Reseña: Un haiku para Alicia, de Francesc Miralles

 ¡Buenas tardes! Ayer, en una de esas mañanas de compras por Teruel, me topé con este libro. Y fue así como he devorado desde la primera hasta la última página de Un haiku para Alicia en cuestión de horas, volviendo a encontrarme con una novela muy Made by Miralles.

Genís Gracia asiste, a los diecisiete años, al fracaso de su vida en todos los frentes. Pero justo cuando cree haber llegado a un callejón sin salida, conoce a Alicia, una joven que ha fundado una sociedad secreta en la que se discute sobre la felicidad, el dinero o el sentido de la vida. La fascinación por esta misteriosa amante de los haikus coincide con unos acontecimientos que darán un vuelco radical a su vida.

Últimamente Genís no encuentra muchas razones por las que sonreír. Después de que su padre se fuese de su casa, su madre no parece levantar cabeza; en el colegio, las notas no van del todo bien y entrar en la universidad va a ser algo muy difícil. Además, la situación económica de la familia es bastante precaria, y el joven tendrá que empezar a moverse y ordenar las prioridades en su vida.    Por ello, es el miembro idóneo para formar parte de la Asociación de las Buenas Sensaciones, un grupo de chicos que desean compartir opiniones y discutir sobre temas distintos, liderado por la misteriosa Alicia. Todo esto supondrá una brisa de aire fresco que le mostrará distintas ideas sobre el mundo.     Pero ¿quién es Alicia? Genís se sentirá atraído por este personaje del que tan poco sabemos pero que tanto nos enseña.
Opinión personal (sin spoilers)
  Miralles vuelve a traernos un libro muy suyo, distinto a lo que nos topamos en el panorama actual, corto y sencillo. Con menos de doscientas páginas, Un haiku para Alicia es una novela que se devora en cuestión de horas, pero que te dejará con un buen sabor de boca.
   Como es lógico, no podemos encontrar una gran trama, ni un argumento complejo y complicado. En este aspecto, es muy simple: la historia trata de Genís y poco más. Viviremos por unos instantes su vida. Sentiremos lo que él siente. Seremos Genís.    Los personajes, por ello, son la clave del libro. El protagonista, Genís, me ha enamorado por completo. Su forma de ser, todos esos sentimientos guardados... Es realista por completo, y Miralles ha sabido trazarlo a la perfección.    En cuanto a los secundarios, puede que les haya faltado un poquito para llegar a ser tan realistas. Me ha faltado por conocer a unos cuantos, como a los miembros de la Asociación de las Buenas Sensaciones o incluso a la madre de Genís. En ese aspecto, puede que haya perdido unos cuantos puntos.    Sin embargo, y si tengo que destacar a alguien, es a Alicia. ¿Es un personaje completo, al cual conoceremos como a nadie? Para nada. Es todo lo contrario. Y esa es la magia del libro. El misterio de Alicia es lo que hace Un haiku para Alicia (valga la redundancia) una novela tan especial.    Mientras leía la historia, me vino a la mente An Inspector Calls, una obra de teatro del dramaturgo socialista Priestley, que utiliza a un inspector para mostrar sus ideas, pero al final de la obra nadie sabe quién es él. Eso mismo pasa con Alicia. Ella es la boquilla de Miralles, me aventuraría a decir que más que un personaje es un símbolo. Es Alicia quien nos transmite ideas revolucionarias, rebeldes y atrevidas para una sociedad como esta. Y no es ella el elemento importante, sino su mensaje, la huella que deja en los demás.    Siendo única, Alicia hace ganar mucho a la novela.
  El ritmo es el adecuado, y la historia no se hace para nada pesada a pesar de no tener tanto que contar. Es la prosa del autor lo que hace todo más ameno. Amantes de Miralles, Un haiku para Alicia no se queda corto. Con frases emblemáticas como las que él suele crear, el lector se enamorará una vez más del estilo del autor.   Algo que también es curioso es el hecho de que los capítulos sean tan cortos, en ocasiones de dos páginas. Aunque eso ya es para gustos, yo prefiero que sean un poco más extensos, de mínimo cuatro o cinco páginas, porque si no me agobio, pero vamos, que eso ya es algo personal.  
   Lo que más me ha chirriado ha sido ese final, en mi opinión, algo inconcluso. Se supone que ese es su propósito: dejar al lector juzgar lo que ha pasado, está pasando y pasará. Sin embargo, no me ha llenado para nada. No voy a destripar nada, pero creo que es un poco precipitado y falto de respuestas.
   Y ahora me toca leer la otra novela de la editorial, así que en cuanto termine con la de Jordi Sierra i Fabra, traeré la reseña.
Una historia distinta. Alicia ¿quieres llegar a Nunca Jamás? El mundo no es tan sencillo.
Nota final: