Revista Cultura y Ocio

Reseña: Una noche en la luna, de Cath Crowley

Publicado el 12 junio 2014 por Arsenico @Arsenico85
¡Hola a todos! ¿Qué tal estáis? Hoy os traigo la reseña cortita de un libro que he devorado en una tarde y que me ha dejado muy buen sabor de boca. Fue una de mis pocas compras compulsivas de la Feria del libro de Madrid, y a pesar de que no tenía intención de llevármelo y menos de cargar con más peso a la vuelta, Papalbina terminó de convencerme al decirme que le encantaba y que era del estilo de los libros de Perkins. Como veis, ¡me salió muy bien la jugada! *__*Reseña: Una noche en la luna, de Cath Crowley
Ficha Técnica:Título: Una noche en la luna
Autora: Cath Crowley
Editorial: Molino
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Nº Páginas:378
Precio:14€
ISBN: 9788427200951
Sinopsis de la contraportada: 
Tres chicas. Tres chicos. Una sombra. Seis horas para ver la luz.
De esta noche no pasa.
El último año de instituto acaba de terminar. Y Lucy se ha propuesto conocer a Sombra, el misterioso grafitero que pinta corazones mecidos por terremotos, mares decepcionados y pájaros atrapados en paredes de ladillo. Un chico del que podría enamorarse de verdad. 
Cita del libro (punto de vista de Lucy):
Que llegue a tiempo. Que conozca a Sombra. Que conozca a Poeta, también, pero sobre todo a Sombra, el chico que pinta en la oscuridad. Que pinta pájaros atrapados en paredes de ladrillo y gente perdida en bosques fantasmales. Que pinta chicos a los que les sale césped del corazón y chicas con estridentes cortacéspedes. Un chico que pinta cosas así es un chico del que podría enamorarme: enamorarme de verdad.
Qué poco me falta para conocerlo, qué ganas tengo de encontrarlo. Mi madre dice que el instante en que lo que quieres colisiona con lo que obtienes es el momento de la verdad. Quiero colisionar. Quiero chocarme con Sombra y dejar que la fuerza del golpe desparrame nuestros pensamientos para que podamos recoger los del otro y pasárnoslos como si fueran montoncitos de piedras relucientes.

Opinión Personal (sin spoilers): 
Reseña: Una noche en la luna, de Cath CrowleyEste libro es un claro ejemplo de lo importante que es una portada a la hora de escoger un libro. Porque sí, porque por mucho que digamos “lo que importa es el interior”, una portada bonita siempre tira de ti, te obliga a detenerte, a coger el libro y echarle un vistazo a su sinopsis. No es que la nueva portada de Una noche en la luna sea demasiado original ni excesivamente bonita, pero sí que le da varias patadas a la anterior. De hecho, recuerdo que cuando salió ni siquiera me detuve a leer la sinopsis, cosa de la que me arrepiento ahora que he leído el libro y lo he disfrutado como una enana.

Una noche en la luna es una de esas historias llenas de magia, esa magia que nos envuelve y que está ahí aunque no podamos verla.La autora llena de magia las obras de Sombra, dándole vida a sus creaciones, que no son más que un reflejo de sí mismo, de su dolor, de sus anhelos más profundos y de los obstáculos rellenos de imposibles que no sabe si será capaz de sortear Sin duda, las descripciones de los dibujos de Sombra han sido lo que más me ha gustado de la novela. Un estallido de vida, de sueños y de esperanza. Sombra plasma en sus grafitis lo que siente, lo que no puede decir. Lo grita tan alto que sientes que estás ahí, que sus dibujos se mueven y que puedes tocarlos. Y Lucy, la soñadora, la amante del arte, es capaz de hacerlo. Ella toca el alma de Sombra y se enamora de sus creaciones. Puede verlo aunque no lo conozca, puede sentir los desgarros de su alma, la soledad plasmada en sus dibujos, el miedo, la nostalgia, el amor. La esperanza. Sombra es eso para ella: esperanza. Es su Darcy, su imposible, su ángel envuelto en sombras, el estallido de realidad. Por supuesto, Lucy no es tonta. Es consciente de que su amor platónico puede ser solo eso: parte de un sueño del que quizá es mejor no despertar. Porque lo sueños a veces se quedan ahí, sumergidos en las brumas de nuestras fantasías más profundas. Pero soñar es gratis, y ella no está preparada para decirle adiós a Sombra. Quiere conocerlo, al precio que sea. Por eso, cuando la noche en la que terminan el instituto su mejor amiga Jazz la arrastra de fiesta y se encuentran con unos chicos que dicen conocer a Sombra, Lucy se embarcará en un viaje cuyo recorrido solo puede llevarla hasta él. No piensa, solo siente. Lucy siente a Sombra. Está ahí, en todas partes. En los pájaros alzando el vuelo, en las paredes que encierran quizás, en el miedo a volver a casa y descubrir que su familia está rota. Sombra es eso, la sombra de sus errores, de las dudas, de la incertidumbre, de los miedos, de los anhelos. En su búsqueda, Lucy se verá en la necesidad de encontrarse a sí misma, algo mucho más inmediato que encontrar a un desconocido que quizá deba quedarse en las sombras de los posibles.

Pero el libro no solo está narrado en primera persona desde el punto de vista de Lucy, también conoceremos al enigmático Sombra (o Ed), que no es tan enigmático como piensa ella pero sí que vive envuelto en sombras. Ed es… real, como la vida misma. Es un chico con una vida difícil, que ha dejado el instituto y se las ingenia para ayudar a su madre a pagar el alquiler. Un chico que también sueña y que se deshace de lo que lleva dentro plasmándolo en sus grafitis. Ed se ve muy poquita cosa para Lucy, no tiene nada que ofrecerle, solo a sí mismo. Ni siquiera se ve capaz de hablarle con la verdad, las palabras se le dan mal, solo sus manos son capaces de desnudar su alma ¿Podrá hacer que lo vea? ¿Querrá ella conocerlo cuando las sombras no oculten sus defectos, cuando la claridad muestre a su verdadero yo? 
Cita del libro (punto de vista de Sombra):
Le falta un trocito de la paleta; pienso que estaría bien acariciar el borde con un dedo. Pero después pienso en la posibilidad de que descubra que soy Sombra; pienso en lo decepcionada que estaría, porque soy un tío que no va a ninguna parte, no un tío sensible, listo y gracioso. Pienso que en ella irá a la uni y trabajará el vidrio, mientras que yo me quedaré aquí pintando en las paredes e intentando pagar el alquiler.
-Te puedo enseñar cómo se mete el barco en la botella, si quieres –me dice.
-No sé, parece mucho lío para un barco que no va a ninguna parte.

No quiero contar nada más, ni siquiera hablaré de los personajes secundarios, porque el libro es muy cortito y sería un sacrilegio destriparos sus sorpresas. La historia transcurre en una sola noche, algo similar a lo que ocurría en Nick y Norah, una noche de música y amor. Los personajes vivirán una aventura envuelta en las sombras de la noche, donde el tiempo, las mentiras, los sueños y el perdón serán testigos de los pasos que estén dispuestos a dar. Es un libro bonito bonito, muy bien narrado y con unos personajes que dejan huella. Un libro de los que se disfrutan y te dejan con muy buen sabor de boca al cerrarlo, y que a pesar de su sencillez y su corta extensión no le falta nada. 
Cita del libro (punto de vista de Sombra):
-Es un delincuente –me dice.
Y lo soy, pero no lo soy, y quiero darle al botón de pausa y pintar un muro en el que se lo explico todo. Un muro que empieza hace un año y continúa hasta ahora mismo. Un tipo al que las ideas le dan vueltas y más vueltas en la cabeza sin poder salir al exterior. Un tipo con las puertas del cerebro abiertas al mundo, pero cerradas a él. Un tipo sentado a un lado de la carretera, viendo cómo pasa un coche azul.
Ella me dice que el coche va al desierto, que no es un lugar feo, que, si supiera dónde buscar vería signos de vida. Estoy cansado de buscar, quiero algo fácil. Quiero subir a uno de esos coches e ir a alguna parte en la que pueda pintar en el aire para que la gente sepa lo que pienso sin tener que decirlo en voz alta.
Se me acerca más, yo me acerco más, y vuelvo a estar en ese muro, pintando aquel fantasma dentro del tarro. Me rozo contra su cuerpo. Ella me sonríe y estoy perdido. Me dice que la furgoneta en la que estamos sentados fue azul en otra vida. Quiero creérmelo.

Una noche en la luna encierra una historia con la que sueñas, ríes y te emocionas. La historia de dos chicos que buscan un camino, una señal, que los guíe en esa nueva etapa de sus vidas que se abre paso ante ellos. Un camino hacia la madurez, donde las barreras se convierten en espejos hacia nuevas posibilidades. Un libro ideal para disfrutar una tarde y sentir que vuelves a tener diecisiete años, la electricidad del primer amor, el peso de la vida, la necesidad de llegar a alguna parte. 


8/10 Una historia preciosa que te envuelve en las sombras de la vida, en el alma de dos jóvenes dispuestos a encontrarse. Amistad, amor y sueños, todo ello aderezado de una narración deliciosa.

¿Lo habéis leído? ¿Os llama la atención?
¡Un besote a todos! 

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