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Reseña: La hija del mundo, de Gilles Barraqué

Publicado el 19 enero 2015 por Alexisread
Reseña: La hija del mundo, de Gilles BarraquéTítulo original: Au ventre du mondeTítulo: La hija del mundoAutor: Gilles BarraquéIlustradora: Alicia VarelaEditorial: CastilloISBN: 9786074639155Páginas: 312SINOPSIS:
Pahoétama es nieta del pescador de la aldea. Para heredarle su sabiduría sobre el mar, su abuelo consigue un permiso especial, pues la pesca es un oficio prohibido para las mujeres. Ahora ella es la “niña-niño”, la única capaz de lanzarse a las aguas en busca de peces y perlas brillantes. Sin embargo, cuando Pahoétama descubre que el tiburón Oana, dios de los mares, tiene cuentas pendientes con su familia, debe tomar una decisión muy peligrosa: viajar al Vientre del Mundo, un lugar mítico que le revelará algunos secretos de su pasado.

OPINIÓN:Reseña: La hija del mundo, de Gilles BarraquéGilles Barraqué nos cuenta la historia de Pahoétama, la nieta del pescador de la aldea, quien tiene que aprender todo lo que su abuelo sabe para poder hacerse cargo de lo que por generaciones ha sido responsabilidad de su familia, por cuestiones del destino, el padre de Pahoétama no puede ser el pescador de la aldea, y por tanto Pahoétama tiene que pasar a ser niño-niña para poder tener la posibilidad de aprender lo que por tanto tiempo ha querido aprender y así no solo contribuir a su aldea, sino permitir que su abuelo tenga menos trabajo. Hasta que un día descubre que el tiburón Oana, dios de los mares, tiene cuentas pendientes con su familia, y para arreglarlo, Pahoétama necesita hacer un viaje que le puede costar la vida, pero también puede lograr paz en su familia.

A lo largo del libro, seguimos la vida de Pahoétama, una niña nacida en una aldea de aquellas en las que cada persona de ahí tiene un puesto y hace su contribución al pueblo, donde existe un rey así como jefes encargados de diferentes aspectos de la aldea, unos más importantes que otros, pero los responsables de hacer que la vida ahí funcione. Al pasar los días, esta niña acepta convertirse en “niño-niña” para poder aprender los secretos del mar, aquellos que solo su abuelo puede enseñarle, y con eso, cuando llegue el momento, ser el siguiente pescador del pueblo, pero para esto antes necesita resolver los problemas de su abuelo y de su familia, porque si no lo hace, no vivirá en paz. Al empezar esta travesía, en la que tiene que ir al Viente del Mundo, ahí donde el mundo se creó, descubre todo sobre su pueblo, su enemigo, y sobre todo, su familia.
El principal acierto del libro es la forma en que trata el crecimiento personal y la diversidad, se hace incapie en el respeto a la naturaleza, donde se entiende y se acepta que la naturaleza es la responsable de proveernos de recursos y con ellos, poder vivir. Desde la pesca hasta la plantación de alimentos. Se reconoce su importancia y afirma que se debe respetar pues sin ello no viviríamos. Además, mediante dos pueblos antagonistas, se nos muestra que antes de dar por hecho las cosas se debe conocer la otra cara de la moneda para así poder tener un pensamiento exacto sobre la otra persona, en este caso, sobre la otra gente. Y no adelantarnos a hacernos ideas, pues esto solo crea problemas que bien pueden evitarse. Mediante la lucha de dos pueblos, Barraqué nos invita a reflexionar y pensar mejor las cosas, conocer a las personas y descubrir tanto las cosas buenas como las malas para así comenzar a aceptarlas.
Lo malo del libro, es que lo anterior mencionado no se empieza a comprender hasta las últimas cien páginas del libro, pues las primeras doscientas solo siguen a la protagonista en sucesos más bien monótonos, aburridos y en ocasiones intrascendentes. Me costó avanzar, hubo momentos en los que quería dejarlo de lado no por un rato, sino permanentemente, aunque la mayoría de veces me aburría y continuaba después, pero más que nada porque me cuesta dejar libros a medias. Así pues, la mayor parte del libro es lenta, si bien muchas cosas son necesarias para comprender bien las ideas que el autor quiere dejar en el lector, resulta cansado leer descripciones y descripciones que, por lo menos en ese momento, no contribuyen en nada. Me pareció una introducción, una introducción que se alarga más de lo necesario, donde no hay emoción o interés.
Me gustó que el autor demostrara control sobre la época en la que se desarrolla la historia, donde las costumbres se respetaban sin objeciones y cada quien contribuía para todos. Pero hubiera sido mejor que desde un principio creara interés en el lector, interés real, ese que te hace seguir leyendo hasta saciar tu curiosidad, y no solo crear largas, para dejar lo mejor en las últimas páginas, en las cuales, por cierto, se comprende el título del libro (y eso es muy satisfactorio).
La hija del mundo es una aventura sencilla, con personajes bien construidos para la época en la que se desarrolla y una historia con enseñanzas para el lector.
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