Relatos Mitológicos: Calipso.

Para el día de hoy he traído la historia de un personaje de la mitología griega realmente fascinante, no más fascinante que otros, lo divino que tiene la literatura griega es que todos los personajes tienen un don, una actitud, una virtud o algo que lo hace distinto a cualquier otro. El común denominador de ellos, es el arrojo y la valentía con que asumen las batallas que se van presentando a medida que avanza la historia, pero no hay ninguno que se parezca a otro y aún así, todos son realmente maravillosos.
Hoy hablaré de Calipso, reina de la isla de Oggia, situado en los extremos confines del mar, junto a las columnas de Hércules. Según Homero, esta mujer, hija del titán Atlas, poseía una belleza inmensurable y una capacidad de persuasión muy grande. Homero relata que cuando Odiseo llegó a la isla por culpa de un naufragio, aquella divina criatura no sólo que lo hospedó en su cueva, sino que además lo agasajó con todo tipo de manjares y bebidas, incluso, hasta lo dejó entrar a su propio lecho. Lo retuvo durante siete años y le concedió el honor de ser el padre de cuatro hijos. Calipso hizo todo lo posible para que Odiseo olvidase su vida anterior y le prometió la juventud y la inmortalidad si se quedaba a vivir con ella, pero Odiseo se cansó rápidamente de sus agasajos y añoró volver a casa en donde lo esperaban los brazos y el amor de Penélope.
Calipso no quería ser abandonada y por eso, Atenea intervino para que el Dios Zeus diese la orden de que dejase marchar a Odiseo. Ella, al no tener otra alternativa, no sólo que aceptó sino que además le cedió materiales para construir una balsa y lo dotó de víveres para el viaje. Odiseo se marchó receloso porque pensaba que era una trampa, pero el amor de Calipso hacia él era tan grande que no sólo que no había ninguna trampa, sino que además, según cuentan algunas historias, acabó muriendo de pena tras su partida.