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Reseña: La armadura de la luz de Javier Miró

Publicado el 09 mayo 2017 por Litwatchers @litwatchers
Una portada como esa no podía decepcionarme. 

La armadura de la luz es una novela que nos presenta la que es sin duda una de las mejores novelas nacionales que he leído estos años y me encantan muchos matices de la lectura que os voy a detallar más adelante. Ahora empecemos por el principio. 


Reseña: La armadura de la luz de Javier Miró

Título: La armadura de la luzAutor: Javier MiróEditorial: MinotauroISBN: 9788445004241
Páginas: 480Año de publicación: 2017Precio: 21,00€Por un giro del destino, Iviqi y Jax, dos aventureros de poca monta, llegan a la importante ciudad portuaria de Melay, donde va a tener lugar un torneo de Jhassai, el ancestral arte de la lucha. Sin pretenderlo, Iviqi y Jax se verán envueltos en las intrigas de los distintos y misteriosos bandos que conspiran por hacerse a cualquier precio con el premio del torneo: la legendaria Armadura de la Luz, un artefacto del que se dice que puede otorgar a su poseedor el poder de un dios. Lo que tal vez nadie sospecha es la espantosa maldición que esta armadura arrastra consigo, y que podría significar el fin del mundo.

La historia nos habla en primer lugar sobre Umheim, su diosa de la justicia usada para ser objeto de poder por uno de los Deriands, dioses creadores del mundo, y sobre cómo esos objetos de poder, desperdigados por Umheim atraen a los valientes guerreros a la vez que los temidos demonios que pretenden sembrar, con su perversa voluntad, el caos y la desgracia sobre los mortales. 

Y mucho tiempo después de que la magia dejara de fluir tan libre y abundante por Umheim, conocemos a una pareja de mercenarios, Jax e Iviqi, que rondando los caminos buscan un cambio en su nefasta suerte. El breve encuentro con un marqués despistado en el camino los lleva a la ciudad de Melay donde se anuncia entre sonoras fanfarrias un torneo que tendrá lugar en la ciudad y que el magnifico trofeo será una armadura mágica. 
Iviqi es una joven aventurera con grandilocuentes expectativas de sus andanzas,  que ha escapado de las garras del circo ambulante que había sido su vida hasta su tierna adolescencia para andar los caminos, sobreviviendo escasamente y encontrando dificultades esporádicas, como en su primer encuentro con su compañero de caminos. Jax es un aventajado mercenario que ha aprendido el oficio de las armas de su tío hasta que este se convirtiera en un acaudalado y despiadado feudatario más entre las provincias de Umheim. Es un hombre soñador, cansado de los inciertos caminos que ha encontrado la madurez con una prontitud pesimista e incierta. En compañía de su espada y su preciada pistola de magma, se verá arrastrado por la aventura y el impulso irrefrenable de proteger a Iviqi. 

Melay es un hervidero de guerreros, mercenarios, amazonas, Shalthei y gigantes que buscan ganar la armadura, conocida como la Armadura de la Luz, es un objeto mágico tan antiguo como los misteriosos Deriand cuyo destino será decidido en un torneo organizado por un acaudalado de la ciudad cuyo tedio llega al punto de no reconocer su preciado y mágico valor. Pero no son pocas las sectas y organizaciones estrafalarias y fanáticas que sí ven el verdadero valor que encierra el antiguo y preciado objeto.


Y así nos encontramos en un primer momento con una historia de lo más cotidiana dentro de la fantasía. Con un planteamiento ameno, cargado de acción misterio y desencuentros pero sin aportar mayor profundidad a ningún elemento. 

La puesta en escena del mundo me ha parecido de lo más retórica, superficial y poco dotada de detalles a la par que aporta todos los elementos esenciales para el desempeño de la historia sin saturar a la lectora ( o sea, yo) con una miríada de información inmanejable que aletargue la lectura. Reconozco que este es un punto en el que entro en contradicción por lo escueto y directo de la puesta en escena a la vez que es una apuesta efectiva y en consonancia con el resto de la novela. 

Nos presenta Umheim, un mundo de una amplia variedad de razas y especies de fantasía, magia y valor danzando por sus tierras sin mucho detalle. Donde sí se detiene y se regodea es en las descripciones directas que ayudan al lector a componer un cuadro de la sociedad, la cultura y la índole de las diatribas internas que viven sus personajes protagonistas. 

Si bien es cierto que es un escenarios eficiente a la par que nada sorprendente dentro de un mundo de fantasía, sí ha dotado de personalidad al mundo dandole una historia de fondo y desenterrando sus mitos leyendas y criaturas ignotas para esta primera puesta en escena. Porque espero que no sea la única aventura que nos encontremos en este mundo. 

Si el mundo se caracteriza por ser escuetamente presentado, sus personajes son arena de otro costal. Los va desarrollando poco a poco, poniendo hitos importantes ante el lector para que pueda asirse a ellos en los momentos en los que la especulación de la trama toma total control de personajes, escenario, mito y narración desaforada. Me he quedado muy satisfecha con los personajes, los protagonistas porque gozan del dinamismo, matices, profundidad y conflictos necesarios para dotar a la novela de carácter presencia y carisma que enganchan al lector aunque la trama sea relegada a un segundo plano. A la vez que los personajes secundarios están muy conseguidos, bien influenciados por su estereotipo y llevados un poco más allá aportando a la novela ese toque interesante que invita a explorar más. 

Sobre los protagonistas aportar esto: no suelen gustarme esos personajes que en momentos que conllevarían drama tensión y gravedad, viajan en el carro de la ironía y la despreocupación irracional. Y aunque estos personajes pecan de esa característica cómica, no llegan a ese punto en que es desagradable verlos afrontar una escena dramática o grave, puesto que por fortuna no se trata de una bufonería desaforada, sino una característica calculada de los personajes. Si bien es un recurso que sirve para romper una tensión sostenida innecesariamente, normalmente no me gusta ver como se desaprovecha el potencial dramático si no tiene sentido.

El autor escribe de forma muy particular, alejándose la habitual prosa extranjera que reina entre mis lecturas, la narración está muy conseguida, con un ritmo intermitente que deja al lector siempre a la expectativa. Lo más valioso de la obra no son sus escenas de acción, entretenidas, claras y bien desarrolladas, sino su monólogo interno y los diálogos a través de los cuales se desgranan los misterios de este escenario que se van revelando a la par que la trama va desplegando sus tentáculos. 

Me han llamado la atención dos elementos en particular, las descripciones alargadas que lejos de ser tediosas me resultaron hipnóticas y las enumeraciones demasiado alargadas y obvias. Esas descripciones son lo de lo que bebe el lector durante gran parte de la primera mitad e la novela y escasean un poco más durante el desenlace, durante el cual el lector conoce con más exactitud el entorno en que se desarrolla la acción que predomina. 
Esas enumeraciones me parecieron, simplemente, un toque personal del autor que no influyó más allá en la lectura. Pero para manías las mías que, ya os contaré…

Ha sido una lectura agradable, me ha gustado la manipulación al lector, la puesta en escena y el despliegue de la trama, además de que los personajes me han parecido elementos altamente carismáticos. Espero más de escritor, de sus personajes y su mundo. 

Reseña: La armadura de la luz de Javier Miró

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