Revista Bolsa

Rentas vitalicias. ¿Las próximas "preferentes"?

Por Accionistascaixabank
En aras de evitar un futuro escándalo similar al de las preferentes, desde Accionistas CaixaBank queremos concienciar a los consumidores sobre los riesgos derivados una posible mala comercialización de las Rentas Vitalicias, un producto ofrecido por muchas entidades, entre ellas CaixaBank.

Leer el artículo de "Finanzas.com"


Debido a los bajos tipos de interés que hay en la actualidad, durante la contratación debería ser imperativo avisar claramente al cliente de lo que ocurriría con el rescate de estos productos (recuperación de la inversión) en un escenario de mayores tipos de interés.
¿Cómo funciona una Renta Vitalicia? 
Ya que no queremos participar indirectamente en la comercialización de productos que pueden resultar un tanto "complejos" para la mayoría de los consumidores (lección aprendida con las "Preferentes"), nos limitaremos a una explicación lo más sencilla posible.
Pongamos por ejemplo que un inversor invierte un importe (100.000 euros, por ejemplo) y recibe una renta mensual hasta que fallezca.
A partir de aquí, hay diferentes clases de Rentas Vitalicias en función del tipo de renta, la posibilidad de rescate y lo que ocurra con el capital invertido cuando el inversor fallezca. Cabe destacar que éste producto no tiene (al igual que las preferentes) un vencimiento concreto, siendo en este caso vitalicio.
Antes de continuar, queremos aclarar un aspecto. Al igual que las preferentes (que fueron producto "estrella" durante muchos años), no se trata tanto de si un producto es malo o bueno sino de si se comercializa o no correctamente. Aquella entidad que vende un producto de este tipo debe asegurarse -sin excepción y más allá de toda duda- de que el cliente comprende su funcionamiento perfectamente.
¿Por qué es necesario tanto rigor? Pues porque generalmente existe una clara diferencia de conocimientos financieros entre el que ofrece el producto y el que lo contrata y, además, gracias al rol de "asesores" -no de simples vendedores- que promueven siempre las Entidades Financieras, el cliente suele depositar -en parte debido a su desconocimiento financiero- cierto grado de confianza en el empleado que le atiende. Tal y como ocurrió con la venta de las preferentes, clausulas suelo, etc... Se trata de un proceso de venta en el que el cliente muchas veces se encuentra en inferioridad y en el que, fruto de su falta de conocimientos financieros, resulta irrelevante si el cliente ha leído o no el contrato firmado, puesto que tampoco sería capaz de entenderlo debido al "complejo" redactado que estos tipos de contratos tienen.
La clave: el RESCATE de la inversión.
En aquellos tipos de Rentas Vitalicias que pueden rescatarse antes de fallecimiento y cuya renta es a interés fijo vitalicio, aquel cliente que invierte, por ejemplo, 100.000 euros podría recuperar sólo 75.000 euros en caso de necesitar recuperar su inversión. ¿Les comienza a resultar familiar esta historia?
Es más, dado el bajo nivel de los tipos de interés actuales y, por lo tanto, el bajo interés que tendrá ahora mismo una Renta Vitalicia recién contratada, el efecto sobre el capital aportado será devastador si los tipos de interés suben dentro de unos años a niveles nada descabellados (económicamente hablando) como el 3,5%. Y sí, aunque ahora nada apunte en esa dirección, teniendo en cuenta el carácter vitalicio de este producto, ¿alguien se atrevería a descartar completamente tipos del 2,5% (por ejemplo) dentro de 10 años?
Por ello, los clientes no deben entender esta clase de Rentas Vitalicias como productos garantizados y -dejando a un lado las diferencias- han de comprender y asumir que pueden encontrarse en el futuro en la misma situación en la que aquellos que contrataron Preferentes se encontraron hace pocos años (y todavía algunos se encuentran).
Teniendo en cuenta que el perfil de cliente que contrata este tipo de producto es el de una persona de edad avanzada y que dispone de ahorros considerables, se deberían extremar las precauciones cuando el cliente es una persona de la tercera edad.
Sin embargo, tal y como comentamos en el apartado "Movilidad Funcional", también debemos reflexionar sobre si el empleado puede ser todo lo sincero y profesional que le gustaría al ofrecernos el producto, especialmente cuando se le exigen ciertas metas comerciales.
¿Está comercializando debidamente CaixaBank este producto?
Desde Accionistas CaixaBank entendemos que no lo está haciendo de modo suficientemente diligente y que, por lo tanto, es probable que se esté cometiendo el mismo "error" que con las preferentes.
Si consultamos en la página de "La Caixa" las clases de Rentas Vitalicias que la Entidad ofrece, veremos que resulta relativamente fácil que el cliente se confunda y no preste atención al riesgo que comporta su inversión.
Al consultar el "Perfil Inversor" correspondiente a la "Modalidad Rentas Constantes", leeremos lo siguiente:
"Es ideal para personas que no deseen correr los riesgos asociados a las posibles oscilaciones de los tipos de interés del mercado. En esta modalidad, el interés es constante."
La Entidad destaca claramente que es ideal para aquellos que no quieren correr riesgos derivados de las oscilaciones  de los tipos de interés pero no es tan clara -y eso es grave- al referirse al riesgo de tipo de interés que afrontará el cliente en caso de rescatar su inversión antes de su fallecimiento. En el punto "Liquidez", especifica:
"Según el valor liquidativo de la inversión, por lo que el importe de rescate varía cada día."
Esto significa, nada más y nada menos, que -al igual que ocurría con las preferentes- el importe de rescate o recuperación de la inversión podrá ser superior o inferior dependiendo del nivel en el que estén los tipos de interés en el momento de rescate. Si son superiores, se recuperará una cantidad inferior a la invertida. Si son inferiores -prácticamente imposible porque están en mínimos- el inversor recuperaría una cantidad superior a la aportada.
Si a lo anterior le añadimos la terminología "seguro de ahorro" y como interpretará el cliente dichas palabras, tenemos el problema servido.
Llegados a este punto, nos deberíamos preguntar si se está actuando con diligencia al ofrecer un producto como éste a un perfil de inversores "que no deseen correr los riesgos asociados a las posibles oscilaciones de los tipos de interés del mercado". Es más, deberíamos preguntarnos si es una buena práctica el hablar de falta de riesgo de tipo de interés al referirse a la renta (de tipo fijo) que la inversión proporcionará y, sin embargo, no hacerlo del mismo modo (en términos de riesgo de tipo de interés) cuando se refieren al rescate antes de fallecimiento. Quizás eso tenga que ver con una doble interpretación del concepto de riesgo de tipo de interés.
Cabe destacar que, salvo que contemplemos escenarios de tipos de interés negativos en la banca comercial, este producto es una maravilla para un banco y no tanto para el cliente. ¿Por qué? En primer lugar, porque los tipos de interés difícilmente pueden hacer otra cosa que no sea mantenerse o subir, tarden más o tarden menos. En ese caso, las rentas de los clientes no subirán por ser de tipo fijo y, por lo tanto, el banco se acabará financiando a bajo coste mientras el cliente no fallezca o rescate su inversión.
En segundo lugar, si el cliente rescata antes de fallecimiento, corre un riesgo muy serio de no poder recuperar totalmente su inversión a menos que entremos en tipos negativos (algo que los gobiernos intentan evitar a toda costa). Es más, si los tipos se normalizan y suben a niveles normales, el banco devolverá al cliente una cantidad significativamente inferior al importe invertido.
En otras palabras, CaixaBank (al igual que otras entidades) están preparando a fuego lento un caldo de cultivo que, dado los bajos tipos de interés actuales, previsiblemente acabarán provocando nuevos escándalos y protestas al igual que ocurrió con las preferentes. Quizás el problema es que los bancos nunca aprenden.
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