Revista Salud y Bienestar

Relatos de verano: el cargo intermedio

Por Doctorcasado

Llevaba dos años ocupando aquel despacho en una dirección asistencial de atención primaria de Madrid. Hacía ya mucho tiempo de aquel dia en el que tomó su decisión de abandonar la consulta, ya no podía más. Cada vez le era más complicada la asistencia con semejante nivel de presión. Lo primero que se planteó fue asumir la coordinación del centro de salud, cosa nada compleja dado que el cargo era desdeñado por todos. Aprovechó la oportunidad de hacer un máster en gestión sanitaria los sábados y empezó a prodigarse por la gerencia, haciendo visitas siempre que podía. No tuvo difícil postularse cuando una de las subdirectoras cambió de destino. Hizo memoria y estaba contenta. Vivía mucho mejor que antes, con menos preocupaciones y tensiones, mucha menos responsabilidad y un cargo cómodo con mínimo trato personal y muchas horas de tranquilidad en el despacho. Es verdad que a veces las reuniones eran pesadas o soporíferas, y otras tensas, sobre todo cuando la tocaba bajar a los centros de salud. Afortunadamente no lo hacía a menudo. Desde que la gestión de personal no dependía de la dirección asistencial el trabajo se había reducido enormememente. Todos los días recibía noticias y opiniones de sus subordinados, cada vez estaban más descontentos en general. Bueno, eso siempre había sido así, no le quitaba el sueño. Además, desde hacía dos años las decisiones importantes las tomaban en la dirección general, ellos apenas eran informados. Bueno, ahora a seguir, tenía que responder ese correo del curso de alta dirección que estaba haciendo y escaparse un momento a la peluquería de enfrente, su permanente rubia requería un repaso.

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