Una segunda etapa en Hildesheim no lleva a la Micheliskirche, Patrimonio de la Humanidad por su arquitectura, su Puerta Bernward de bronce otoniana (siglo XI) y las pinturas de su techumbre. El ciclo pictórico del siglo XIII representa el Árbol de Jesé, la genealogía de Jesucristo, y la puerta relata escenas del antiguo y el nuevo testamento.
La iglesia pertenecía al monasterio benedictino y pasó a ser luterana tras la reforma, aunque los monjes siguieron usándola hasta la exclaustración.
Los daños del bombardeo de Hildesheim en 1945 afectaron también a la iglesia. Hoy reconstruida. Nos llamó la atención la restauración de sus dos relojes solares, especialmente el reloj canónico de 1033.
Los relojes canónicos regían la vida del monasterio. Marcaban la prima, tercia, sexta, nona y vísperas. En España hay varios de mucho interés, incluso reutilizados como piedra sillar, pero no he visto todavía ninguno con su gnomón en uso. El cartel explicativo resalta el interés del sencillo instrumento.
El reloj canónico se localiza entre dos ventanales góticos.
Puede compararse el reloj canónico con el reloj solar corriente de gnomón orientado según el eje de la Tierra que se encuentra un poco más allá con sus horas bellamente marcadas en piedra.