces empece a darme cuenta de pequeños detalles que eran un poco raros. Valentín tenia dos teléfonos móviles, uno azul y uno amarillo. Decía que uno era para la familia y otro para los amigos. Cuando hablaba por el amarillo siempre se alejaba para que nadie escuchara la conversación. Al principio pensaba que me estaba engañando con otro, pero ese no era el caso.
 Un día fuimos a su casa para ver una película. Dejamos los abrigos encima de la cama y fuimos al salón, donde estaba el televisor. Después de ver la película y cenar fui a por mi abrigo para marcharme a mi casa y al mover el suyo, del bolsillo de este cayó un sobre con 1000€ dentro. Entonces fue cuando empecé a investigar. Empece a preguntar a sus amigos, pero ellos tampoco parecían saber nada. Así que uno de esos días que quedábamos para ver películas, mientras Valentín estaba en la ducha, decidí mirar sus teléfonos móviles para ver si podía descubrir algo. El móvil amarillo, que era el que me interesaba no estaba, solo estaba el teléfono azul. Justo en ese momento empezó a sonar. Miré el nombre que aparecía en la pantalla y era su madre. Después de meditarlo durante unos segundos decidí descolgar y contestar la llamada. Entonces fue cuando descubrí toda la verdad.
La voz de su madre sonaba muy preocupada al otro lado de la linea. Yo le dije que era un amigo de su hijo y ella me preguntó que tal estaba Valentín. Le respondí que bien. Ella me dijo que llevaba seis meses sin ver a su hijo, desde que este se había ido de casa sin dinero y sin equipaje. Me dijo que le preocupaba mucho la manera con la que él estaría ganando dinero. Yo no entendía porque le preocupaba, pero entonces me dijo que en anteriores ocasiones se había prostituido para ganar dinero rápidamente. Yo me quedé mudo. Me esperaba cualquier cosa menos eso. Ahora todo encajaba. Después de prometerle a su madre que iba a convencer a Valentín para que la llamara, colgué el teléfono y me senté en el sofá a esperar a que Valentín saliera de la ducha para pedirle explicaciones y que por fin me contara toda la verdad.
CONTINUARA... 



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