Revista Cultura y Ocio

RESEÑA: Las Chicas

Publicado el 16 septiembre 2016 por Jimenada
LAS CHICASRESEÑA: Las Chicas
Título: Las Chicas. 
Auor: Emma Cline (Sonoma 1989) es licenciada en Bellas Artes y cursó un máster en Escritura Creativa en la Universidad de Columbia. Ha trabajado como lectora para The New Yorker y ha publicado textos de ficción en revistas como Tin House o The Paris Review, que en 2014 la consideró merecedora del Plimpton Prize. Las Chicas, su primera novela, llega precedida de una extraordinaria expectación internacional: fue el libro más codiciado en la Feria de Frankfurt de 2014, y los derechos de traducción se han vendido en treinta y cinco países, mientras que el reputado productor Scott Rudin plantea adaptarla a la gran pantalla. 
RESEÑA: Las Chicas
Editorial: Anagrama. 
Idioma: inglés. 
Traductor: Inga Pellisa. 
Sinopsis: California. Verano de 1969. Evie, una adolescente insegura y solitaria a punto de adentrarse en el incierto mundo de los adultos, se fija en un grupo de chicas en un parque: visten un modo descuidado, van descalzas y parecen felices y despreocupadas, al margen de las normas. Días después, un encuentro fortuito propiciará que una de esas chicas - Suzanne, unos años mayor que ella - la invite a acompañarlas. Viven en un rancho solitario y forman parte de una comuna que gira alrededor de Russell, músico frustrado, carismático y manipulador. Fascinada y perpleja, Evie se sumerge en una espiral de drogas psicodélicas, y amor libre, de manipulación mental y sexual, que le hará perder el contacto con su familia y con el mundo exterior. Y la deriva de esa comuna que deviene secta dominada por una creciente paranoia desembocará en un acto de violencia bestial, extremo...
Su lectura me ha parecido: controvertida, intensa, sorprendente, dura, directa, sin barroquismos, fría, impactante, ilustradora, brutal...Queridos lectores y lectoras, ¡todavía hay esperanza! Si, la hay, y no estoy exagerando ni un ápice. Todo el mundo sabemos que actualmente, y más desde que la tecnología y las nuevas formas de comunicación virtual han invadido nuestro día a día, que es mucho más fácil que de vez en cuando encontremos en las librerías a autores muy jóvenes, extremadamente jóvenes. Existen muchas razones por las que se ha producido este fenómeno cada vez más creciente, y el caso más significativo probablemente sea el de los llamados "Youtubers", los cuales se han convertido en figuras importantes y con capacidad de influir en millones de personas, algunos de ellos incluso llegando a dar el salto al mundo editorial, publicando libros sobre temáticas tan variadas como las últimas tendencias en ropa o video juegos o recopilatorios con sus pensamientos más destacados. Esto no diga que esté mal, al contrario, pero sinceramente, pienso que además de estos "influenciers" debemos prestar la misma atención a otros jóvenes. Los hay, claro que los hay, pero los jóvenes que parecen destacar en el terreno literario a una edad realmente asombrosa, quedan a la sobra de figuras que ofrecen contenidos más atractivos en apariencia a través de un canal de Youtube. El libro que hoy tengo el inmenso placer de reseñar, está escrito por una autora realmente joven, lo que no le ha impedido asestar un sonoro puñetazo sobre el panorama literario actual con una historia original, bien escrita y cuya lectura pone los pelos de punta; dando en las narices a una mayoría de "influenciers" sin rigor intelectual. La esperanza y el ejemplo existe, la esperanza se llama Emma Cline y el ejemplo es Las Chicas: la fragilidad adolescente a rítmo de Helter Skelter. 
RESEÑA: Las Chicas
La historia de como Las Chicas llegó a mis manos es de las que inevitablemente me hacen sonreír de oreja a oreja. La Editorial Anagrama fue una de las primeras editoriales a las que le mandé un mensaje solicitando colaboración, y como era de esperar, la contestación tardó. No obstante no me desesperaba y seguía reseñando libros como siempre había hecho, con regularidad y variedad. Un día, ya encontrándome colaborando con otras editoriales, se me ocurrió que una buena forma de proporcionar las reseñas era a través del Facebook, pero no solamente desde el modo convencional de publicar la reseña en la página oficial del blog, sino que tenía que atreverme e ir más allá. Por ello, comencé a mandar enlaces de mis reseñas y a publicarlos en las páginas oficiales de algunas de las editoriales más prestigiosas, con algunas de ellas ya colaboraba, con otras no, unas reseñas eran buenas, otras no tanto, pero eso me daba igual, buscaba que fueran leídas y tal vez apreciadas por los miembros de dichas editoriales. En la página de Anagrama creo que lo hice dos veces, la primera con Sumisión de Houellebecq y la segunda con La Chica Danesa de David Ebershoff  justo antes de las vacaciones de verano. Y fue a los pocos días de hacer esa intentona cuando de pronto, recibí un correo de Anagrama ofreciéndome una lectura, y lo que era más importante, un inicio de colaboración. Recuerdo que al leerlo salté de alegría y que estuve durante semanas en un estado de perenne felicidad, todavía a día de hoy agradezco la confianza que la editorial deposita en mi. En lo que respecta a Las Chicas, como muchos os imaginaréis, para iniciar esa fructífera colaboración me ofrecieron la lectura de esta novela, cuyas primeras líneas leí este verano. Y sinceramente, la lectura de tan sólo ese primer capítulo me dejó tan intrigada, tanto que durante todo lo que duró agosto sólo deseaba saber que pasaría a continuación, cuál sería la historia de Evie. Para cuando me llegó el libro entero, yo ya estaba en un estado de absoluta impaciencia, algo que, con la ayuda de una lectura que no se hizo para nada pesada, contribuyó a que Las Chicas lograse un hueco entre mis libros de cabecera. RESEÑA: Las Chicas
En lo que respecta a la crítica propiamente dicha, comenzaremos apuntando que Las Chicas es una novela que presenta una lectura intensa, seria, cortante y muy directa. Tiene un ritmo trepidante y pausado al mismo tiempo, la narración no va excesivamente de prisa a la vez que mantiene al lector en una tensión constante, por lo que es muy difícil que éste no acabe devorando la novela en pocos días, y lo que es mejor, devorando una novela con calidad y contenido. Seguidamente, y en relación con el estilo, hay que decir que Cline aborda el clasico tema de los problemas de la adolescencia desde una literatura muy pocas veces explotada. Normalmente, cuando el lector se enfrenta a una lectura donde aparece este tema tan recurrente, se topa con un estilo edulcorado, algo melodramático y innecesariamente descriptivo. Pero en Las Chicas, es diferente, una pluma seca, dura, que va directamente al grano y que no se corta en ofrecer ciertos matices que ofrecen brutalidad y frialdad a la trama hacen de este libro una lectura diferente. Cline no es de las que se anda con rodeos, sino que te muestra la realidad tal y como es, sin adulterar, con lo bueno y con lo malo puestos al mismo nivel, lo que ofrece un equilibrio pocas veces apreciado en otras novelas. Por otro lado, Las Chicas se podría introducir en una corriente literaria que oscila entre la realidad y la ficción, al igual que sucede con la novela La Chica Danesa y tantas otras, encontramos esa interesante relación que permite al lector cuestionarse ciertas partes del libro y de la trama, invitándole a investigar por su cuenta una vez finalizada la lectura. En el caso de Las Chicas en apariencia, los personajes que desfilan por sus páginas parecen sacados de la imaginación de la autora, pero no es así, al instante te das cuenta que bajo nombres inventados encontramos a Sharon Tate, Susan Atkins, Linda Kasabian, Patricia Krenwinkel, Terry Melcher o el mismísimo Charles Manson. Además de lo nombrado, también es digno mencionar la narración a dos tiempos que establece la autora, la una contada desde la perspectiva de quien recuerda lo sucedido en clave de desahogo personal, y la otra desde la incomprensión y la dificultad de adaptación en un tiempo alejado de los trágicos acontecimientos. Sin embargo, encuentro que las barreras entre una narración y otra no están bien delimitadas, pues en ciertas ocasiones, si no fuese por la división de capitulos, da la sensación de que no has abandonado la tesitura y eso puede confundir. Con todo esto y para finalizar, destacar la valentía y atrevimiento de Emma Cline por ambientar la trama en los años de la contracultura hippie, pero sobretodo, en el ambiente de la llamada "La familia de Charles Manson", una de las épocas más oscuras de las historia de los Estados Unidos, un tema que poca gente conoce y que a día de hoy sigue siendo un tabú en ciertos círculos de la sociedad estadounidense. 
RESEÑA: Las Chicas
Para dar por finalizada la redacción de esta reseña, he dejado para este último párrafo el abordaje del principal tema que se extrae de la lectura de Las Chicas, y que como no podía ser de otra forma, trataremos en clave reflexiva. En esta novela, Emma Cline trata el tema de la adolescencia, aunque más bien, lo correcto sería decir los problemas de la adolescencia. Cuando te encuentras en esa etapa necesaria de la evolución del ser humano, éste se adentra inevitablemente en un momento de extrema delicadeza y de peligrosidad. Es un momento de muchos cambios, de mucha evolución física y mental, donde poco a poco se adquiere mayor madurez, pero también es el momento donde aflora la inseguridad, aparece ese afán por construirse una identidad, pero también, ese repentino interés por sentirse valorado, querido, perteneciente a algo, a un grupo, a un clan, a una panda. Ese sentimiento, el de ser aceptado, es tal vez el que todos hemos vivido en algún momento de nuestra vida, y como es lógico, hacemos lo que podemos para poder encajar y caer bien a las personas con las que queremos entablar amistad, y quién sabe si algo más. En Las Chicas, ese afán se refleja en toda su magnitud, pues Evie, la protagonista, conoce a las chicas, las cuales le parecen atractivas, libres, exóticas, diferentes a cuantas haya visto o tratado. Por ello, hace todo lo posible por caerles bien, que éstas la tengan en cuenta, que la valoren y que cuenten con ella para cualquier cosa. Sin embargo, y como suele pasar en la vida real, esto puede tener consecuencias cuanto menos graves. Si nos salimos un poco de lo que es la novela, vemos como ésto sucede, pues no hay más que recordar cuantas personas habrán sido cómplices del bullyng en la escuela o haber participado de actos tan viles como hacerle la vida imposible a un compañero de clase, simplemente por el simple hecho de querer caer bien y encajar. Si volvemos a Las Chicas, observamos que nos encontramos ante la misma actitud, una joven que por ganarse la amistad y el respeto de las chicas, sobretodo la de Suzanne, de Susan Atkins al fin y al cabo, aunque ello signifique rebajarse hasta límites insospechados, iniciándose en el inocente consumo de drogas y en el amor libre primero para cometer robos y estar a punto de participar en un sangriento asesinato después. Evie, como muchas personas de carne y hueso, busca lo que todo el mundo, la aprobación, la aceptación, la sonrisa de las chicas, una sonrisa que, incluso escoltadas por la policía, nunca la perdieron. Las Chicas: una historia de madurez, de incomprensión, de cariño, de libertad, de manipulación, de engaño, de sentimientos enfrentados, de terribles decisiones...Una historia que resta protagonismo a los líderes para contarla desde abajo, desde sus más fieles seguidores, o seguidoras en este caso. 
Frases o párrafos favoritos: 
"¿Los árboles que rodeaban mi casa habían sido siempre así, tan extraños y acuáticos? ¿A caso todo estaba cambiando ya para mi, y el tenderete estúpido del mundo normal se estaba transformando en los escenarios exuberantes de una vida nueva?"
Película/Canción: ya hay noticias, como bien apunté en la biografía de la autora, de una posible adaptación cinematográfica de Las Chicas que en cualquier momento puede ponerse en marcha. Pero hasta que eso ocurra, os dejo con un video, como no, del Helter Skelter famoso de los Beatles que inspiró a Charles Manson en su diabólica doctrina. 

¡Un saludo y a seguir leyendo!
Cortesía de Editorial Anagrama

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