Reseña: Solo respira

Sinopsis: Olaia padece fibrosis quística, una enfermedad que está acabando con su vida. Tras un bache con la justicia, se enfrenta a un forzado arresto en el Centro de Estudios Clínicos, donde entra a formar parte del estudio de un medicamento que podría curarla. Ahí conocerá a otros pacientes con diversas patologías que también están siendo sometidos a tratamientos experimentales; entre ellos se encuentra Lucas, un joven fotógrafo con un doloroso tumor inoperable. Ambos sienten que están desperdiciando sus vidas con un futuro incierto, y deciden huir del Centro para vivir locamente el tiempo que les quede. Una lista de deseos por cumplir, un par de billetes y una mochila es lo único que tendrán. Pero sus vidas darán un giro inesperado cuando descubran que los médicos no han sido del todo sinceros.

Una historia que muestra la realidad de los pacientes crónicos frente a la dificultad para beneficiarse de los nuevos tratamientos. "Solo respira", revela los hechos con la visión en primera persona de los dos protagonistas, presentando a la señora Fibrosis Quística, la gran desconocida.

Opinión personal: La autora se puso en contacto conmigo por si quería leer esta novela y, tras saber de qué trataba, decidí aceptar.

Solo respira cuenta la historia de una enfermedad hasta ahora desconocida para mí, la fibrosis quística (una enfermedad degenerativa que afecta a los pulmones). La portadora de esta enfermedad y protagonista de la historia es Olaia Padilla, una mujer que a pesar de todo, aprecia la vida más que a nada en el mundo y, por ello, vive al límite.

El

modo de vida de Olaia cambia radicalmente cuando es condenada por un juez tras haber cometido un delito (o mejor dicho, tras haber sido acusada de ello). La única razón por la que se libra de la cárcel es porque ingresa en un centro médico (el CEC) para formar parte de un proyecto para pacientes con FQ (fibrosis quística). Al principio Olaia no quiere estar ahí, no quiere sentir esperanza cuando sabe que va a morir, pero entonces conoce a Lucas, un chico con el que tiene cosas en común y que la comprende.

es una mujer que, para sentirse libre y más independiente se dedica a hacer cosas no muy legales. Entiendo que no quiera limitar su vida por la enfermedad que padece, pero hay muchos comportamientos y actitudes que no he llegado a entender. Con Lucas me ha pasado más o menos lo mismo, y esa es una de las cosas que menos me han gustado del libro porque si no llego a congeniar con los personajes me cuenta un poco más meterme en la historia.

Por otra parte, me ha gustado mucho que la autora emplee la novela no solo para hablar sobre una enfermedad sino también para denunciar muchas injusticias que se cometen con respecto a los enfermos, a suministrar o no una medicación que tiene un coste muy elevado pero que puede salvar vidas, etc.

El final me ha parecido poco creíble en cuanto a una cosa que ocurre (que no os voy a revelar por si leéis la novela), y más verosímil en cuanto a lo que sucede después.

En general es una novela entretenida, con crítica social en algunos momentos pero que no ha llegado a gustarme como esperaba porque la forma en la que transcurren todos los hechos no me ha parecido muy creíble para unas personas con ese estado de salud.