Reseña de «Yo, Robot» de Isaac Asimov: Imaginando un futuro ¿mejor?

Aunque de poco puede servir a estas alturas que yo publique una reseña sobre un clásico de la ciencia ficción y una obra tan conocida y disfrutada por millones de lectores como es Yo, Robot de Isaac Asimov, me gusta que en mi blog pueda encontrarse un poco de todo y que, los que se dan una vuelta por él, puedan acceder tanto a novedades como a libros que ya tienen sus añitos. Así que dejo por aquí mis impresiones acerca de este clásico inmortal de la literatura que he releído recientemente y que deja bien claro el talento de un genio de las letras y una fuente inagotable de imaginación como Asimov.

Y es que, si bien hoy en día el tema de la robótica ya es algo que vemos tan natural y aceptamos como en constante progreso, no hace tanto que los robots representaban un futuro inimaginable y pocas personas eran capaces de soñar con lo que podría suponer para la humanidad un avance en este campo, por entonces bastante inexplorado. Pero llega el señor Asimov y pone a fantasear a sus lectores con un futuro en el que estas invenciones trabajan mano a mano con el ser humano, con todo lo que algo así puede conllevar. ¿Cómo podrían llegar a ser las relaciones entre una persona y una máquina con capacidad para pensar por sí misma? ¿Dónde se ponen los límites a la libertad de acción de un robot? ¿Qué pasaría si estos inventos tomasen caminos diferentes a los que el ser humano pretende imponerles?

Yo, Robot explora estos temas a través de varios relatos cortos narrados por Susan Calvin, una robopsicóloga que ha trabajado toda su vida estudiando el comportamiento de los robots en la sociedad futurista no tan lejana en el tiempo que propone el autor en esta obra. Para entender mejor lo que un robot es capaz o no de hacer, Asimov pone sobre la mesa sus famosas leyes robóticas, que en un inicio son tres (aunque más adelante se presenta una cuarta, denominada ley Cero) y que se implantan en el cerebro positrónico que permite a los robots aprender, pensar y evolucionar:

1. Un robot no puede hacer daño a un ser humano o, por su inacción, permitir que un ser humano sufra daño.

2. Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entran en conflicto con la Primera Ley.

3. Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la Primera o la Segunda Ley.

A pesar de que estas leyes parecen muy sencillas, en estos relatos las personas que trabajan o conviven con estas máquinas de inteligencia artificial se encuentran con encrucijadas derivadas precisamente de su aplicación, trayendo de cabeza a unos humanos que deben aprender a comprender la forma de pensar de estos nuevos compañeros capaces de llevar a cabo acciones extrañas, impredecibles e incluso peligrosas. ¿Podría una máquina poder llegar a decidir el destino de la humanidad?

Este libro salta de relato en relato, emocionantes y didácticos, plagados de pruebas para ayudar a comprender al ser humano la complejidad de ciertas acciones de esta maquinaria, y bien cargados de sorpresas o revelaciones que ponen a pensar al lector. El estilo del autor ya lo conoces: consigue hacer entender complicados términos y teoremas acerca de física, matemáticas e ingeniería, pero siempre con ese plus de imaginación y ficción que hacen que cada una de sus historias sea inolvidable.

Como es de esperar, Yo, Robot no está exento de reflexiones y dilemas morales, reflejados en historias como la de la niña que establece un vínculo emocional con su robot-niñera, o el caso del robot que aprende a mentir para no herir la sensibilidad de los humanos, evitando así violar la primera ley de la robótica según su forma de “pensar”. Tan parecidos a nosotros a la vez que tan diferentes, capaces de aprender por sí mismos… los robots son un invento maravilloso y peligroso, dotados para superar pronto en inteligencia a su creador y tendentes a una evolución que no conoce límites, lo cual lleva a la eterna pregunta de qué pasaría si acabaran tomando una conciencia plena de sí mismos y rebelándose contra la humanidad.

No olvides que el tema de la robótica se repite en otras obras de Asimov, un autor único que sentó las bases para lo que hoy en día vemos en series, libros o películas acerca de este campo, y capaz de hacer que, lo que escribió hace décadas, pueda seguir asombrándonos y fascinándonos a día de hoy. Imprescindible hacerse con toda su bibliografía.