Revista Comunicación

Reproducir ideas, no trinos

Publicado el 09 junio 2014 por Diego Gómez @elcuentazo

Reconocer nuestras propias debilidades es una virtud que todos tenemos, algunos la desarrollan más que otros pero al fin todos hemos reflexionado respectivamente para posteriormente actuar por la mejora personal de cada día. Si esto no sucediera: estaríamos peor. El asunto es que hoy vine a reconocer una debilidad en público, a la vez quiero que sea punto de partida para quienes queremos estimular el hábito de la escritura.
Las ideas son un producto casi frutal y por ende hay que dejarlas madurar para que quien las obtenga saque su mejor provecho.
El asunto es claro: una costumbre sana que debemos aprender para posteriormente escribir es tomar nota o memoria intachable de aquellas ocurrencias cotidianas, aquello que se nos viene a la mente mientras hacemos el mercado o sólo mientras vamos en la bicicleta etc. Cada píldora que se nos ocurra debe pasar por un análisis y curación posterior, no desbordarse así tal y como de “chispas” se nos ocurrió, eso sería matar la idea y dejarla pasar como si se tratara de una noticia de actualidad y no de un pensamiento, como si se tratara de un “Trino” y no una propuesta escrita, como si se tratara de un susurro y no de un buen relato.
Tal y como lo comenta el profesor Ernesto Priani en una buena presentación del Campus Party Mexico: nuestros comportamientos frente a la lectura y la escritura son un poco más inmediatos y resumidos, es decir, la cantidad de texto producido y leído disminuye con el tiempo y nos va haciendo más perezosos sin darnos cuenta. El profe Priani hace una comparación con los libros escritos en los siglos pasados y los que hoy día se producen, la diferencia en cantidad de páginas es sumamente importante y la rapidez del sistema actual lo exige y lo patrocina. Muestra de la inmediatez mencionada es el Twitter, evidencia que no exige mucho análisis para darse cuenta que es cierto.
Reproducir ideas, no trinos.
Si ese mismo comportamiento sucede con las ideas que surgen y que consideramos insumos para un buen escrito: no debe ser desechada fácilmente como un clic en “Tweet!” o simplemente “Compartir!”, sería más fructífero una lectura reiterada de la idea para complementarla, desarrollarla desde lo particular hasta lo general – o viceversa - Justo lo que muchas veces no hago, justo lo que hoy vine a reconocer.
Obviamente el comportamiento sugerido en esta publicación no es la clave del éxito para la escritura definitiva, es bueno tener en cuenta que para ejercitar una buena capacidad de escritura debemos hacer lo que nos sugiere la doña Ensayista – Elsy Rosas Crespo - en una de sus obras:

Para escribir es necesario haber leído antes en una proporción mayor, haber interpretado los textos y encontrado en éstos los argumentos suficientes para ser tenidos en cuenta en el momento de iniciar el proceso de escritura. http://goo.gl/mSXWh

Esa lectura en mayor proporción es la que nos permite dejar a un lado la pereza y habituarnos pacientemente a los textos largos, dejar de reparar las “letras pequeñas y sin dibujitos” y pensar más en el enriquecimiento literario, cultural, social y personal que sucede al momento de abordar un buen y extenso libro. Así pues, seremos capaces de escribir con “madurez”y sentido, la satisfacción será mayor: se los aseguro.


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