Reseña, los mundos de catalina

“Los mundos de Catalina” es un libro infantil escrito por el francés Patrick Modiano, y publicado en 1988. Está calificada por los lectores de Goodreads entre sus mejores obras, y aunque apenas llega a las cien páginas sabe conquistar al lector.La historia nos es contada por Catalina cuando ya es grande desde su piso de Nueva York viendo caer la nieve rememora otro piso en otro edificio, en otra ciudad donde ella también bailaba.
Así desde la calle 59 de Nueva York viajamos al distrito 10 de París y retrocedemos unos cuántos años.Estamos en París hacia 1950, Catalina es una niña feliz, disfruta de la vida y de todo lo que en ella se le presenta, gracias sobre todo a un pequeño secreto que le ha contado  su padre y que ella cree a pies juntillas. La pasión desde su infancia será la danza algo que marcará toda su vida y por supuesto la relación tan directa y maravillosa que tiene con su padre, sencilla, cercana.Aunque no todo es tan sencillo y de color de rosa, la historia nos deja entrever ciertas partes que no quedan del todo claras o contadas con ciertas pinceladas, dejando al lector que se imagine el resto. Toda la obra tiene un cierto aire de nostalgia, algo normal, cuando lo que nos trasmite son recuerdos de una época feliz desde un presente un tanto lejano, aunque también añade cierta ironía en determinadas situaciones.El libro está entretenido y deseas viajar a ese distrito de París para conocer a la joven Catalina, el que yo he leído viene acompañado de ilustraciones del dibujante francés Jean-Jacques Sempé, lo que lo hace más atractivo para los jóvenes lectores, y los no tan jóvenes. Me ha gustado como el escritor presenta los hechos incluso lo de que algunos quedaran inconclusos también me parece interesante.
He disfrutado con su lectura y me ha parecido un buen acercamiento a este escritor que recibió el año pasado el Premio Nobel, supongo que en algún momento leeré algún otro de sus libros para hacerme una idea más clara y de conjunto de su obra.
“Entonces decidí bailar sola. Me bastó un poco de imaginación para oír en el silencio la música del piano y la voz de Madame Dimaïlova.”
“Hace falta muy poco para que la vida se vuelva más agradable… Pura cuestión de círculo social, de relaciones.”