Revista Cultura y Ocio

RESEÑA: Voces de Chernóbil.

Publicado el 12 mayo 2016 por Jimenada
VOCES DE CHERNÓBILRESEÑA: Voces de Chernóbil.

Título: Voces de Chernóbil. 
Autor: Svetlana Alexievich (Stanislav, Ucrania 1948) es una escritora y periodista bielorrusa de lengua rusa. Actual exponente del género literario "polifónico", fue galardonada con el Premio Nobel de Literatura en el pasado 2015. Entre sus obras más importantes encontramos La Guerra no tiene rostro de Mujer, Los últimos testigos. Cien relatos nada infantiles, El fin del Homo Soviéticus, Los chicos del Cinc o Voces de Chernóbil
RESEÑA: Voces de Chernóbil.
Editorial; Debolsillo. 
Idioma: ruso.
Traductor: Ricardo de San Vicente. 
Sinopsis: "en mitad de la noche oí un ruido. Miré por la ventana. Cierra las ventanas y acuéstate. Hay un incendio en la central. Vendré pronto". El relato de la esposa de Vasia, un joven bombero, abre este impactante libro sobre las secuelas que la catástrofe de Chernóbil dejó en personas que lo vivieron y de la manipulación de la información por parte de las autoridades soviéticas. Este libro está planteado como si fuera una tragedia griega, con sus coros y unos protagonistas marcados por un destino fatal que hacen oír sus voces de monólogos. Pero a diferencia de una tragedia griega, en Chernóbil el orden no volverá a restablecerse: no hay catarsis posible. 
Su lectura me ha parecido: sorprendente, magnífica, magistral, impecable, didáctica, interesante, altamente reflexiva, crítica, fría, nada pretenciosa... Queridos lectores y lectoras, por primera vez en Jimena de la Almena, nos hayamos ante un libro diferente, el cual, se distancia, o no, depende de quién lo lea y las apreciaciones que haga, de lo que llevamos haciendo en este espacio desde el momento de su fundación. No estamos ante una novela, eso está claro, pero tampoco estamos ante un ensayo propiamente dicho, con las características que éste siempre manifiesta. Muchas veces, y sobretodo los que hemos estudiado carreras como historia, la cual no es tan fácil como muchos creen, sabemos que en cualquier investigación que nos propongamos tenemos que acudir a fuentes primarias, pues en ellas se encuentra el alma, y tal vez, el sustento de todo el trabajo que se pretende llevar a cabo, el cual requiere su tiempo y sus horas de dedicación. Pues bien, entre todas esa fuentes primarias, como no, encontramos las fuentes orales, esa indispensable herramienta sujeta a critica y al análisis que, sobretodo para los que se quieren especializar en Historia Contemporánea son de vital importancia, pues somos los únicos que podemos interrogar en persona a esos llamados "monumentos orales", esas personas que han vivido un contexto único y como tal, debería tenerse siempre en cuenta. Lamentablemente ya son pocas las personas, pues éstas van poco a poco desapareciendo, que nos pueden hablar sobre, por ejemplo, su experiencia en la I Guerra Mundial, el periodo entre guerras, la II Guerra Mundial, el Holocausto o incluso la Guerra Civil Española. Sin embargo, conforme pasan los años se van abriendo poco a poco nuevos campos de estudio en el terreno de la historia oral, tales como el Mayo del 68 francés, la Guerra de Vietnam, la Guerra de Irak, los movimientos feministas de segunda ola, la resistencia en la Alemania del este, o en el caso de España, la postguerra y la Transición entre otros. El libro que hoy tengo el inmenso placer de reseñar pretende, a semejanza de trabajos sobre acontecimientos ya citados, acercar al lector a un tema de vital importancia, el cual hace unas semanas cumplió 30 años, a través de testimonios únicos y que como tales, merecen todo nuestro respeto y atención, no sólo como lectores, también como seres humanos conscientes del pasado. Voces de Chernóbil: la historia oral fusionada con la critica ensayista y el periodismo de calidad.
RESEÑA: Voces de Chernóbil.
La historia de como este libro llegó a mis manos es bien sencilla, y de hecho, de seguro que algunos ya habréis intuido por donde van los tiros. Como todos y todas sabréis, y si no seguir leyendo éstas líneas, Svetlana Alexievich, la autora de Voces de Chernóbil entre otros libros, fue galardonada el año pasado con el prestigioso premio Nobel de las Letras. Es más, según he podido leer, ha sido la primera escritora de no ficción galardonada con este importante reconocimiento en lo que llevamos de siglo XXI. Con todo esto os quiero decir, lectores y lectoras, que una servidora se leyó Voces de Chernóbil en parte por ser una Premio Nobel. Se que hay que leer premios nobeles, lo se, sin embargo, y os chocará un poco, nunca me he guiado en la elección de mi lectura por ese aspecto. Leer a premios nobeles es bueno, treméndamente bueno, sobretodo para descubrir escritores y escritoras de calidad y unas obras que sin duda, pasarán a ser universales por los siglos de los siglos. No obstante, y aunque he hecho grandes excepciones, fue la primera vez que sentí que debía leer algo de un premio nobel, pero no de cualquier premio nobel, sino de ésta premio nobel en concreto. Recuerdo que lo primero que me llamó la atención de su producción fueron los temas escogidos por un lado y esa interesante mezcla de oralidad con periodismo por otro, y cuando por primera vez escuché hablar de Voces de Chernóbil, el cual, tristemente había pasado totalmente desapercibido en las librerías hasta entonces, sentí la imperiosa necesidad de leerlo. Afortunadamente, pero también para mi grata sorpresa, la pequeña biblioteca de mi barrio decidió adquirirlo entre sus novedades, y gracias a ello, algo que les estaré eternamente agradecida, pude adentrarme en la lectura de un libro que ha superado todas mis expectativas como lectora pero también como amante de las nuevas formas de literatura.
RESEÑA: Voces de Chernóbil.
En lo que respecta a la critica de Voces de Chernóbil, comenzaremos diciendo, más bien, clarificando, que no se trata ni de una novela ni de un ensayo puramente duro. Como ya comenté en la introducción nos hayamos ante un libro complejo, donde en este sentido, ambos géneros literarios se fusionan, pues su estructura nada convencional, se asemeja a la de un ensayo crítico, sin embargo, la forma y el estilo denotan algo más que lenguaje científico, es más, se hace ameno precisamente por eso, porque presenta una escritura ágil, voraz, atrayente, contundente, incluso lírica en ocasiones. Por todo ello no se le puede calificar ni como ensayo ni como novela, más bien como un trabajo de fusión muy bien resuelto y presentado. En lo que respecta a los testimonios, la parte sin duda más importante del libro, están muy bien escogidos, planeados y estructurados. En Voces de Chernóbil se da precisamente eso, voz a diferentes sectores de la sociedad que vivieron directamente o indirectamente el terrible accidente nuclear. En el libro liquidadores, historiadores, químicos, físicos, bomberos, mujeres, ecologistas, parientes de fallecidos, enfermeros, médicos, anticomunistas, afectados, trasladados, retornados, filósofos, biólogos, comunistas, hasta aquellos que en su día fueron niños durante la tragedia prestan su testimonio a la autora en un ejercicio pero también por la necesidad de contar una experiencia para unos traumática y para otros clave para abrir una inquietante puerta al conocimiento científico, filosófico, histórico e incluso político. Por otro lado, hay que señalar que éstos testimonios, conmovedores todos ellos, no están tratados desde el dramatismo, algo que en muchas ocasiones se tiende a evidenciar. Si bien los testimonios son desgarradores, no están destinados a producir llanto en el lector, aunque alguno bien podría provocarlo, sino para mostrar y exponer una experiencia al lector, creando de esta forma una unión didáctica entre el lector y el libro. Los testimonios no están en Voces de Chernóbil para compadecerse, sino para mostrarnos las distintas perspectivas de un acontecimiento, pero también de un momento concreto en la historia de la Unión Soviética, todo ello pasado magistralmente por el filtro crítico y una metodología periodística admirable y que mucha falta haría en algunos periodistas de mi país. Finalmente, destacamos un elemento importante y que hace de Voces de Chernóbil un escrito singular, como es esa estructura coral. Hasta el momento, una servidora, había apreciado esa estructura en determinadas novelas o en obras de teatro, sobretodo las de la Grecia Clásica. Sin embargo, no esperaba encontrarme un coro de distintas voces, los testimonios, deseosos de ser escuchados y dispuestos a abrirse, algunos en canal y otros no tanto, ante las preguntas de la autora. Esta sensación se crea gracias a un estilo que se aleja de lo puramente científico, muy habitual en ciertos ensayos, sobretodo de historia, y se acerca a una literatura que evoca tiempos pasados, formas de narrar familiares y que nos conducen por un canal de voces olvidadas por muchos, las cuales, nos sirven para enmarcar la historia, o en este caso, una tragedia que todavía nos llega a través de ecos ahogados.
RESEÑA: Voces de Chernóbil.
Llegados a este punto, me gustaría, aprovechando la lectura que hoy reseñamos y que hace unas semanas se cumplieron nada más y nada menos que 30 años del desastre de Chernóbil, reflexionar precisamente sobre este tema. Como muchos bien sabréis, el sábado 26 de abril de 1986 se produjo el accidente nuclear más grave de la historia, provocando a su vez, uno de los mayores desastres medioambientales jamás visto. Aquel día, durante una prueba en la que se simulaba un corte de suministro eléctrico, un aumento súbito de potencia en el reactor 4 produjo un sobrecalentamiento del núcleo del reactor, lo que terminó provocando una explosión de hidrógeno acumulado en su interior. Ésto causó directamente la muerte de 31 personas y forzó al gobierno de la URSS a la evacuación masiva y repentina de 116.000 personas provocando una alarma internacional al detectarse radiactividad en al menos 13 países de Europa central y oriental. Después del accidente, se inició un proceso masivo de descontaminación, contención y mitigación que desempeñaron unas 60.000 personas denominadas liquidadores en las zonas circundantes al lugar del accidente y se aisló por completo un área de unos 30 km al rededor de la central, la cual, a día de hoy, todavía sigue vigente. Una vez explicado lo que pasó, algo que podemos averiguar si tecleamos "accidente nuclear" o simplemente "Chernóbil", ahora toca de verdad plantearnos la siguiente pregunta ¿qué es lo que de verdad sabemos de la energía nuclear? O más concretamente ¿Chernóbil ha supuesto un golpe de "suerte" para la comunidad científica? Hace unas semanas, como conmemoración a la tragedia, algunas cadenas de televisión realizaron reportajes al respecto, pero también, se emitieron documentales, sobretodo de carácter científico, en los que se hablaba de como la energía nuclear ha contribuido en parte al desarrollo de una nueva fauna, pero también al restablecimiento del orden y el equilibrio entre animales en las zonas afectadas. En los bosques se ha creado un nuevo ecosistema, los animales parecen haberse adaptado y los carroñeros y los grandes depredadores como el lobo o el oso han vuelto a las zonas de las que antes habían sido expulsados por el hombre. Con todo esto, y aunque se que éstos documentales son puramente especulativos en su mayoría, evidencian una cosa, y es que, Chernóbil tiene dos caras: la de la tragedia y la del descubrimiento. El recuerdo y la frivolidad al mismo tiempo, contribuyendo a crear una imagen del lugar muy mediática y por la que pululan demasiadas leyendas urbanas las cuales, seguramente, nunca se demostrarán. Voces de Chernóbil: una historia de tragedia, rencor, solidaridad, necesidad, impotencia, reflexión...Un coro que entona su angustiosa canción desde los recovecos de un pasado y un hecho dificil de olvidar.
Frases o párrafos favoritos:
"Para mi el cielo esta vivo, cuando miro...Todos están allí."
Película/Canción: del accidente de Chernóbil se han producido infinidad de material audiovisual, sobretodo en el ámbito del género documental. Aquí os dejo un reportaje sobre Chernóbil 30 años después de la tragedia, emitido en el programa Informe Semanal, espero que lo veáis:

¡Un saludo y a seguir leyendo! 

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