“El año sin verano” es una novela del periodista y escritor español Carlos del Amor publicada en 2015 por la editorial Espasa.La trama nos sitúa en Madrid en el año 2013, año durante el cual un meteorólogo francés ha pronosticado que no habrá verano al uso. El narrador nos recuerda que no es la primera vez que se da este fenómeno pues ya sucedió algo similar en 1816, y que gracias a ello podemos disfrutar del “Frankenstein” de Shelley u “Oscuridad” de Byron pues se fraguaron en ese “no verano”.Para nuestro protagonista y narrador, un periodista cultural, este verano también quedará para siempre en su memoria pues varios hechos importantes sucederán en su vida , entre ellos terminar de escribir su libro.
El protagonista regresa a Madrid y se encuentra con que su novela que debía escribir y que ya estaba más o menos encauzada, simplemente no va, se ha quedado estancada, durmiendo en un rincón de su cerebro. Esa noche cuando llega a su casa, se encuentra con un manojo de llaves, en el pasillo de uno de los pisos, y supone que serán del conserje. Las recoge pero la curiosidad le puede y así esas llaves le permitirán ir de expedición y lograrán cambiar el rumbo de ese mes de agosto.Estamos ante una novela que mezcla lo real y lo ficticio, dejando al lector la decisión de que juzgue lo que es real y lo que no lo es. Además el lector siempre estará un poco por delante del protagonista, conociendo ciertos detalles con antelación, busca implicarte, hacerte cómplice de esa invasión de la vida privada, de esa curiosidad que a veces nos invade.Existen dos hilos temporales uno que sucede en el presente, en ese 2013 donde conoceremos al protagonista y algún que otro de sus vecinos, y otro en 1983 donde conoceremos el pasado de algunos de esos vecinos y la relación que guardan con el presente.Los personajes son un acierto y están al servicio de la novela, desde el protagonista y narrador del que nunca sabremos su nombre, hasta el cartero o Simón que es uno de mis personajes favoritos, a todos los iremos conociendo a través de las diferentes historias. Un planteamiento original y una historia entretenida que nos habla de amor y de desamor, de rebeldía, de la vida que pasa, y de todo lo que sucede a nuestro lado sin que nos demos cuenta. Durante toda la novela sentiremos cierta dualidad que se verá reflejada en ese final que en realidad son dos finales y que ambos tienen su razón de ser.Me ha gustado bastante, y me ha sorprendido. Me ha gustado como está escrito, como el escritor ha transmitido lo que desea y como sabe implicar al lector a través de diferentes guiños durante la lectura, como con el jardinero, o con los caminos del deseo, o con el cuadro, todos ellos son pequeños detalles para implicar al lector y hacerlo partícipe aún más si cabe de la novela, aunque no serán los únicos.
“El año sin verano” una historia que se va completando al ir encajando las diferentes historias que componen la novela. Un libro entrañable y con cierto aire de nostalgia.
“Muchas veces los grandes amores están llenos de rutinas.”
“Te quiero, te quiero en presente, porque no me acostumbro a que seas pasado.”“La duración de un recuerdo depende de lo novedoso que sea o de las sensaciones que hayamos experimentado.”
El protagonista regresa a Madrid y se encuentra con que su novela que debía escribir y que ya estaba más o menos encauzada, simplemente no va, se ha quedado estancada, durmiendo en un rincón de su cerebro. Esa noche cuando llega a su casa, se encuentra con un manojo de llaves, en el pasillo de uno de los pisos, y supone que serán del conserje. Las recoge pero la curiosidad le puede y así esas llaves le permitirán ir de expedición y lograrán cambiar el rumbo de ese mes de agosto.Estamos ante una novela que mezcla lo real y lo ficticio, dejando al lector la decisión de que juzgue lo que es real y lo que no lo es. Además el lector siempre estará un poco por delante del protagonista, conociendo ciertos detalles con antelación, busca implicarte, hacerte cómplice de esa invasión de la vida privada, de esa curiosidad que a veces nos invade.Existen dos hilos temporales uno que sucede en el presente, en ese 2013 donde conoceremos al protagonista y algún que otro de sus vecinos, y otro en 1983 donde conoceremos el pasado de algunos de esos vecinos y la relación que guardan con el presente.Los personajes son un acierto y están al servicio de la novela, desde el protagonista y narrador del que nunca sabremos su nombre, hasta el cartero o Simón que es uno de mis personajes favoritos, a todos los iremos conociendo a través de las diferentes historias. Un planteamiento original y una historia entretenida que nos habla de amor y de desamor, de rebeldía, de la vida que pasa, y de todo lo que sucede a nuestro lado sin que nos demos cuenta. Durante toda la novela sentiremos cierta dualidad que se verá reflejada en ese final que en realidad son dos finales y que ambos tienen su razón de ser.Me ha gustado bastante, y me ha sorprendido. Me ha gustado como está escrito, como el escritor ha transmitido lo que desea y como sabe implicar al lector a través de diferentes guiños durante la lectura, como con el jardinero, o con los caminos del deseo, o con el cuadro, todos ellos son pequeños detalles para implicar al lector y hacerlo partícipe aún más si cabe de la novela, aunque no serán los únicos.
“El año sin verano” una historia que se va completando al ir encajando las diferentes historias que componen la novela. Un libro entrañable y con cierto aire de nostalgia.
“Muchas veces los grandes amores están llenos de rutinas.”
“Te quiero, te quiero en presente, porque no me acostumbro a que seas pasado.”“La duración de un recuerdo depende de lo novedoso que sea o de las sensaciones que hayamos experimentado.”
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