Tomo Único | 237pp
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En el CERN, el centro de investigación más avanzado del mundo, entre experimentos de viajes en el tiempo y de teletransportación, entre partículas que superan la velocidad de la luz y otras que revelan el origen del Universo, la joven Laila se enfrenta al mayor misterio que existe: cómo decidir entre dos amores. Por un lado, Alessio, un atractivo periodista; y, por otro, Brian, un cerebral científico que oculta un gran secreto.
Quantic Love, la novela que resuelve la ecuación del amor, ha sido muy sonada en el mundo de la literatura juvenil. No es para menos, pues su campaña de marketing, digna de admiración, ha conseguido que más de uno se interese por esta historia que entremezcla la física con la ciencia más inexacta del mundo: el amor. Su autora, Sonia Fernández-Vidal se ha convertido en todo un hito para la literatura juvenil; su debut (La puerta de los tres cerrojos) supuso una victoria para una literatura diferente, que apostaba por crear historias de otra índole, y sigue acumulando nuevas tiradas de ejemplares, debido a su éxito. Sin embargo, ¿su suerte se habrá repetido en esta novela? ¿Tenemos entre manos una delicada obra que será recordada por los siglos de los siglos? ¡Vamos a averiguarlo!
El amor es la energía más poderosa del universo, o eso creen los protagonistas de esta novela, que empieza con el viaje de Laila, una joven estudiante de clase media que sueña con ir a la universidad pero que sus padres no tienen suficiente dinero para pagársela. Es por ese motivo que ha aceptado una beca para hacer de camarera en el centro de estudios físicos más importante del mundo: el llamado CERN. Su destino está en Ginebra, en las entrañas de una cafetería fría y sosa, donde tendrá que aprender a servir cafés mientras todos a su alrededor hablan de ecuaciones y teorías indescifrables. Es justo ahí donde comenzará la acción de la novela, al mismo tiempo que aparecerán los dos pretendientes de Laila, Alesso y Brian; tan diferentes entre sí como el agua y el aceite. Y a esta altura estaréis diciendo… ¿pero la historia no tiene más trasfondo? Y yo os tendré que responder, muy a mi pesar, que no. Quantic Love es una novela de amor adolescente, nada más, no hay mucho más que contar (a parte de su noble intención de acercar la física cuántica a las personas de a pie). Laila se tendrá que decantar por un chico u otro como si jugara a probarse vestidos nuevos, a ver cuál le sienta mejor. El gran misterio del libro es con quién se quedará al final.
El gran fallo de Quantic Love es que su trama es demasiado simple y, por así decirlo, pueril. ¿Una chica que con 18 años no ha perdido la virginidad y está buscando a su amor verdadero con tanta desesperación que, a la primera de cambio, se enamora de dos chicos que no conoce de nada y que todo lo que venga después gire en torno a este amor ficticio? La verdad es que dicho así, suena algo rudo, pero no encontré más giros en la trama, ni siquiera encontré un argumento que pudiera atraparme. Lo mejor de la novela, para mí, ha sido la pluma ágil de Sonia Fernández-Vidal, quien es capaz de hacer que te leas el libro en una tarde porque es fácil de seguir; también hay que comentar que todas las referencias científicas me encantaron, tomé buena nota de las frases célebres y de las anécdotas divertidas, de las cuales he escogido unas varias para compartir con vosotros:
El primero me resultaba conocido, porque Angie lo nombraba cada dos por tres. Me había explicado que Erwin Schrödinger fue uno de los padres de la mecánica cuántica. Me había desarrollado una ecuación que lleva su nombre y con la que ganó el Nobel en 1933. También propuso el experimento mental del famoso "gato de Schrödinger" para explicar las paradojas de la física cuántica.
Había anotado en mi libreta aquella historia sobre un gato que podía estar vivo y muerto a la vez. ¡Eso sí que era extravagante! Sin embargo, lo que me más me había sorprendido de ese físico no era ni su ecuación ni la paradoja de aquel gato fantasma. Por lo visto, estaba tan interesado por las mujeres como por la mecánica cuántica.
-Una vez, en una entrevista le comentaron lo mismo que has dicho, y puso este ejemplo: si estás al lado de una chica bonita durante dos horas, creerás que ha pasado un solo minuto. Pero si te sientas encima de una plancha candente, creerás que han pasado dos horas. Esto es la relatividad.
-Al parecer, Feynman le dijo en una ocasión a un niño de ocho años: "¿Sabías que hay el doble de números que números?", al pequeño aquello le pareció absurdo, así que respondió: "No, no los hay". "Sí, sí que los hay, y te lo voy a demostrar. Di un número". El niño eligió un número grande para empezar: "Un millón". "Dos millones", respondió el profesor. El pequeño le dijo cuatro números más, y Feynman siempre le respondía con el doble del número escogido por su interlocutor. Este niño, que se llamaba Henri Bethe y terminaría siendo premio Nobel, de repente entendió y desafió a Feynman: "Ya veo. Entonces también hay tres veces más números que números". "Demuéstralo", le retó el profesor tras darle una cifra. Bethe le contestó con otra tres veces mayor. "Así pues, ¿hay un número mayor que los demás?", preguntó Feynman. "No, para cada número hay uno dos veces mayor, y otro tres veces mayor. Incluso hay otro que es un millón de veces más grande", le respondió el niño". "Exactamente, y esa idea de crecimiento sin límite, de que no hay un número más grande que todos, se llama infinito".
También hay que destacar la banda sonora de la novela, un golpe buenísimo de parte de Nikosia, el famoso grupo de Francesc Miralles, autor de Retrum. Sin embargo, esto no es suficiente para que Quantic Love se convierta en una novela de lectura obligatoria. Sentí que el escenario estaba tontamente desaprovechado, es la segunda novela que leo situada en el CERN y, a decir verdad, no se me ocurre ninguna otra novela juvenil con semejante ambientación. No obstante, la autora juega mal sus cartas, desaprovechando una oportunidad única de sorprender al lector y de engancharlo tan sólo usando un lugar poco común. Para que me entendáis: toda la acción de la novela, las situaciones medianamente interesantes que nos presenta Laila, se sitúan siempre fuera del CERN. Un bar de Jazz, una acampada, las afueras de la ciudad, una fiesta en una casa de un estudiante… Me sentí algo defraudado en este aspecto. Luego, punto aparte son los personajes, que ninguno ha conseguido congeniar conmigo. Es más, tengo una gran retahíla de incongruencias que sentí que me exasperaban cada vez más a la par que avanzaba en la novela.
Quantic Love ha llegado a mi vida y ha pasado con más pena que gloria. Lo lamento muchísimo porque la novela apuntaba a maneras y parecía que me arrebataría más de un suspiro, pero no fue así en absoluto. Tal vez si la trama hubiera estado mejor montada, los personajes hubieran captado la atención y se hubieran mantenido en la línea de cada personalidad, y si el romance hubiera sido más profundo, hermoso y apasionante, podría haber tenido alguna oportunidad. Como medio divulgatorio de la ciencia es perfecto, pues la autora es una gran entusiasta, y admito que tiene mucho mérito querer acercar a los jóvenes a la ciencia. Pero lamentablemente, a esta novela le falta tiempo y madurar para poder posicionarse entre los mejores títulos del mercado de hoy en día.
Doctora en Física Cuántica, realizó su tesis en el campo de la Información y Óptica Cuántica. Se licenció en Física por la Universitat Autónoma de Barcelona. En el 2003 trabajó en el Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN), en el proyecto del nuevo acelerador de partículas Large Hadron Collider (LHC). Allí empezó a degustar la divulgación científica participando como guía oficial y conferenciante del CERN. En el 2005 trabajó en Los Álamos (EE.UU.) colaborando con la división teórica del Laboratorio Nacional de Los Álamos (LANL) en un proyecto sobre Decoherencia e Información Cuántica. Sin duda, un lugar donde cualquier científico se para a reflexionar sobre las consecuencias y responsabilidad de nuestras investigaciones. En el 2006 trabajó en el Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO) en un proyecto europeo sobre “Computación Cuántica Escalable con Luz y Átomos” (SCALA). (Fuente: Página oficial Quantic Love)
ESCRITO POR DAICHAN
Estudiante de letras y otaku apasionado. A parte de leer, jugar a videojuegos y ver películas, adora estudiar y enseñar japonés. Administra Mientras Lees desde hace dos años y su sueño es convertirse en librero. Podéis encontrarlo en su bitácora personal.