Revista Cultura y Ocio

Reseña #91: rosas sin espinas

Publicado el 28 agosto 2017 por Alaluzdelasvelas
RESEÑA #91: ROSAS SIN ESPINAS
¡Hola, hola, hola! Ya casi hemos acabado agosto. Ya huele a rutina. Decidme, ¿cómo ha ido el verano? ¿Lo habéis disfrutado? ¿Seguís haciéndolo? Yo, personalmente, debo decir que he tenido uno de esos veranos más bien tranquilos (aburridos). Pero, oídme, el año que viene más y mejor. Pero no os quiero aburrir con mis historias – ya sabéis que yo no soy tan divertida como todas vosotras, como todos vosotros –, prefiero hacerlo con las historias de autoras tan maravillosas como la que hoy os traigo.¡Dentro reseña!Ficha técnicaRESEÑA #91: ROSAS SIN ESPINAS
Título:(Cuatro bodas 2) Rosas sin espinasAutora:Nora RobertsEditorial: DEBOLSILLONúmero de páginas: 368ISBN: 9788499892122Precio: 9,95€SinopsisDe niñas lo compartieron todo y con los años se han convertido en mujeres divertidas, sexis e independientes. Juntas han montado una empresa donde cada una pone lo mejor de sí para convertir una boda en el día perfecto. El éxito está asegurado si Parker se ocupa de la organización, Laurel del banquete, Mackensie de las fotos y Emmaline de las flores. Si alguien sabe cómo planear la mejor boda es este cuarteto de amigas. Aunque organizar varios enlaces a la semana no garantiza encontrar el amor, que siempre aparece cuando y donde menos lo esperas... como le acaba de suceder a Emmaline Grant...De flores y ramos de novia, Emma sabe un rato. Y de hombres también. Es, sin duda, la rompecorazones del grupo; pero Emma sueña con encontrar a esa persona que lo cambiará todo. Lo que nunca imaginó es que pudiera tenerla tan cerca… ¿Puede la amistad transformarse en amor? Y ese nuevo camino que ha empezado a recorrer, ¿estará sembrado de rosas o de espinas?Mi opiniónNo estaría siendo honesta si me lo callara. Nora Roberts tiene una fórmula. Una que funciona. Tras la preciosa historia de Carter y Mac, nuestra querida autora decide regalarnos otra que, sino parecida, cumple con unos requisitos que me hicieron plantearme si no será cierto que cada autor, cada autora para el caso, no tendrá un modus operandi. Ojo, no digo que esto sea malo. Me he leído el libro en dos días, creo que sobran los cinismos. Emmaline Grant es una de esas chicas que sueñan con el amor perfecto, ese que es terroríficamente parecido al de los cuentos de hadas, con príncipes azules – Dios nos libre de elegir otro color. Seguro que un príncipe vestido de rojo, verde, morado, etc. estaría espantoso -, bailes bajo la luna y flores. Muchas flores. Porque a nuestra florista de Votosle pirran. La belleza efímera, el olor, la textura… una romántica de tomo y lomo, ¿verdad?El caso es que Emma no puede quejarse de oportunidades. Tiene citas cuando quiere y con quien quiere, porque no sólo es guapa, sino que es simpática, encantadora y terriblemente adorable. No penséis que me estoy poniendo sarcástica, a mí la chica me pareció un amor, pero no puedo evitar pensar en lo agotador que tiene que ser estar siempre prácticamente pletórica. Aparcando el buen humor de nuestra florista, diré que no ha encontrado a nadie que le haga estallar el “chispómetro” – término que la chica acuña al hecho de que un hombre consiga que te sientas en las nubes cuando lo besas, vaya –, o eso cree ella. ¿Por qué no hablamos de Jackson Cooker? Jack. El bueno de Jack. El chico que no quiere ni oír hablar de hacer planes de futuro. Muy parecido a Mackensie, no empecemos con esos tópicos odiosos de “hombre de cromañón no quiere chica enamoradaen su casa, golpe en el pecho”.No, porque no sería cierto y yo aborrezco las mentiras. A lo que iba. Jack es arquitecto y, por tanto, asiduo de la mansión de los Brown. Con algunos proyectos como el estudio de Carter, la ampliación del lugar de trabajo de Laurel y Mac… empieza a pasar mucho tiempo por allí.Como me siento magnánima, os daré un último adelanto. Jack besa a Emma. O puede que Emma bese a Jack. O puede que ambos se besen. Simplemente, sucede. Y cuando sucede… todo estalla. Si nuestro querido Jack nunca ha tenido el aplomo (iba a decir pelotas, pero he pensado que últimamente ya me estoy pasando de soez) de intentar algo con la buena de Emma ha sido, simplemente, porque Del respira.Sí, Delaney Brown, el hermano biológico de Parker y hermano honorario de Laurel, Mackensie y Emma. ¡Ja, me rio yo de sus hermandad honoraria! ¡Ya le está bien, a ese pijo de Del, todo lo que va a pasarle!Jack y Emma empiezan, como no puede ser de otra manera, algo así como un romance. Algo así, os digo, porque hay límites imaginarios prácticamente insalvables… O tal vez no.Y ahora, bienvenidas y bienvenidos a la Zona Spoiler
Decía que me reía de Del. Oh, lo que me voy a reír yo de ese pequeño desgraciado. Contrariamente a lo que podáis pensar, está siendo mi personaje masculino favorito. Me gusta su aplomo, su arrojo y su mal genio. Sí, su mal genio. Uno que va de la mano con el de Laurel.¿Veis por dónde voy? ¿No? Oh, tranquilas, tranquilos, que de todas formas me muero por decirlo. A Del se le va a abrir el infierno bajo los pies cuando se dé cuenta de que su interés va hacia nuestra pastelera gruñona.Después de este pequeño desliz – si no lo contaba, me moría –, volvamos con la buena de Nora Roberts. Repito que tiene la fórmula de la novela románticadivertida. Previsible, pero divertida. ¿No os digo yo que la mujer se saca a un mecánico cascarrabias de la manga? Mejor aún, ¿os podéis creer que se lo va a encasquetar a la estirada de Parker? Sí, amigas y amigos, Roberts se saca de la manga a un nuevo personaje y yo no puedo más que pensar en las ganas que tengo de leer su historia. Bravo, Nora Roberts, tienes toda mi atención.Y así volvemos a los protagonistas de la historia. Una vez más, entendí a Jack. No es fácil dejar que alguien invada tu espacio, no si encima ese alguien tiene prácticamente tatuado en los ojos las palabras “relación seria”. Me reí muchísimo con su larga explicación de lo que opina él que es una relación seria, más que nada porque yo me imagino algo muy parecido – lo sé, soy despreciable –. Con esto no quiero decir, repito, que Jack sea mala persona. Él adora a Emma y lo demuestra con cada una de sus acciones. ¿Cómo no va adorarla, si aprovecha cada segundo que tiene libre para estar con ella, si le propone planes de última hora que sabe que van a hacer que a ella se le salten las lágrimas? Él va “en serio” con ella, pero a su manera y, sintiéndolo mucho, creo que es muy egoísta no poder entender que hay personas – que habemospersonas, ¡qué coño! – que necesitan su espacio. Me remito, aquí, al terrible incidente de las llaves y los parterres. Tal vez no sea la forma más adecuada de reaccionar, tal vez fuera desmedido guardar las llaves en su bolsillo, pero, ¿no es también desmedido largarse después de soltarle un ultimátum? ¿Quién le entiende a él? Hay escenas muy divertidas a lo largo de la novela y diré, aun a riesgo de equivocarme, que se nota una evolución en la prosa. Sé que Nora Roberts es una autora consagrada, una de esas imprescindibles para toda buena lectora, para todo buen lector, de novela romántica; ahora bien, eso no quita que este libro a mí me haya resultado más fluido. Fluido. Sí, esa es la palabra que busco. Quiero explicarme. Y voy a hacerlo, claro. Escenas como la fiesta del Cinco de Mayo, como la del taller y el final del libro, ese broche; hacen que a mí me entren ganas de seguir leyendo. Porque vale la pena. La trama no gira de forma exclusiva alrededor de las bodas, sino del trabajo, la amistad y esos inicios de lo que podrán ser relaciones. Adoro a Laurel, adoro a Del y adoro a Malcolm. Adoro a Carter, adoro a Mac. Y así es cómo pude atesorar cada pequeña intervención que tuvieron. Siento no nombrar a Parker, pero me sigue poniendo enferma que sea tan retorcidamente perfecta.El final, decía. Ay, el final. Me gustó que Jack hincara las rodillas en el suelo – oh, por favor, mirad el título de la saga, no me digáis que destripo nada –, no sólo metafórica sino también literalmente. Me gustó lo que le dijo, sí, sí; aunque por poco no me caigo de culo cuando Parker, la maldita Parker, le dijo que “primero debería hablar con ella”.Menuda ejecutiva, la tía. La mujer de hierro.Con todo, Rosas sin espinas es una segunda parte muy divertida, con palabras dulces y la ya conocida prosa de Nora Roberts. Un agregado de elementos maravillosos, sin olvidar en ningún momento al resto de la cuadrilla. No veo el momento de seguir leyendo.Nota: 4/5
Citas
(…)-¿Qué hiciste? – preguntó Laurel.-¿Qué hice?-Sí, ¿qué hiciste, Em? Me refiero a si le dijiste que se controlara, que sólo era un cepillo de dientes o un tubo de máscara para las pestañas.-Cuando se fue a trabajar, me pasé media hora procurando que no quedara ni un grumo de esa máscara, en su precioso espacio.-Muy bien, eso le servirá de lección – aventuró Laurel –. Yo me habría quitado el sujetador, lo habría dejado colgando de la ducha y le habría escrito con pintalabios una nota de amor sarcástica en el espejo. Ah… y habría salido a comprar una caja de tampones tamaño económico para dejarlos olvidados en el lavabo. Con eso habría captado el mensaje.(…)
(…)-No sé a vosotros, pero a mí esa mujer me ha asustado.-Creo que en parte ha influido mucho el incidente con el nieto que espera. Lo de hoy ha sido demasiado para ella.-Alguien habría tenido que suministrarle un Valium – le dijo Laurel a Emma –. Y no bromeo. Casi esperaba verla abalanzarse sobre el pastel de boda… como quien se inmola en una pira funeraria.-Caray, qué foto habría salido… – suspiró Mac –. Lástima.
(…)

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