Repaso Star Wars (VI): La venganza de los sith

Hace unos meses le propuse a mi novia visionar las seis películas de Star Wars con motivo del inminente estreno de El Despertar de la fuerza. Ella no había visto ninguna y tampoco es que le atrajera mucho. Esperaba una negativa rotunda, pero no. Aceptó. No podía creerlo. Mi corazón latía al ritmo de Una Nueva Esperanza.
Así que desde el verano hemos estado reservando días en nuestras agendas para dedicarle toda nuestra atención a cada cinta. Al principio le costó coger el ritmo "setentero" de la trilogía original, pero pronto sintió devoción por personajes tan icónicos y carismáticos como R2D2, C3PO o el maestro Yoda. Obviando claves argumentales que por cultura popular, y me refiero a Los Simpsons, ya conocía (“¿ese es el de ‘Yo soy tu padre’?” – “Sí, ese es” ¬¬), la primera trilogía le había dejado un buen sabor de boca con la agradable aportación de los ewoks y el emotivo desenlace. Pero faltaba saber cómo se llegaron a las circunstancias del episodio IV. Así que nos pusimos manos a la obra con las precuelas. El ritmo era diferente, la tónica de los episodios I y II era la de una telenovela sobre la relación entre Anakin y Padme. Y eso le gustó. Y qué demonios, también funciona en el universo Star Wars. Es una telenovela de dimensiones galácticas. Pero también habla del ascenso y caída del Imperio Romano a través de enrevesados temas políticos. Y a muchos fans no les gustó este giro que daba el universo Star Wars. Pero entonces llegó La Venganza de los Sith y todo volvió a ser perfecto.
Acción, drama, épica… Y Lord Vader. La unión entre dos generaciones se hacía patente mientras la mítica máscara se ajustaba al rostro de un calcinado Anakin Skywalker que ya no respondería a ese nombre. Dicen que las dos trilogías no tienen punto de comparación. Que las precuelas son empresas comerciales construidas a base de CGI y actores que no dieron la talla que jamás podrán competir con la estructura argumental del relato original. Aunque estoy de acuerdo en gran parte de estas afirmaciones, debo decir que el episodio III es la gran, GRAN excepción. La más oscura de toda la saga, La Venganza de los Sith cuenta de manera despiadada el nacimiento del Imperio Galáctico, el genocidio de la Orden Jedi… y la transformación de Anakin en Darth Vader, uno de los más ilustres villanos de la historia del cine. La secuencia en la que se ordena el exterminio de todos los Jedi es sencillamente escalofriante. Con el simple pistoletazo de salida mediante la frase “ejecute la Orden 66” del Emperador, la música dramática de John Williams hace el resto. Mención especial merece el dolor que siente Yoda por todas las muertes hasta que se le cae el bastón. Devastador.

Los diálogos entre el Canciller Palpatine y Anakin dan tanto a entender que transmiten rabia e impotencia en el espectador (cuidado con eso, que lleva al Lado Oscuro). Las triquiñuelas del Emperador se ponen al descubierto de manera tan descarada, que nos dan ganas de lanzar rayos a la pantalla. Los duelos con la espada láser, algo de lo que no nos cansamos nunca, se han aprovechado al máximo. El mayor exponente: la pelea entre Obi Wan y el general Grievous (4 espadas láser, todo un récord a pesar de estar en manos de un manco). Y toda la carga emotiva recae en la relación entre Anakin y Padme, que ve a su amado cada vez más perdido en la oscuridad. Una historia de amor que acaba de la manera más trágica posible. Claro reflejo de impotencia ante los hechos, cuando mi novia gritaba “¡Gilipollas!” cada vez que Anakin la cagaba a favor del Lado Oscuro.


Pero eso es La Venganza de los Sith. Dolor, sufrimiento, odio. El camino al Lado Oscuro del que nos advirtió Yoda. Tiene que acabar mal para que nos parezca bien. Y todo lo que pasa nos parece mal, pero es precisamente por eso por lo que es una película a la altura de las del siglo pasado a nivel argumental. Personajes mejor construidos, momentos memorables, la vuelta de James Earl Jones como la voz de Vader… Un cierre que mejora a las otras precuelas y actúa como nexo cruel hacia algo más esperanzador.
Mi novia llegó a la conclusión de que de las precuelas sólo es importante el episodio III (estoy de acuerdo). Es una película en la que sabes qué va a pasar, pero no cómo ni cuándo, y te jode cuando pasa. Es su objetivo. Y de la saga confiesa que la historia da pie a reflexiones interesantes y positivas, pero que en general hay escenas innecesarias que no le aportaron nada. Al final, te quedas siempre con algo icónico que te ha gustado. De ahí que ahora en su foto de perfil de Facebook haya un filtro con una espada láser.
Sinceramente, después de haber hecho este repaso y saber la opinión de alguien que no siente locura por estas pelis como es ella, creo que la saga de Star Wars siempre dice algo. Da igual si te gusta más o menos, algo transmite. Y tras ver el tráiler de El Despertar de la fuerza (100.000 veces), tengo la impresión de que veremos algo que no decepcionará, que volverá a transportarnos a ese universo que tantas veces nos ha cautivado. Pero eso ya lo contará Santi Alverú. Que la fuerza le acompañe.
Carlos Hernández Lareo