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Reseña: Jugando con fuego

Publicado el 23 mayo 2014 por Plausible @plausibleblog
Reseña: Jugando con fuegoLa vida de Finn siempre fue deplorable. Pero desde hace unas horas, además, es una pesadilla: alguien ha matado a su padre y él es el principal sospechoso.
Sin nada que perder, tendrá que jugarse el cuello en una carrera a contrarreloj para limpiar su nombre y averiguar quién fue el verdadero asesino. Deberá rastrear hasta el último rincón de los bajos fondos londinenses, destapar oscuros secretos familiares y enfrentarse a policías corruptos, mafiosos de alto vuelo y femmes fatales sin escrúpulos... sólo para descubrir que aquellos en los que más confías son los únicos que te pueden sorprender con la guardia baja.

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Este ejemplar fue enviado por Penguin Random House. Muchas gracias a la editorial por el ejemplar.Creo que este libro es algo así como la guerra de sexos; la mayoría de las reseñas que vi que lo puntean de bueno son de hombres. No me malinterpreten, no es por poner una barrera de género o algo, sino que estoy intentando encontrar una escusa para no llorarle a Niall Leonard por lo difícil que fue leer este libro. Vacío, con personajes que no cortan ni pinchan (y algunos que están ahí sólo porque sí) y algunas cosas que me decepcionaron.
Puede contener algún pequeño spoiler, pero nada de lo que preocuparse.
Primero que nada, vamos a un hecho que voy a contar para que después nadie se sorprenda. Niall Leonard, el autor, es esposo de E. L. James... sí, ésa. La autora de 50 sombras. La autora (aunque ahora dicen que no lo es) del fanfic que se convirtió en libro, y acá la prueba de que éste existe indeed. Sólo me pregunto si la editorial original lo publicó por su obra o por tener la esposa que tiene.
Yo me enteré esto apenas abrí el paquete de la editorial y leí los datos del autor (porque, sinceramente, no lo había buscado). De ahí en más casi lloro por haberlo pedido, pero me aventuré entre sus queridísimas hojas y mi cuerpo se quedó sin aire al suspirar tanto del hastío que me producían muchas de las escenas. Y casi sin ojos, que cuando estaba por llegar al final no paraba de ponerlos en blanco.
La historia principal lo encierra a Finn, que encuentra a su padre muerto una noche que vuelve a su casa. Policía, cosa va, cosa viene, termina siendo el principal sospechoso. No me hubiera disgustado desde ahí la historia si Finn hubiera tenido una reacción; nada, absolutamente nada. Ni siquiera está en shock. A lo largo de todo el libro se lamenta porque su padre fue asesinado y por eso tiene que conseguir un buen trabajo para pagar las cosas, y porque no sabe cómo hacer los trámites burocráticos, y bla.
Un poco antes de ello, nos encontramos en el local de comidas rápidas en donde Finn trabaja. Conoce a una chica, que después nos enteraremos se llama Zoe; ocupa los mejores asientos, así que el encargado le dice que la saque a las patadas. Y lo hace. Y ahí queda, hasta un poco más adelante, pero eso ya es una major spoiler.
Poco después conocemos al, en mi opinión, personaje más inservible de todo el libro: Elsa Kendrick. Personaje que ni pincha ni corta, que llega diciendo que viene de Servicios Sociales, que se pasa apareciendo y desapareciendo a lo largo de la novela como Gandalf, pero sin aportar nada. Creo que fue creada por el autor para abrir una nueva sospecha para el lector, pero lo único que hizo fue lograr irritarme como hacía tiempo no lograban hacerlo. Pero bueno.
La cosa es que Finn se la pasa trabajando, buscando trabajo porque es despedido, y después, gracias a un mafioso, trabajando de nuevo hasta el final. En 200 y pico de páginas no hay nada de acción, nos pasamos leyendo cómo nuestro protagonista intenta encontrar al asesino de su padre (y digo intenta, porque aunque el autor quiera poner a Finn como el héroe que se da cuenta de todo, la verdad es que cae en la solución por pura casualidad) y cómo abre un montón de hipótesis que o son predecibles o no tienen sentido.
Los personajes no son nada profundos (desde Finn hasta Zoe, pasando por Elsa Kendrick como por Prendergast, el policía principal) y la trama se vuelve súper confusa y densa al final, cuando el autor por fin se da cuenta de que está escribiendo un libro, y que algo más que trabajo y absurdos interrogatorios tiene que pasar. Y no pasa, en realidad, sino que las cosas se dan por casualidad y por obra y gracia del señor, porque sino el libro tendría otras 200 páginas más de un policía vago y un personaje principal lamentándose por la plata.
Antes de terminar, quiero decir que hay un montón de situaciones que no tienen pies ni cabeza. Por qué Zoe se acerca a Finn es una estupidez más grande que una casa; por qué Elsa Kendrick se acerca a Finn, de nuevo, es una estupidez más grande que una casa. Hay ciertos personajes que caen del cielo para aclararle el camino que tiene que tomar el personaje principal, y eso es algo que realmente odio de los libros.
Así que ya saben por qué todo esto es así, y por qué mi nota va a ser la que va a ser. Y eso.
La verdad es que no tengo mucho más que decir. A pesar de dejar de lado los prejuicios y de intentar terminar el libro con una sonrisa, la más pura verdad es que no pude. La historia no es mala, ojo; creo que podría haber dado para muchísimo más, pero lo plano de los personajes y de cómo se desarrolló todo hizo que a mí no me gustara casi nada.
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